Si alguna vez te ha tocado ver a un niño de más de dos años que aún usa chupón, quizá te hayas puesto a reflexionar sobre si estará bien o no que sea así, si le puede estar haciendo algún tipo de daño o si es mejor que viva tranquilo y apegado a ese succionador de plástico. Si ese niño es tu hijo y crees que ha llegado el tiempo de hacer que le diga adiós a su compañero, en este espacio te diré cómo hacer que tu peque deje el chupón, pero, primero es importante entender cuál es la función del chupón.
¿De qué trata el asunto del chupón?
La función específica es simple: succionar para calmarse. El Comité Español de Lactancia Materna (CELM) explica que “un bebé usa el chupón de la misma manera en que succionaba su dedo o su manita en el vientre materno, y luego el pecho de su mamá, no con la intención de alimentarse sino de calmarse, ya que cuando succiona el cerebro libera endorfinas y eso hace que se relaje, que se calme”. Desde esta perspectiva el chupón ayuda a conciliar el sueño y disminuir el llanto, es decir, a eliminar el estrés. Algunos doctores afirman que durante el primer año de vida el chupón puede ser un factor protector contra la muerte de cuna, sobre todo en los bebés alimentados con biberón.
Ahora bien, las desventajas generalmente se presentan cuando se le da demasiado pronto un chupón al bebé o cuando se espera mucho tiempo para quitárselo, lo primero es porque puede afectar a que el pequeño acepte la leche materna (lo que puede deberse a que es mucho más trabajo succionar el pecho de su mamá que un chupón de plástico), además puede aumentar el riesgo de otitis media aguda y en el segundo caso puede producir malformaciones orofaciales como la mordida abierta, e incluso ser un factor que pueda determinar la presencia y desarrollo de molestas e indeseables caries.
¿Cuándo es tiempo de decirle adiós al chupón?
De acuerdo con la Asociación Española de Pediatría (AEP), el riesgo de muerte de cuna disminuye considerablemente a partir del primer año de edad, de manera que esto es un factor importante para considerar dejarlo en el pasado pues no tiene beneficio práctico, sin embargo, muchas veces lo necesitan para relajarse, para dormir o para calmarse; cuando es así está bien dejarlo hasta un año más, pero lo que sí es súper importante es que a partir de los 2 años se deje por completo.
Algunos trucos que han pasado de boca en boca, generación tras generación, para que tu hijo deje el chupón son:
- No ofrecer, no negar. Esto es que si el niño está distraído jugando, viendo una peli o un libro, está feliz y no piensa en su chupón, pues no se lo dejes cerca porque entonces lo tomará. Pero si en algún momento lo busca o te lo pide no se lo niegues, dáselo y cuando se haya calmado y lo deje, llévatelo. El objetivo es que poco a poco y sin que lo note deje de usar chupón sin sufrir en el intento.
- Si tu pequeño ya entiende el concepto de Santa, Los Tres Reyes Magos o el Ratón de los Dientes, puedes irlo preparando platicándole sobre el que prefieras, y decirle que cuando los niños son grandes entonces alguno de ellos se lleva el chupón para cuidar sus dientes y a cambio le dejan un regalo, ¡que resulta ser lo que más anhela tener en ese momento! Estarás de acuerdo con que nadie se puede negar a aceptar un regalo del Ratón Pérez o del mismísimo Santa en su faceta de incógnito.
- Para que tu hijo deje el chupón vuélvelo desagradable, intenta con un sabor no grato para tu hijo, de manera que cuando lo lleve a su boca en lugar de satisfacción viva una desagradable experiencia, y refuérzala diciendo que eso sucede cuando ha llegado la hora de dejárselo a cualquiera de los personajes que están enlistados arriba, para que él o ellos se lo lleven al jardín de los chupones que han cumplido su misión de acompañar a un bebé, que como ya es niño grande ya lo puede cambiar por un regalo, hacer un dibujo que explique por qué ha decidido dejar su chupón, darle las gracias y expresar qué le gustaría recibir a cambio.
No hay un estándar de qué sucederá en el momento que decidas que tu hijo deje el chupón, todo depende de él. Mi sobrina simplemente un día lo escupió y no hubo poder humano que le hiciera volverlo a aceptar, ¡y apenas tenía seis meses! Mientras que hay chicos que aún a los cuatro o cinco años hacen tremendas pataletas si el chupón se pierde de su alcance.
Cómo hacer que tu hijo deje el chupón
Es fundamental que te armes de paciencia para lograr que tu hijo se olvide del chupón, aquí unos consejos:
- Asegúrate de que está preparado, la mejor señal es cuando empieza a mostrarse independiente de mamá y logra distraerse jugando.
- Hazlo cuando tú tengas tiempo para apoyarlo, no olvides que se está enfrentando a una separación muy difícil para él.
- Elige un momento adecuado en el que no haya otros factores de estrés, como la entrada a una nueva escuela, el nacimiento de un hermano, un cambio de casa o cualquier cosa que altere su rutina diaria.
- Para que tu hijo deje el chupón, prepáralo con tiempo, puedes ir sembrando la semillita de que los niños grandes ya no usan chupón, platícale sobre el intercambio con el personaje que hayas elegido, o sobre cómo un día solo desaparece el chupón y le dejan una sorpresa. Que la nueva vida sin chupón no lo tome por sorpresa.
- Escúchalo y ten empatía, cuando platiquen sobre el chupón pon atención a sus respuestas y reacciones, que se sepa y sienta comprendido le dará fortaleza a su autoestima.
- Debes estar listo para resistir posibles crisis, puede haber momentos en los que llorará por su chupón, lo pedirá hasta el cansancio; tu misión es, si decides aceptarla resistir y no ceder ni un milímetro del territorio ganado.
- Por nada del mundo lo compares con otros niños que no usan chupón, es buena idea que vea a otros como él que, como son grandes no dependen de un chupete, pero sin comparaciones (de hecho, jamás hay que hacerlas) recuerda siempre que cada niño crece y madura a su propio ritmo.
- Si está acostumbrado a dormirse con chupón, inicia retirándolo en la siesta vespertina y cámbialo por un cuento, una canción o quizá una peli, así podrás hacerlo también por la noche cuando llegue el momento, el chiste es que comprenda que puede quedarse tranquilamente dormido sin necesidad de succionar nada.
Nadie puede conocer a tu hijo mejor que tú, así que cuando sea el momento de que tu hijo deje el chupón, si es que no lo deja solo, lo que te corresponde es trazar un plan de acción, armarte de paciencia, tolerancia, empatía ¡y lanzarte a librar la batalla! No olvides que cualquier decisión es mejor acompañarla del visto bueno del pediatra de tu peque. Con las armas adecuadas estoy segura que saldrás triunfante.
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