Por Ollin Islas Romo
Desafortunadamente, no todo durante el embarazo sucede como lo soñamos. Además de algunos males provocados por el cambio hormonal (como les ocurre a algunas mujeres con las náuseas o el malestar estomacal), también pueden presentarse enfermedades (como la preeclampsia), o bien, infecciones frecuentes, como las vaginales.
“Las infecciones vaginales durante el embarazo son muy comunes. Esto sucede porque durante esta etapa cambia la acidez de la vagina y esto nos vuelve más vulnerables a ciertos organismos”, explica la ginecóloga Ana Sánchez. De hecho, según expertos en Ginecología y Obstetricia del Instituto Nacional de Perinatología, las mujeres embarazadas son algunas de las más propensas a tener este tipo de infecciones.
Las infecciones y sus riesgos
Existen diversos tipos de infecciones vaginales que se pueden presentar durante el embarazo. De acuerdo con la Dra. Ana Sánchez, las más comunes son:
- Por hongos. Los síntomas de esta infección, provocada por la cándida, un hongo que suele vivir en la vagina, son comezón, flujo y sensación de ardor,
- Bacterianas. Suceden porque las bacterias que suelen vivir dentro de la vagina se multiplican debido a los cambios hormonales.
- Por tricomonas. Las tricomonas son parásitos que viven en la vagina y se transmiten por vía sexual. Provocan flujo abundante, mal olor y comezón.
- Por el estreptococo del grupo B. Es una bacteria que vive en los intestinos y en el tracto genital. “Cuando la paciente está en las últimas semana del embarazo se le pide un cultivo para saber si esta bacteria está presente. De ser así, hay que tratarla de inmediato, ya que puede provocar problemas muy graves al recién nacido, que non debería pasar por un canal de parto infectado con ella”, explica Sánchez.
Aunque las infecciones vaginales son frecuentes durante el embarazo, es necesario tratarlas a tiempo. En la mayoría de los casos, la situación puede mantenerse bajo control con el uso de medicamentos que se puedan utilizar durante el embarazo, siempre bajo supervisión médica.
“Si las infecciones no reciben un tratamiento temprano ni tienen seguimiento, podrían provocar problemas importantes que repercuten en la salud de madre e hijo”, explica la ginecóloga. Algunos de ellos son:
- Nacimiento prematuro.
- Bajo peso del recién nacido.
- Infecciones en los ojos, neumonía o meningitis en el bebé (en caso de que pase por un canal de parto infectado).
Prevenir es mejor
Las infecciones no siempre pueden evitarse, sin embargo, sí se pueden llevar a cabo algunas acciones preventivas para disminuir su frecuencia. La ginecóloga Ana Sánchez ofrece las siguientes recomendaciones:
- Usa calzones de algodón que sean cómodos y no apretados.
- Al ir al baño, límpiate siempre de adelante hacia atrás. Hacerlo del modo contrario facilita el intercambio de bacterias u organismos que permanecen en el ano.
- Haz algunos cambios en tu alimentación. Se sugiere reducir el consumo de azúcar y harina refinada e incluir yogur en la dieta. El consumo balanceado de vegetales, frutas, proteínas y cereales permitirá que tu sistema inmune te defienda de mejor manera contra cualquier enfermedad.
- No uses ropa que te ajuste mucho, especialmente en la zona genital.
- Evita las duchas vaginales, pues suelen modificar aún más el ph vaginal, lo cual propicia la proliferación de bacterias.