Siempre les deseamos felicidad, éxito en la escuela, satisfacción en sus vidas y amistades honestas que los acompañen mientras no estamos con ellos. Para lograr esto, para tener éxito en la crianza de nuestros pequeños, debemos aceptar a nuestros hijos por lo que son y no necesariamente por lo que queremos que sean, es decir, amarlos y aceptarlos incondicionalmente. Una manera de hacerlo es, en parte, fomentando la comprensión y apreciación de su temperamento, por lo que no está de más mi pregunta: ¿sabes identificar el temperamento de tus hijos?
Es interesante saber que la palabra temperamento tiene su origen en el latín temperamentum o “mezcla correcta”. El temperamento consiste en las cualidades innatas de cada uno de nosotros. Así como tenemos nuestras propias características físicas y cognitivas, también poseemos diferentes temperamentos. Estas cualidades innatas determinan cómo responderemos al mundo y obviamente influyen en la forma en que el mundo nos responderá. El temperamento afecta nuestro estilo de aprendizaje, fortalezas y vulnerabilidades; es único para cada uno de nosotros.
Algunos hijos suelen ser fáciles y encantadores de criar, a medida que estos niños crecen y maduran sus padres experimentan su papel de cuidadores con placer y satisfacción. Aunque tener un temperamento fácil no garantiza el éxito, los niños con este tipo de temperamento, independientemente de sus otras habilidades, suelen tener más facilidad para relacionarse con los demás, desarrollar amistades, tener éxito en la escuela y hacer frente a la adversidad.
Algunos niños son un poco tardíos para adaptarse. Requieren más tiempo para familiarizarse con nuevas situaciones. Son tímidos o cautelosos. Muestran cierta vacilación cuando se enfrentan a situaciones nuevas, sienten la necesidad de permanecer físicamente cerca y se aferren a uno de sus padres cuando están en un lugar que no conocen, tienden a tener miedo de los extraños y de nuevas actividades. Pueden estar ansiosos en situaciones sociales y pasar tiempo observando cómo otros manejan situaciones antes de emprenderlas ellos mismos, rara vez son audaces y, debido a su bajo umbral emocional frente a tensiones incluso menores, son propensos a experimentar ansiedad y preocupación en muchas situaciones.
Algunos niños son mucho más extrovertidos y aventureros, son independientes y les encanta emprender nuevas actividades y explorar desafíos. Cuando sus padres entienden el proceso, este estilo de temperamento brinda grandes beneficios en los niños. Cuando los padres no lo entienden pueden volverse demasiado protectores y generar conflictos.
El temperamento de algunos otros niños es simplemente difícil y son un desafío incluso para los mejores padres. Pueden ser malhumorados o intensos y reaccionar exageradamente a muchas situaciones. Pueden experimentar poco placer, tener dificultades para desarrollar hábitos consistentes de sueño y alimentación, pueden ser impulsivos, desatentos y, a veces, insaciables.
Seguro que ya vas identificando el temperamento de tus hijos en algunas de estas descripciones…
El psicólogo Sam Goldstein describe cuatro pasos para ayudar a los padres a comprender y aceptar el temperamento de sus hijos. Vale la pena echarles un vistazo:
Entonces… ¿Cómo podemos entender mejor el temperamento de nuestros hijos?
La facilidad con la que un niño se adapta a su entorno está fuertemente influenciada por su temperamento, mismo que se va modificando en los primeros años de vida debido a sus experiencias e interacciones con otras personas, su entorno y su salud.
Cuando un niño llega a la edad escolar su temperamento está bien definido, es bastante evidente para quienes lo conocen y es algo que probablemente no cambie mucho en el futuro.
Aquí te presentamos algunas características que componen el temperamento:
Cada niño tiene un patrón diferente de características del temperamento. Muchos, pero no todos, tienden a caer en una de tres amplias categorías: fáciles, tímidos o difíciles/desafiantes. Estas categorías nos ayudan un poco, pero ninguna ofrece la imagen completa. Es mejor pensar cuánto tiene tu hijo de los nueve rasgos de temperamento.
El niño fácil responde al mundo que lo rodea de una manera fácil. Su estado de ánimo es positivo y de leve a moderadamente intenso. Se adapta fácilmente a nuevas escuelas y personas. Cuando se encuentra con una situación frustrante, reacciona con poca ansiedad. Los adultos generalmente describen a estos pequeños como que “es un placer estar cerca de él”.
Un niño tímido tiende a tener estados de ánimo de intensidad moderada, inclinándose algunas veces a la negatividad. Se adapta lentamente a entornos y personas desconocidos, es vacilante y tímido cuando hace nuevos amigos y se retrae cuando se encuentra con nuevas personas y circunstancias. Al enfrentarse a una nueva situación es más probable que tenga problemas de ansiedad, síntomas físicos (como dolor de estómago) o prefiera alejarse. Con el tiempo, sin embargo, aceptará más a las personas y situaciones nuevas una vez que se familiarice con ellas.
El niño difícil o desafiante tiende a reaccionar ante el mundo negativa e intensamente. Ha sido un bebé quisquilloso que hacía berrinches y difícil de complacer. Puede ser ocasionalmente explosivo, terco e intenso y es posible que no se adapte bien a las nuevas situaciones. Algunos niños con temperamentos difíciles pueden tener problemas para adaptarse en la escuela y sus maestros pueden quejarse de problemas en el salón de clases o en el patio de recreo. Cuando los niños tienen temperamentos difíciles, por lo general, tienen muchos problemas de conducta y causan más tensión en los padres y la familia.
Es importante distinguir un temperamento difícil de otros problemas. Por ejemplo, las enfermedades crónicas o el estrés emocional y físico pueden causar dificultades de comportamiento que en realidad no son un problema de temperamento en absoluto.
Por último, recuerda que ninguna clasificación es absoluta. Existen miles de matices y niños que transitan entre un tipo de temperamento y otro. Recuerda que los seres humanos somos únicos, pero distinguir hacia dónde se inclina la personalidad de tu hijo, te dará una idea de sus necesidades.
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