Cada día es más común escuchar acerca de las escuelas para ser padres, pero la verdad es que no existe, hasta ahora, un colegio o carrera universitaria donde te enseñen cómo serlo. Y bueno, seamos honestos, tampoco es que sean muchos los que se ocupen de aprender a ser papás antes de serlo, mas tarde o temprano llega la necesidad de entender los retos, prácticas y beneficios de controlar las emociones de ser padres.
La maternidad y la paternidad son cosas que se desarrollan y perfeccionan sobre la macha, sin llegar nunca a la perfección; ambas son una mezcla de intuición, patrones aprendidos en casa, sentido común, amor, compromiso y mucha, mucha paciencia.
Los nuevos papás han tenido al menos ocho meses de preparativos para recibirle, pero si lo piensas bien te darás cuenta de que esa preparación les alcanza apenas para los primeros meses de vida de su retoño y súmale las emociones y reacciones de ser padres.
Lo primero es ocuparse de que mamá esté sana, se alimente bien y esté en las mejores condiciones posibles. También hay que ocuparse del mobiliario que el pequeño ocupará, su habitación, su ropa, su nombre, su pediatra y así podemos hacer una lista larga pero, ¿y sus papás se preparan para ser papás?
Los padres primerizos desde el día uno se enfrentan a una experiencia desconocida de sensaciones y emociones, a la que llegan con las recomendaciones de sus propios padres, familiares y amigos; y llega el primer golpe duro con la realidad: la depresión posparto. Aunque no se da en niveles altos en todos los casos, todas las mujeres sí cruzan por un sube y baja hormonal que le altera las emociones y la psique y, aunque no está documentado, a los varones también les sucede algo similar (casi como cuando al inicio del embarazo también tienen antojos o ascos y mareos), finalmente es un cambio drástico que no sucede sino hasta que el nuevo ser llega a dormir a casa por primera vez.
Después de la primera noche en vela por el llanto inconsolable de ese pequeño ser es cuando comprendes que no, no estás listo para tantas emociones de ser padres, pero no te preocupes, nunca nadie lo está, la llegada de una personita completamente desconocida es un reto para cualquiera, el bebé incluido.
Lo primero que has de asimilar es que, en primer lugar, tú necesitas reencontrar tu centro, asimilar tus emociones, canalizarlas y aceptar tu nueva situación. En segundo puesto, ¿quién llegó a cambiarlo todo, ustedes o el bebé? En la respuesta sabrás quién es quien ha de adaptarse a la rutina familiar y no a la inversa, claro que esa rutina sufrirá adecuaciones, pero en beneficio de todos y no solo de una personita.
Y, en tercer lugar, si sientes que la situación de las emociones de ser padre te está rebasando, por favor busca apoyo profesional, muchas veces por pena o miedo a ser juzgados no externas lo que sientes y puedes convertirte en una olla de presión atrapada que cuando estalle podría arrasar con quien menos culpa tiene: tu hijo.
Y bueno, en realidad ser papá o mamá en la actualidad es un reto mayor de lo que fue en su momento para nuestros progenitores, no solo en cuanto a emociones.
El intenso ritmo de vida de nuestras sociedades pocas veces permite que uno de los dos se quede en casa de tiempo completo con el o los hijos, ya no hay dinero que alcance y, por ello, se vuelve un deber que ambos trabajen y si se trata de una familia monoparental, ¡ni qué decir!
Si a esto agregamos que las tecnologías día a día nos hacen ser más hacia adentro que hacia la interacción persona a persona, incluidos a veces los niños, llegamos a la conclusión de que como papás es vital e indispensable procurar tener tiempo de calidad con los chicos.
Quizá no se puede cantidad, y se entiende, pero si lo compensas con verdaderas relaciones de calidad, tus hijos y tus emociones en cuanto al día a día de ser padres, sabrán agradecerlo.
Hay conductas que pueden resultar de mucha ayuda cuando de ser padres se trata:
Nadie puede darte la fórmula secreta para ser un padre perfecto y con sus emociones controladas cien por ciento, eso no existe; y no existe por una simple razón: todos somos seres únicos e individuales y las relaciones interpersonales también son únicas.
Lo que para una familia puede ser el santo grial para otras podría ser el peor error cometido, incluso lo que funciona en un niño puede no resultar adecuado para su hermano. Así que lo mejor que puedes hacer es conocer más de ti para que así puedas controlar más tus emociones, respuestas y conductas.
Eso te ayudará a relacionarte de mejor manera con tus hijos, que no son una réplica tuya ni nacieron para que en ellos puedas realizarte y concluir anhelos frustrados; son individuos en formación que merecen ser amados y respetados, y tú has sido elegido para ser su maestro durante toda la vida.
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