¿Alguna vez te has escuchado decir? “échale ganas y serás alguien en la vida”, “no puedes perder, eres mejor que los demás”, “eres un desobediente, así no vas a llegar a ningún lado”, “¡eres el más inteligente!”, ¿o algo parecido?
La mayoría de las mamás o papás buscamos motivar a nuestros hijos para que logren ser exitosos y triunfar en la vida; buscamos enviarles mensajes que les ayuden a superarse, dándole demasiada importancia a las buenas calificaciones, a que cumplan cabalmente con sus tareas y estudien todo el tiempo; todo esto, quizás con la creencia de que “un niño que sabe, es un niño seguro y capaz”.
Pero, ¿qué es lo que necesita saber? necesita saber “quién es”, de hecho, el inicio de la superación personal es ‘conocerse’. Algo que muy pocas veces les enseñamos a nuestras hijas(os), y mucho menos lo hacemos nosotros como mamás o papás. Digamos que no estamos habituados a detenernos a pensar: ¿quién soy?
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Es en la infancia cuando más buscamos conocer quiénes somos para formar nuestro autoconcepto, sin embargo, es en la adultez cuando más abandonamos la tarea de conocernos. No somos conscientes de que nuestra toma de decisiones y nuestras acciones dependen de la imagen que tenemos de nosotros mismos y, por lo tanto, de nuestro camino de superación.
Por esto es indispensable que comiences por darle un ejemplo de superación a tus hijas (os) conociéndote a ti misma (o), recuerda que las niñas y los niños aprenden más de lo que ven, que de lo que escuchan de ti.
Para ello, te mostramos tres pasos que, según la Dra. Marian Rojas, nos ayudan en el proceso de superación-transformación:
Conocerte: Conocer cómo eres, qué te caracteriza, qué es lo que más te gusta de ti. Conocer las cuatro caras del autoconocimiento: lo que los demás dicen de ti (tu imagen), lo que crees que eres (tu autoconcepto), lo que en verdad eres (tu esencia) y lo que muestras en las redes de internet (tu e-imagen).
Comprenderte: Saber qué te hace responder de la manera en que lo haces ante ciertas situaciones. Entender con amor de dónde vienes (tu genética y tu pasado). Aceptarlo que no puedes cambiar, reconocer cómo te relacionas con los demás,y comprender de dónde vienen tus limitaciones, barreras y miedos.
Aceptarte: Asimilar lo que ya no puedes cambiar, aceptar tus limitaciones y errores. Explotar aquello en lo que eres buena (o) (reforzando tus talentos y habilidades), amar lo que haces y hacerlo bien.
Con esto, lograrás confirmar tu vocación y realizarla con pasión, para que así logres sacar la mejor versión de tus hijos.
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