Ser un buen papá o una buena mamá no quiere decir única y exclusivamente proveer económicamente a los hijos, que no les falte de nada o que estén sanos. Es cierto que la salud física casi siempre es la prioridad, lo que más quieres es que tu peque esté sano y fuerte; pero el bienestar emocional debe tener la misma importancia. Una familia presente, padres comprometidos, el apoyo de tu “manada” son fundamentales para criar niños felices.
La felicidad es un concepto difícil de definir, cada persona tiene una opinión muy diferente, ya que depende de muchos factores, como las situaciones que haya vivido alguien. Para la psicología, la felicidad es “un estado mental con un fuerte carga emocional, pero que también se basa en ideas y creencias“, señala el psicólogo Jonathan Phillips.
De acuerdo con Hugo Sánchez, investigador de la Facultad de Psicología de la UNAM, la felicidad depende de los eventos que satisfacen las necesidades de cada persona; considera que se trata de un concepto que cada uno debe construir para disfrutarlo cuando aparezca.
Para el académico, la pregunta: ¿qué nos hace felices?” es muy subjetiva, ya que varía de acuerdo a las características del entorno, historia, aprendizaje y expectativas.
“Lo que cambia es el medio para alcanzar ese bienestar: apreciar una obra de arte, leer un libro, comer nuestro alimento favorito, andar en bicicleta, tomar un café al atardecer, tener sexo o criar hijos; todo ello puede ser lo que nos motiva o nos hace sentir bien”.
Paulina Rivero, directora del Programa Universitario de Bioética (PUB), considera que actualmente la felicidad está dictada por lo material, pues la sociedad hace pensar que ser feliz está relacionado con el estatus económico, los logros económicos o la apariencia.
La especialista señala que la felicidad desempeña un papel fundamental en la vida de las personas, está vinculada a la capacidad de estar contento con uno mismo con lo que se tiene.
“Tenemos que abrir los ojos y darnos cuenta de que tenemos que dejar de ser consumistas y apreciar lo que tenemos: salud, hijos, familia, trabajo. Eso es lo que se requiere, lo demás sobra. La felicidad depende de la forma en que nos relacionamos a lo largo del día, es lo que llamamos “llevarte bien con la gente”, hacernos la vida grata”.
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Al igual que con los adultos, la felicidad en los niños depende de muchos factores: sus condiciones de vida, el lugar donde habitan, la cultura. Unicef realizó un estudio sobre la felicidad en los niños, el cual señala que este sentimiento depende de pasar tiempo con la familia y amigos, hacer cosas interesantes con ambos, especialmente al aire libre, y no depende tanto de tener cosas materiales.
El organismo detalla que debido a las condiciones económicas, los padres deben trabajar mucho, dificultando el tiempo de convivencia con sus hijos, lo cual repercute en el bienestar emocional de los niños.
Para la doctora Carola Álvarez, psicóloga de Clínica Alemana, la felicidad tiene beneficios como una buena autoestima, actitud optimista y mejor adaptación a los cambios. Incluso recomienda a los padres centrarse en los aspectos positivos de sus hijos, desde que son pequeños, así como potenciar sus virtudes; así los peques sabrán que son especiales.
“Los hijos no necesitan grandes cosas para estar contentos, pero sí requieren de un buen vínculo con sus padres. Tienen que aprender que la felicidad está en las relaciones interpersonales, situaciones sencillas, como compartir y jugar con ellos”.
Volvamos a la pregunta, ¿QUÉ HACE REALMENTE A LOS NIÑOS FELICES? La respuesta es sencilla y compleja a la vez: los niños necesitan tiempo y disponibilidad de sus padres. Ellos requieren saber que estarás ahí cuando te necesiten, buscan de tu apoyo, tu consejo y tu guía, aunque no lo digan.
Fomentar la felicidad en los peques es súper importante, la organización Educo ofrece estos consejos para criar niños felices que todos debemos seguir:
El juego es parte importante de su desarrollo, hagan un espacio para que disfruten de este tiempo juntos.
Recuerda que tus hijos seguirán tu ejemplo, por lo que es esencial que les enseñes el lado positivo de todas las situaciones.
Aunque siempre vas a querer cuidar a tus hijos en todo momento, debes darles espacio para que tomen sus decisiones.
Hazle saber a tus hijos que estás orgulloso, para que se sientan apreciados y valorados.
Desde pequeños los niños deben aprender a entender sus emociones y las situaciones que las originan.
Ponerse en el lugar de los demás los ayudará a entender lo que los demás sienten y ayudar cuando sea necesario.
Adjetivos como “malo” o “desobediente”, harán que tus niños actúen de esa forma para adaptarse, de forma inconsciente, al perfil que les estás imponiendo. Para evitarlo, dales una enseñanza positiva en todo momento. Evita etiquetas.
Este tipo de actos deja huellas para siempre. Recuerda que tus peques aprenden en todo momento de ti. Si ven que resuelves las cosas con agresiones, es muy probable que se vuelvan violentos.
La felicidad es un sentimiento que beneficiará el desarrollo de tus peques, no olvides que los pequeños detalles tienen gran valor para ellos.
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