Con el mayor entusiasmo que puedes generar para comenzar el 2024 con fuerza tal vez ya compraste una membresía para ir al gimnasio con todo y nutriólogo incluido. Quizá ya decidiste que ESTE será el año en que finalmente pagarás tus deudas y terminarás de escribir tu tesis para poder titularte. ¿Y tus propósitos de Año Nuevo para padres e hijos?
Desde acá te echamos porras para que cumplas tus metas y que sea un año lleno de éxitos, pero, ¿podría sugerirte que agregues algo diferente a tu lista este año? Algo así como un propósito que impacte a tu familia en los próximos años. Un propósito que traerá paz y alegría a tu hogar de forma que nunca antes habías experimentado. Un propósito que te reconectará con tus hijos de una manera significativa, por ejemplo:
¡Convertirte, en el 2024, en el padre que siempre has querido ser!
Para hacer realidad ese propósito quiero compartir 6 cosas prácticas que puedes comenzar a hacer hoy. Esto no es un propósito sobre hacer MÁS sino sobre hacerlo MEJOR, mejor para ti y mejor para tus hijos.
Puedes convertirte en el padre que siempre soñaste ser. No dejes que las membresías del gimnasio, las nuevas rutinas de ejercicios o las metas financieras sean tus únicos propósitos de año nuevo. Proponte ser lo mejor que puedas para las personas más importantes en tu vida.
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Considera tu tiempo diario con los niños. ¿Con qué frecuencia realizas varias tareas a la vez?, la cena, lavar la ropa y otro millón de otras cosas en tu lista… Mientras estamos físicamente con nuestros hijos no siempre estamos completamente presentes en mente, cuerpo y alma. Por eso pagamos un precio: Si los niños no pasan algún tiempo “totalmente presentes y comprometidos” con nosotros durante el día, estarán demandando nuestra atención lloriqueando, jalándonos, interrumpiendo, peleando con sus hermanos. ¿Alguno de esos te suena familiar?
Todos estos comportamientos llaman tu atención, aunque sea una atención negativa. Sé que puede parecer una tontería pensar que un niño buscaría atención negativa cuando no recibe atención positiva. Pero la verdad es que los niños simplemente quieren ser el centro de tu atención, sin embargo, puedes cambiar esos comportamientos haciendo un pequeño ajuste en el tiempo que ya pasas con tus hijos, tiempo centrado en los niños, intencional y directo.
Te sugiero que pases 10 minutos INTENCIONALES, cada día, uno a uno, con cada uno de tus hijos. Eso quiere decir que tus hijos tienen el control de los 10 minutos: ellos toman las decisiones. ¿Una fiesta de té? ¿Armar un edificio con bloques? ¿Disfrazar a papá? ¿Una pelea de cosquillas? ¿Escuchar su música favorita con tu adolescente? Lo que sea que elija el niño, tú lo complaces. Al darle a tu hijo el poder durante este tiempo le ayudas a llenar sus baldes de energía de maneras increíbles.
El sueño importa… mucho. Los niños nunca lo admitirían pero necesitan rutinas, horarios regulares para acostarse y dormir lo suficiente para estar en su mejor momento. El sueño es clave para un estilo de vida saludable y tranquilo, sin embargo, a veces es lo primero que dejamos de lado en las vacaciones y es de lo más difícil de retomar en enero.
La forma más efectiva de hacer que tus hijos duerman más es mantener la hora de acostarse temprano y constante durante toda la semana, sin una diferencia de más de 15 minutos los fines de semana. Si cedes una vez a la hora de acostarse, los niños pensarán que la hora en el reloj siempre está sujeta a negociación.
Una vez que hayas establecido la hora de acostarse, actualiza la rutina nocturna para que las cosas no tan divertidas como cepillarse los dientes o dejar lista la ropa para el día siguiente, lleguen antes que las cosas buenas: la hora leer con mamá o papá o hacer un ejercicio de gratitud.
Esto es lo que llamamos rutina Cuándo-Entonces, y puede revolucionar todos los momentos difíciles del día. Por ejemplo, CUANDO tu hijo termine de hacer su tarea, ENTONCES puede tener 30 minutos de pantalla. Asegúrate de que el último elemento de la rutina, disfrutar del tiempo en pantalla, tal vez, o jugar, solo pueda ocurrir después de que se hayan hecho las cosas difíciles del día.
Comienza poco a poco renovando una rutina a la vez. Una vez que hayas simplificado la hora de acostarse, por ejemplo, pasas a la rutina de la mañana. Sigue las rutinas y pronto tus hijos tomarán el control de sus propios horarios con menos presiones y sin molestias.
La mayoría de los padres no lo saben, o no les gusta admitirlo, pero hacen muchas cosas que contribuyen al mal comportamiento de nuestros hijos. Tranquilo, no estás solo. Eso pasa muy a menudo. ¡Los niños ven el mundo en blanco y negro, y si nuestras acciones no son consistentes con nuestras palabras, contraatacan y tenemos una gran lucha de poder en las manos!
