Para acabar con la discriminación y la violencia hacia las mujeres, es necesario que, como mamá o papá, te comprometas a educar sin estereotipos y roles de género. Desde que tu niña o niño está en la cuna, fomenta su desarrollo integral y vela por sus derechos: a la alimentación, la salud, la educación y el sano esparcimiento.
Nuestra labor como tutores de niñas y niños es fortalecer sus capacidades y potencialidades, “enseñarles que son personas individuales, especiales e importantes, y que bajo ninguna circunstancia pueden ser violentados”, explica Ydalia Pérez-Fernández Ceja, vocal internacional en la Federación Mexicana de Universitarias A.C (FEMU) y tallerista en el Museo de la Mujer.
Actualmente, a pesar de los avances en materia de educación, no se ha logrado crear un entorno más equitativo para las niñas porque sigue habiendo discriminación y estereotipos. “La verdadera igualdad sólo llegará cuando todas las niñas estén a salvo de la violencia, sean libres de ejercer sus derechos y puedan disfrutar de las mismas oportunidades en la vida”, escribió Henrietta Fore, directora ejecutiva del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), en el informe “Una nueva era para las niñas: Un balance de 25 años de progreso”.
Generalmente, las mujeres son las encargadas de las tareas de educación dentro de la familia, así como de las actividades de limpieza, coordinación logística del hogar, ocio y entretenimiento. Ellas asumen en promedio 39 horas de trabajo no remunerado, de acuerdo con “COVID 19 – Corresponsabilidad en los hogares”, material informativo elaborado por ONU Mujeres México.
Si quieres empoderar a las niñas, empieza por eliminar en tu hogar la división sexual del trabajo. “Los niños deben participar en actividades acorde con su edad. En muchas familias, las niñas son las que tienen que aprender a cocinar y a lavar trastes; además de atender a sus hermanos”, señala Ydalia Pérez-Fernández Ceja.
Papá también debe colaborar en los quehaceres, lavando ropa, preparando comida, barriendo, pues “mientras las mujeres y las niñas tengan que emplear el triple de tiempo y energía que los hombres en las tareas domésticas, la igualdad de oportunidades para que completen su educación y encuentren buenos trabajos en un entorno seguro seguirá estando fuera de su alcance”, según Phumzile Mlambo-Ngcuka, directora Ejecutiva de ONU Mujeres en el informe “Una nueva era para las niñas: Un balance de 25 años de progreso”.
Permitir a una niña elegir el color de su ropa también la va a empoderar, así que “deja que tu hija elija colores que le gusten; puede ser azul, morado o verde. No le impongas el rosa, rompe con el esquema de que todo tiene que ser de este color asociado con la femineidad”, aconseja Ydalia Pérez-Fernández Ceja.
Asimismo, una niña empoderada se convertirá en la mujer que ella quiera ser. Será quien ella vaya decidiendo según su personalidad y proyecto de vida. Será una persona empática y nunca someterá o violentará a los demás: “esta palabra genera confusión porque el tema del poder siempre se ha vinculado con mandar y disponer de los demás. Sin embargo, “el empoderamiento no debe ser entendido como sometimiento. Empoderar no es descalificar a las personas, ni aprovecharse de los demás”, enfatiza la experta.
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