“Si no te estás quieto, te voy a quitar la televisión”. “Pórtate bien, si no vas a ver cómo te va”. ¿Te suenan estas frases? Es muy común utilizarlas para hacer que los peques tengan el comportamiento que deseamos, sin embargo puede tener consecuencias en su desarrollo. Te contamos por qué no debes amenazar a tus hijos para educarlos.
Nadie te enseña a criar a tus hijos, los educas de acuerdo a cómo te criaron, tomando otros ejemplos o con lo que has ido aprendiendo sobre la marcha. Por lo que es muy probable que vas a equivocarte, pero no te preocupes; recuerda que no se trata de no fallar, sino que lo importante es reconocer tus errores y rectificarlos.
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Amenazar a tus hijos para educarlos: ¿Es buena idea?
Usar amenazas en la crianza de tus peques es una práctica muy común, ya que a muchos nos criaron con frases como: “Si no te portas bien, no habrá regalos”. Incluso, en otras ocasiones usaban seres fantásticos como una manera de asustarnos y condicionar nuestro comportamiento: “Duérmete ya, si no el coco te va a llevar”.
Aunque amenazar a los hijos para educarlos ha ido pasando de generación en generación no quiere decir que sea la mejor forma de disciplinar a lo hijos. La psicóloga infantil Gema Sánchez Cuevas nos explica que “amenazar a un niño implica intimidarlo y causarle miedo”, lo que puede causar que tu peque se vuelva inseguro y desconfiado al pensar que algo malo le sucederá si no actúa como le indican.
La especialista no detalla que las amenazas pueden funcionar en los niños pequeños; sin embargo, esto no significa un acto de autoridad sobre los peques, sino que la supuesta obediencia es una reacción al miedo que les causa la amenaza de sus padres.
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Razones por las que no debes amenazar a tus hijos para educarlos
Por más que te hayan usado contigo amenazas para la crianza, continuar con este patrón podría traer graves consecuencias al desarrollo de tus traviesos. La psicóloga Gema Sanchez nos comparte algunas de las razones por las que no debes amenazar a tus hijos para educarlos:
- Daños a la autoestima: Las amenazas tienen un efecto negativo en la autoestima de los peques, ya que se sentirán poco valorados, lo cual puede causar una actitud rebelde contra los papás.
- Causan estrés: Las amenazas pueden estresar a los niños, ya que les puede generar ansiedad pensar en las consecuencias de sus acciones o en la reacción de sus padres cuando no se comporta como le indican. Lo cual puede tener graves efectos en su personalidad.
- No enseñas a responsabilizarse de sus actos: Con las amenazas los niños sólo aprenden a evitar castigos, por lo que no les inculcas a hacerse responsables de sus acciones y ni de sus consecuencias, lo que fomenta que los niños eviten a las personas que les impone los castigos.
- Normalizan la agresividad: Las amenazas son una forma de violencia, al usarlas como parte de tu crianza fomentar que tus traviesos normalicen las agresiones, lo cual le traerá problemas al momento de relacionarse con los demás.
- Producen falta de autoridad: Al contrario de lo que piensa la mayoría de los papás las amenazas no generan autoridad sobre los niños; por el contrario, el efecto causado es el miedo lo cual hará que te pierdan la confianza y que se alejen de ti.
- Las amenazas pierden efecto: Este punto va muy de la mano con el anterior; las amenazas rara vez se cumplen, con lo que los peques comienzan a “tomarte la medida” porque se dan cuenta que no cumples tus amenazas, lo que puede causar que tus traviesos se vuelvan más rebeldes pues verán que sus actos no tienen consecuencias.
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¿Cómo criar a los hijos sin amenazas?
La crianza implica desafíos diarios, lamentablemente no hay ningún manual que te indique cómo debes criar a tus hijos; y aunque existiera alguno, cada niño es diferente, por lo que hay múltiples maneras en las que puede reaccionar. Hay varias técnicas que los papás pueden aplicar con sus hijos sin necesidad de recurrir a las amenazas, una de ellas es la disciplina positiva.
El psicólogo infantil Álvaro Bilbao nos comenta que la disciplina positiva es un método de crianza desarrollado por los psicólogos humanistas Alfred Adler y Rufus Dreikus. Se basa en el respeto hacia las capacidades de los peques para que sean responsables de sí mismos y de sus acciones, mediante la enseñanza de herramientas con las que puedan desarrollarse de forma positiva para conseguir sus metas.
La disciplina positiva utiliza la firmeza y el reforzamiento de los comportamientos positivos en los niños, en lugar de señalar las malas conductas. Este método busca encontrar la causa de la mala conducta para que los papás generen empatía con sus traviesos y los ayuden a encontrar alternativas a algo que ellos desean o para corregir una conducta indeseada.
El principio más importante de la disciplina positiva es el respeto mutuo, si tratas a tu peque con respeto recibirás lo mismo, ya que los niños aprenden con el ejemplo. También es necesario que mamá y papá conozcan cómo es el desarrollo de los peques para que puedan entender mejor sus necesidades.
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Criar a los hijos no es una tarea sencilla, a lo largo de su crecimiento te enfrentarás a muchos desafíos, los cuales pueden hacerte sentir abrumado. Recuerda que lo estás haciendo bien y que cada día tratas de ofrecer lo mejor tu mejor versión a tus peques.
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