¿Regañaste a tus hijos por dejar juguetes por todo el piso cuando la mesa de la cocina está cubierta de platos sucios, servilletas y envases medio vacíos? ¿Le gritaste a tu hijo para regañarlo porque le gritó a su hermano? ¿Estás comiendo papas fritas en el sofá cuando les dices a tus hijos que solo pueden comer en la mesa?
Nos guste o no, los niños prestan mucha más atención a lo que HACEMOS que a lo que decimos. Cuando ordenamos una cosa y hacemos otra, enviamos el mensaje de que nuestras reglas son opcionales. Al eliminar estos dobles mensajes, obtendremos un mejor comportamiento de nuestros hijos.
Los niños no deben estar exentos de asumir responsabilidades en el hogar. De hecho, los niños de todas las edades maduran cuando se sienten útiles y necesarios, incluso si simplemente recogen los platos sucios y doblan calcetines. Además, cuando se reparte el trabajo, te sentirás menos apurado y podrás disfrutar mejor con tu familia.
Primero, comienza asignando a cada niño una responsabilidad. Luego, y esta parte es crítica, enseña a cada niño cómo tiene que hacerlo. Una vez que puedan manejar el trabajo por su cuenta, agrégalo a una Rutina Cuándo-Entonces, y negocien de antemano una consecuencia razonable si la tarea no se termina. Si te mantienes constante en tus expectativas, tus hijos verán que no vas a dejar que se escapen de su nueva responsabilidad y también completarán sus trabajos sin problemas.
Un nuevo año a menudo significa un nuevo horario de clases o nuevas actividades después de la escuela; incluso, los que enfrentamos las mismas viejas rutinas probablemente agradeceríamos un poco de ayuda para asegurarnos de que todo vaya sobre ruedas. Ahí es donde entra en juego una reunión familiar.
Dedica unos minutos cada semana en un horario regular, como los domingos por la tarde, para reunirse en familia y estar en sintonía y resolver problemas familiares. Ya sea que el perro siga sacando la basura o que tus hijos tengan problemas para mantener limpias las áreas comunes, puedes discutir todos estos problemas y más de una manera tranquila y reflexiva en las reuniones familiares.
Para obtener la aceptación de todos, asigna trabajos rotativos a cada miembro de la familia (líder de la reunión, tomador de notas, servidor de la merienda, etc.), coman algo informal y háganlo divertido. No solo se conectarán como familia sino que tus hijos comenzarán a intensificar y asumir más responsabilidades.
Para cualquier padre o madre el inicio de una nueva etapa en la vida de sus hijos es además de un reto, una oportunidad magnífica para enseñarle a vivir, descubrir el mundo a través de sus ojos, fortalecer los lazos que los unen y, sobre todo, crecer juntos. Un nuevo año no es la excepción, por ello. En esta época un buen ejercicio es proponerte propósitos para el 2024 enfocados en la relación padres e hijos.
La mejor opinión la tienen precisamente quienes están criando a uno o varios hijos, por eso te quiero compartir sus propósitos:
Ada Marcela Alonso, 35 años, mamá de Emilio (4) y Mafer (1):
Emilio, hijo de Ada: Quiero portarme mejor.
Fernanda Martínez, 35 años, mamá de Sebastián (7):
Luis Yvan Montecino (47), papá de Ian (4):
Gaby Cisneros 35 años, mamá de una adolescente:
Con este breve ejemplo te puedes dar cuenta de que la principal preocupación de los papás es estar presente en la vida de sus hijos, darse tiempo y encontrar la forma de hacer más cosas con ellos y mantenerse presente en sus vidas, compartir diversión y paseos, todo sin olvidarse de su educación y formación. Lo que me parece excelente es leer que no dejan de ocuparse de sí, ya que el primer paso para que tus hijos estén bien es que tú estés bien. Para conseguirlo es fundamental que cuides tu alimentación, hagas ejercicio, evites la vida sedentaria, ¿y si adoptas el hábito de hacerte un check up médico al menos cada 12 meses? Continuar estudiando y aprender cosas nuevas mantiene tu cerebro joven, listo para la gran carrera que es educar a un hijo.
Lo maravilloso de iniciar un nuevo ciclo es que tenemos un cuaderno con 365 páginas en blanco para escribir en ellas la historia que, de la mano de las personas que más amamos y nos aman, se convertirán en fantásticos recuerdos que, dentro de un año, serán parte de una vida plena.
Nunca ha habido un mejor momento para hacer un cambio en tus hábitos de crianza. Tu familia es demasiado importante para NO ser el centro de tus propósitos de Año Nuevo. Comienza el 2024 con estos consejos y herramientas, y prepárate para tener el año más tranquilo y placentero hasta la fecha.
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