Por Beatriz Gaspar/La-Lista
‘¿Para cuándo te animas con el segundo?’, ‘¿Vas a dejar solito a tu hijo?’, ‘Dale un hermanito, no seas egoísta’, ‘No dejes que se lleven mucho tiempo entre ellos, para que jueguen’, ‘Todavía estás joven para tener otro’… Estas son tan solo unas frases de las que nos dicen a las mamás que tenemos un hijo.
Pero no solo son los comentarios, también los consejos no pedidos y los cuestionamientos sobre si decimos que no habrá un segundo bebé o si aún no estamos seguras de que habrá y en qué momento llegará.
Platicando con algunas mamás sobre este tema, coincidimos en que afuera hay muchas demandas sobre cuándo llegará el segundo hijo. Un dilema que vivimos las madres de hijos únicos.
Maternar ya es una tarea titánica desde el momento en que comienza en el vientre. Las molestias, las visitas al doctor, el cambio del cuerpo, el crecimiento del bebé, el parto, el puerperio y el comienzo de una vida nueva.
Sin embargo, aunque pareciera que es algo similar que vive cada mujer embarazada, en la realidad cada una está en diferentes circunstancias que determinan si llega o no el hermanito.
Tener otro hijo es una decisión propia que debe respetarse y no emitir juicios de valor o cuestionamientos, porque en ese bombardeo de frases nunca aparece una importante: ¿qué es lo que quieres tú?
Nosotras como madres también tenemos deseos, sueños y un plan de vida que buscamos concretar porque ser mamá es tan solo un fragmento de nuestras vidas, no un destino.
Pero estos deseos y ganas de superación se ven opacados por la alta demanda de la crianza, por la falta de una red de apoyo, por un mercado laboral poco flexible, las dobles jornadas de trabajo no remunerado y un panorama económico incierto por la crisis derivada por la pandemia.
De acuerdo con la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef), tan solo para adquirir cosas indispensables para recibir a un recién nacido los costos van de los 14 a casi 61 mil pesos, esto sin contar el parto ni el comienzo de los gastos que se le sumarían a la manutención de ya un primer hijo.
Muchas madres y padres deben trabajar jornadas completas sacrificando el tiempo con sus hijos para poder darles una buena calidad de vida. La maternidad, paternidad y crianza también es renuncia, algo que solo con el tiempo podemos saber hasta dónde sí a cambio de estar con las criaturas. Sumarle un número a la ecuación pone en la cuerda floja todos esos sueños y planes que cada una decidirá si puede posponer o no, y nos orillará a sumar aún más energía en el trabajo de cuidados y en el remunerado.
Pese a que no todas pueden decidir tener más de un hijo o las circunstancias no son favorables, hacen lo mejor que pueden con lo que tienen, lidiando con las frustraciones y viviendo la ambivalencia de la maternidad.
Cuando tengas deseos de preguntarle a una mamá sobre el segundo hijo piensa en este dilema y en que tal vez las condiciones no son las ideales para darle la bienvenida a un nuevo integrante. Detente antes de preguntar: ¿para cuándo el segundo?
Gracias a Caro, Dania y Vero por la complicidad.
* Beatriz Gaspar es periodista egresada de la carrera de Comunicación, de la FES Acatlán, UNAM. Actualmente es reportera de La-Lista, mamá de Natalia y columnista de Lazos, una publicación semanal que aborda temas sobre liderazgo femenino, maternidad feminista y crianza responsable.
Este artículo se publicó originalmente en La-Lista. Consúltalo aquí.