“¿Te vas a quedar hoy conmigo, mami?” “No, ya no podré estar contigo diario, debo volver a la oficina”. Tras decirle esas palabras mi hija se puso a llorar. Después de dos años de pandemia y de estar la mayor parte del tiempo a su lado, era momento de separarnos. ¿Qué hacer en estos casos? ¿Cómo dejo a mi hijo sin dolor cuando llegó el momento de volver a la oficina? Hablemos de la ansiedad por separación.
Ansiedad por separación: el miedo de ya no estar con mamá o papá
Mi hija experimentó lo que los médicos llaman ansiedad por separación. Se mostró triste y alterada, hizo rabietas frecuentes e incluso sus maestras notaron el cambio: “No pone atención, no sigue indicaciones, ya no quiere participar”.
Los bebés se adaptan bastante bien a otros cuidadores. Por trabajo debí dejar a mi hija en la guardería después de la licencia por maternidad y fue relativamente sencillo. ¡Yo sentí más ansiedad que ella a la hora de separarme!
De pronto la pandemia nos obligó a estar las 24 horas del día con nuestros hijos. Los niños se acostumbraron a nuestra presencia, a comer a nuestro lado, a vernos trabajar pero estar en el mismo techo y poder resolver sus dudas. El regreso de los padres a la oficina sí representa un shock para algunos pequeños.
“Las rabietas y llantos que se producen en los niños cuando se separan de la persona con la que más tiempo pasan puede malinterpretarse y ser confundidas con engreimiento o malcriadez, pero en realidad tiene otro nombre y se llama ansiedad por separación”, explica Verónica Cagigao, psicóloga de Consultorios Libera.
¿Qué es la ansiedad por separación?
La ansiedad por separación es cuando el niño se asusta porque se aleja de las personas que lo suelen cuidar. Siente que hay una amenaza y ante ella comienza a tener una serie de comportamientos como llorar, gritar, pedir que por favor no se vayan y no querer escuchar las indicaciones.
Se trata de una respuesta adaptativa, hasta cierto punto normal, que se presenta principalmente en edad preescolar, desde los dos hasta los cinco años, pero también hay casos en niños más grandes, sobre todo después de un periodo largo en el que estuvieron cerca de los padres como fue el caso de la pandemia.
“A partir de los 6 meses los niños pueden experimentar ansiedad por separación, porque ya se dan cuenta de quién está con ellos”, dice la experta.
Adaptativa y hasta cierto punto “normal”
La ansiedad por separación es habitual en niños pequeños porque aún no comprenden que mamá o papá va a regresar, pero se supera alrededor de los tres años. Hay niños que nunca la experimentan y otros a los que los acontecimientos estresantes les pueden causar ansiedad incluso cuando son mayores (cambio de domicilio, tensiones en casa, regreso al trabajo de su cuidador o el nacimiento de un hermano, por ejemplo).
La duración varía dependiendo de cada niño. En algunos casos son solo unos días de angustia, pero en otros puede convertirse en un problema. Cuando interfiere en las actividades normales del niño puede ser indicador de que padece Trastorno de Ansiedad por Separación en la Infancia (TASI).
“La ansiedad por separación, que es adaptativa y hasta cierto punto normal, puede convertirse en algo más grave que se llama Trastorno de Ansiedad por Separación. Esto ya va a pasar en niños mayores de dos años, me ha tocado atender a niños de ocho o diez años con una angustia muy marcada cuando sus cuidadores se alejan”, dice Cagigao.
De acuerdo con la Asociación Española de Psiquiatría Infanto-Juvenil el Trastorno de Ansiedad de Separación en la Infancia (TASI) presenta como rasgo característico la ansiedad excesiva en relación con la separación o alejamiento de la madre, de ambos padres o, en general, de cualquier persona a la que el niño se encuentra apegado emocionalmente.
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Síntomas del Trastorno de Ansiedad por Separación
“Vamos a ver que si el miedo es intenso, inconsolable, empiezan a aparecer síntomas físicos como dolores de cabeza, náuseas, dolor de estómago, a veces no pueden dormir por pesadillas constantes relacionadas a la pérdida de su ser querido, bajo rendimiento escolar, pérdida de apetito, llanto o tristeza, en estos casos hay que llevarlos a que les den tratamiento, puede ser con psicoterapia y en casos extremos con medicamento porque puede ser un trastorno”, indica Cagigao.
La Clínica Mayo agrega que si la ansiedad por separación parece muy intensa o prolongada, si interfiere en la escuela u otras actividades cotidianas o si incluye ataques de pánico debemos pensar en el TASI.
Entre los síntomas se pueden incluir los siguientes:
- Angustia recurrente o excesiva sobre estar lejos del hogar
- Preocupación constante sobre perder a un padre
- Rechazo a salir de casa
- Pesadillas repetidas sobre la separación
- Miedo a accidentes o sucesos funestos para el niño o su figura de apego
- Cuando se acerca la hora de separarse pueden haber síntomas físicos como:
- Dolores de cabeza
- Dolores de estómago
- Palpitaciones
- Enrojecimiento de la piel
- Inquietud
- Mareos
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Cómo separarme de mi hijo sin dolor
Para que la ansiedad por separación, que es adaptativa y parte del desarrollo del cualquier ser humano, no se convierta en un trastorno es necesario seguir algunas recomendaciones:
1. Identifica las situaciones estresantes del niño y prepárate para contenerlo
Platica con tu hijo, abrázalo, no lo obligues y explícale que mamá o papá va a regresar.
2. Cumple tus promesas
Si le dices que vas a hacer tal o cual cosa es importante que lo hagas. Si sabes que no vas a cumplir, mejor no lo ilusiones. Por ejemplo, si no puedes llegar a tal hora no le asegures que sí vas a regresar en ese momento.
3. Aprende a manejar las despedidas
Muchas veces no sabemos manejar el momento cuando nos despedimos. En nuestro deseo de que se quede tranquilo hacemos una despedida larga y eso torna a los niños más inseguros y ansiosos.
4. Establece rutinas
Los horarios y hábitos le dan estructura a los niños. Las rutinas son la principal forma de lidiar con la ansiedad por separación. Tener un horario para el baño, para la comida, para jugar y para dormir los ayuda a tener seguridad. Cuando sus papás regresan y le dan cariño, lo escuchan y lo abrazan, esta ansiedad que es normal y adaptativa no se va a convertir en un problema.
¿Qué hacer si la ansiedad se convierte en trastorno?
La Clínica Mayo indica que en caso de detectarse miedo excesivo que pueda ser indicativo de un trastorno es importante actuar de inmediato.
- Busca asesoramiento profesional. El diagnóstico y tratamiento temprano reduce los síntomas y evita que empeoren.
- Cumple el plan de tratamiento. Para que no se produzcan recaídas sigue las instrucciones de tu médico. A veces con psicoterapia basta, pero otras veces es necesario acudir con un psiquiatra.
Muchas personas confunden los síntomas de la ansiedad por separación y piensan que el niño es simplemente caprichoso, cuando en realidad a través del berrinche, de sus distracciones y de su rebeldía está gritando que algo le pasa. No está enfadado contigo sino con tu ausencia, ante ello hay que reaccionar rápido y hacerle saber que es lo más importante en tu vida.
Lo peor que puedes hacer es responder con desdén, demuéstrate que lo amas, en cuanto llegues juega con él, tómalo en brazos y recarga pilas antes de la próxima separación. Los niños son capaces de entender y adaptarse, pero para ello necesitan saberse amados. Ahí está la clave.
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