Por Montserrat Martínez Zetina
No sé si les ha pasado a lo largo de este año, pero yo me he dado cuenta de muchos niños que se han vuelto más tímidos, más aislados.
Hablando de esto con mi pediatra, me comentó que sí es un efecto que se ha dado en los niños a causa del aislamiento, y que estas generaciones podrían tener problemas para socializar durante el resto de su infancia y adolescencia.
Por supuesto que esto me asustó. Mis hijos por lo menos se tienen entre ellos, se hacen compañía, conviven y juegan juntos. Pero un hermano no es lo mismo que un amigo. Con un hermano te peleas más, hay más conflicto (yo creo que es porque te van a seguir queriendo de todos modos). Con un amigo te mides, aprendes un poco más sobre límites y empatía, y al final del día convives con alguien que tiene una familia diferente, un contexto distinto. Esto es importantísimo.
Me puse a investigar porque –espero y rezo todos los días– cada día se acerca más el momento en el que nuestros niños vuelvan al colegio y a sus actividades de las tardes: clase de fut, baile, teatro… lo que sea.
Pero imagínense el shock que va a ser cuando, de no ver a nadie en más de un año, regresen a un salón de clase lleno de personas. Es por eso que armé una guía de qué hacer y qué no hacer para ayudar a nuestros hijos a socializar de nuevo, para que la transición no les cueste tanto.
Qué hacer | Qué no hacer |
Empezar en casa. Nuestro primer círculo social es la familia, así que hay que empezar por ahí. Organiza actividades y tiempo de calidad con tus hijos todos los días, videollamadas con los abuelos o con otros amigos y, si se puede, momentos de juego con sus primos o hermanos. | Delegar las actividades a los aparatos electrónicos. Entiendo que es agotador estar con los hijos todo el día, todos los días. Es normal que necesitemos un descanso, y a veces la tele o el iPad son grandes amigos de nosotras las mamás. Pero no te excedas. Sí es importante convivir, así que no los plantes frente a la tele por horas. Busca el balance. |
Poner límites. Ha sido un año muy extraño para todos, y estamos lidiando de la mejor manera que podemos, pero no olvidemos que los niños necesitan una rutina y límites. Esto los ayuda a desarrollar disciplina, respeto y empatía. Y nos ayuda a las mamás a no volvernos locas. | Dar rienda suelta. Tengo conocidas que dejan a sus hijos hacer lo que se les pega la gana porque, y cito “pobrecitos, la han pasado muy mal aquí encerrados”. Pues una noticia a todas esas mamás: Todos la hemos pasado mal, y dar rienda suelta va a afectar a tus hijos a la larga. Esto solo los va a llevar a ser malcriados, a no saber aceptar retos o críticas, y a no poder convivir con otros niños. Enfatizo en la importancia de los límites. |
Jugar. La mejor manera en que los niños aprenden es a través de los juegos. Son la herramienta ideal para formar vínculos, entender sus emociones y desarrollar una personalidad sana. Así que practiquen deportes de equipo, juegos sobre compartir, etc. (es mejor si ya convive con niños de su edad, aunque sean pocos). | Forzarlos. El proceso debe ser paulatino y diferente para cada niño. Algunos seguro brincan ante la oportunidad de convivir con alguien más, mientras que otros preferirán quedarse con mamá o jugar solos en su cuarto. Es importante motivarlos, pero dales su espacio y su tiempo y no los fuerces. Esto puede llevarlos a aislarse aún más. |
Estar atentos a sus estados de ánimo. Todas las personas tenemos buenos y malos días, es normal. Lo mismo con los niños. Pero es importantísimo, en especial ante el encierro, estar atentos a sus estados de ánimo. Si se dan cambios muy drásticos, puede ser una señal de alarma; si es tu caso, te recomiendo hablar con un profesional. | Considerar sus emociones como algo menor. La frustración y la ansiedad pueden ser señales de que hay algo más profundo, como depresión. Cuando notes señales de comportamiento raro, habla con tus hijos y considera la opción de llevarlos con un profesional que los pueda ayudar a lidiar con sus sentimientos. |
Creo que con estos puntos tenemos más que suficiente para mantenernos ocupadas, y hasta creo que aplican para nosotras y el resto de nuestras familias.
No olvidemos que el encierro nos va a pasar factura a todos y que seguro vamos a sentir felicidad y miedo al mismo tiempo, cuando abracemos por primera vez a un amigo que no hemos visto en un año, o que nos va a poner nerviosos la primera vez que salgamos a un restaurante o al cine, o que llevemos a nuestros hijos al colegio.
Solo las invito a pensar en la felicidad que vamos a sentir después de eso, y las dejo con un último y muy importante consejo: Traten, traten de soltar, de no ser histéricas o aprensivas, y de no recibir a sus hijos con una manguera llena de desinfectante cuando los vean llegar del colegio o de esa fiesta. No nos van a faltar las ganas, pero confiemos.
Te recomendamos leer: Estrategias para enfrentar el regreso a las clases presenciales.
*Montserrat Martínez Zetina es consultora de empresas y una amorosa madre de tres increíbles personitas comprometidas en dar lo mejor de sí en todo y hacer del mundo un lugar mejor.
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