Por Carla Pérez Martínez, Dra. en Psicología Perinatal e Infantil. Fundadora de Psicología con bebés.
Crecemos con la idea de que “hasta que no seamos mamás, no somos mujeres completas, plenas”. Esta visión de la mujer exclusivamente como madre nos reduce y nos limita, y afecta a nuestra salud mental y a la de nuestras hijas e hijos. Aquí vamos a hablar sobre ideas que puedes implementar en el día a día para rescatarte a ti como mujer.
Como menciona Esther Vivas en su libro Mamá desobediente. Una mirada feminista a la maternidad, “el ideal materno oscila entre la madre sacrificada, al servicio de la familia y las criaturas, y la superwoman capaz de llegar a todo, compaginando trabajo y crianza”. Además, se espera que las mujeres vivamos la maternidad sin ambigüedades, que todo sea felicidad y plenitud. Pero cuando nos convertimos en mamás, nos enfrentamos a múltiples retos y dificultades que nos hacen dudar de nuestra capacidad en el rol materno. Incluso podemos pensar que algo está mal en nosotras cuando se presentan dificultades y retos.
Durante muchos años escuchamos:
- Debes disfrutar cada momento de tu maternidad.
- La maternidad es sacrificio, entrega total.
- Tú y tu bebé tendrán una conexión inmediata.
- Todo será maravilloso. Si no es así, no eres “buena madre”.
- Tienes que enfocar toda tu energía en tu bebé.
- Si se presentan retos en la maternidad, es que algo estás haciendo mal.
- La lactancia fluye instintivamente.
- El instinto maternal se activa inmediatamente.
Esta obsesión por el estereotipo de la madre perfecta contribuye a que nos vayamos olvidando de nosotras mismas y borra poco a poco nuestra propia identidad. Ante las dificultades naturales de esta etapa, es frecuente que dudemos de nuestra propia capacidad para ser madres. “¿Lo estoy haciendo bien?” es una duda que nos persigue en el día a día. Pensamos que tenemos que ser esa superwoman que lo puede todo, sin pedir ayuda.
Incluso podemos llegar a creer que somos débiles si pedimos apoyo, o escuchamos comentarios en el entorno: “en mis tiempos no había ese apoyo y aquí estoy”, lo que nos genera aún más inseguridades. Y acabamos desgastadas, frustradas, decepcionadas e incluso podemos sentirnos traicionadas porque nadie nos contó lo dura que era la maternidad.
¿Qué puedes hacer tú como mamá para rescatarte ante esta realidad? Como menciona Adrienne Rich, en su libro Nacemos de mujer. La maternidad como experiencia e institución, necesitamos romper con esa imposición de lo que debe ser la maternidad, y recuperar la experiencia materna sin idealizarla para poder vivirla libremente. Esto significa permitirte vivir tu propia maternidad libre de juicios; experimentar y ver qué te funciona a ti y a tu bebé; liberarte de culpas y comparaciones que están a la orden del día. En definitiva, ser más paciente y tolerante contigo misma. ¡Tú también estás aprendiendo!
Además, es necesario que en la cotidianidad sean más comunes los relatos de las maternidades reales con sus pros y sus contras. Compartir con nuestras hermanas, amigas, compañeras sobre nuestra vivencia real en la maternidad permitirá a las futuras generaciones contar con referencias más verdaderas, y así, entre todas, cambiar estos modelos de maternidad idealizados que tenemos tan asumidos y que afectan a nuestro bienestar emocional.
En conmemoración del Día Internacional de la Mujer, te invito a que pienses en ti más allá de tu rol como madre; a que busques formas distintas de vivir tu maternidad, de una manera más libre.
Necesitamos cuestionar ese estereotipo de la mamá sacrificada y darnos la oportunidad de repensarnos sin culpa. ¡Cuántas veces he escuchado en la consulta a mamás sentirse egoístas por haber salido por primera vez solas después de tener hijas o hijos! ¡Cuánta culpa cargamos las mujeres en el día a día! ¿Hace cuánto que no disfrutas de un tiempo para ti, sin sentirte culpable, desde que te convertiste en madre? ¿Qué te gustaría hacer para ti? ¿Qué necesitas de tu entorno para que sea posible?
A lo largo de mi experiencia trabajando con mujeres embarazadas y mamás, he comprobado que la maternidad puede traer muchas heridas y retos a la superficie, pero también puede ser una oportunidad para:
- Priorizar tu salud mental.
- Cambiar tu visión sobre la maternidad.
- Tener expectativas realistas hacia tu maternidad.
- Aprender a poner límites.
- Cuidar de ti.
- Practicar la autocompasión: ser paciente contigo misma.
- Construir relaciones saludables.
- Aceptar y amar tu cuerpo.
- Sanar.
- Romper ciclos.
Pero sobre todo, trabajar, en el día a día, en rescatarnos como mujeres, más allá de nuestra maternidad. ¿Qué sueños tienes para ti? ¿Con qué soñabas cuando eras más joven? ¿Qué necesitas hacer para recuperarte? Reconstruir tu propia idea de la maternidad y tener expectativas reales para esta etapa es un primer paso.
Repensarte lejos de un ideal de madre sacrificada, no solo traerá beneficios para tu salud mental, sino también para el bienestar de tus hijas e hijos.
* Carla Pérez Martínez es doctora en Psicología Perinatal e Infantil. Se especializa en acompañar a madres y a padres durante el embarazo, los primeros días del bebé y crianza. Recientemente trabajó en el programa de intervención temprana en Boston, Estados unidos, brindando atención psicológica a familias cuyos bebés presentaban algún tipo de dificultades en el desarrollo, prematuridad, o alguna condición médica. Es Fundadora de Psicología con bebés.