Cómo enseñarles a los niños a tener paciencia

Todos alguna vez hemos sido testigos de un berrinche infantil, ya sea en el centro comercial, en el consultorio médico, en el coche que va al lado o en tu casa. Se trata de una situación que genera incomodidad y hasta un poco de pena ajena, ¿no es cierto? Muchas veces esa reacción de un niño es disparada porque no se le concede lo que desea en el momento preciso que lo pide, y esta es la muestra más clara de lo que la falta de paciencia puede ocasionar. ¿Cómo enseñarles a los peques a tener paciencia? Imposible no es…

Así que, para ayudarte a evitar una situación como la que describí antes, explicaré algunas cosas sobre la paciencia, qué es, por qué es importante que la fomentes en tus hijos y cómo puedes hacerlo; estoy segura de que también reafirmarás lo importante que es la paciencia para y en ti.

¿Qué es la paciencia?

Se trata de la capacidad del ser humano de tolerar o resistir situaciones que le son incómodas, molestas o de adversidad en aras de lograr un objetivo determinado o de hacerlo de una manera deseada. En este sentido, una persona paciente es la que puede soportar situaciones incómodas controlando sus emociones y sabiendo esperar a que sus planes se realicen.

La paciencia también la entendemos como la cualidad de esperar a que algo suceda, sin precipitaciones ni arrebatos desesperados (impaciencia), pero no desde la apatía o la inactividad como sentarse a esperar que ese algo suceda solo, sin actuar, sino desde una actitud de acción para lograr que ocurra aquello que se desea, de ahí la importancia de enseñarles a los peques a tener paciencia.

Y en este proceso de enseñar a los peques a tener paciencia es importante que tanto padres como tutores a su vez sean pacientes. El Departamento de Salud y Derechos Humanos de Estado Unidos (SDH) nos recuerda que “es necesario tener paciencia y repetir el mensaje una y otra vez, pues los niños casi nunca aprenden algo nuevo en su primer intento”.

El portal Psicología-Online, dirigido por la psicóloga Claudia Pradas Gallardo, desglosa en tolerancia, perseverancia y autocontrol el camino que lleva a aprender a ser paciente.

Hay distintas formas en las que se puede ser paciente:

• Tolerancia. Eres tolerante cuando ante conductas que te incomodan o molestan de otros reaccionas tranquilamente, permitiéndole ser y expresarse sin que eso te lleve a molestarte o discutir, en el mejor de los casos esperas el momento para opinar sin tratar de imponer lo que piensas. Como papá, ser tolerante es de mucha ayuda cuando tus hijos pierden el control, recuerda que ellos están aprendiendo y tú eres su guía.
• Perseverancia. Se trata de no desesperar ante situaciones o procesos que son lentos en su terminación o realización, se resiste la frustración y el deseo de desistir, por el contrario, se trata de insistir para llegar a cumplir el objetivo marcado.
• Autocontrol. Cuando estamos frente a una situación estresante o cuando tenemos que esperar a que algo suceda o, en el caso de los niños, no pueden lograr hacer algo aparece la desesperación, entonces podemos recurrir a la paciencia en su figura de autocontrol, se trata de aprender a contenerse a sí mismo para encontrar la mejor forma de lograr nuestro objetivo.

Por todo lo anterior no es de extrañar que la paciencia sea una característica sumamente valorada en las corrientes espirituales de todo el planeta y a lo largo de la historia, por ejemplo, para el cristianismo es un fruto del espíritu y para el budismo zen es un rasgo que define a sus hombres sabios. Viéndolo así, ¿no deseas que tu hijo aprenda a desarrollarla y se convierta en una persona paciente? ¡Serás la madre del año al enseñarle a tu peque a tener paciencia!

¿Cómo enseñarles a los peques a tener paciencia?

¿Para qué enseñarle a tu hijo a ser paciente? La respuesta más simple es para evitarle situaciones incómodas y estresantes, ¿por qué? Porque mientras mejor sepa mantener la calma ante situaciones desagradables o retos por alcanzar (lo que sucederá durante toda su vida) mejor reaccionará ante ellas y encontrará la manera de resolverlas, superarlas o salir de ellas.

El mundo en que vivimos está inmerso en el concepto de inmediatez y complacencia, todo (o casi todo) está al alcance de un clic, todo (o casi todo) se hace a la medida del usuario (desde un café hasta tu perfil enredes sociales) y los niños no están exentos, sobre todo aquellos a los que se les permite acceder a dispositivos electrónicos desde cortas edades y, a veces, de manera indiscriminada.

Este rasgo de modernidad es un alentador de la impaciencia, sobre todo para los más pequeños que no cuentan con las herramientas para discernir entre el mundo virtual y la vida diaria, así que pueden llegar a creer que todo cuanto desean es realizable e inmediato, sin que deban esforzarse más allá de un clic.

Considera esto, un niño que crece pegado a una pantalla puede pensar que el tiempo requerido para que aprenda a escribir, leer y hacer operaciones algebraicas es demasiado y no tiene sentido, ¿te imaginas el desenlace? Como padre o tutor es importante enseñarle que la vida real es progresiva, lleva tiempo y para avanzar hay que saber dar un paso a la vez.

El Centro de Psicología Española refiere que para que tu pequeño tenga un desarrollo realista y sano, “lo mejor que puedes hacer es proponerte a que aprenda a ser paciente. A través de la paciencia su cerebro desarrolla la tolerancia, y una persona tolerante tiene mucha ventaja en su vida”, entonces, ¿ya nos estamos comprendiendo en las ventajas de enseñarles a los peques a tener paciencia?

Cuando un chico aprende a ser paciente, entre otras cosas, puede hacer una oportuna evaluación de las circunstancias con mejor perspectiva, sin precipitarse a actuar. Logrará asimilar las situaciones que requieren tolerancia mientras crece, lo que será de mucha ayuda cuando llegue a la adolescencia. Sabrá cómo mantener un sano equilibrio emocional que le permitirá enfrentar con buena actitud los obstáculos que se le presentarán en la vida.

¿Cómo puedes enseñarle a tu peque a tener paciencia?

1. Sé su mejor modelo. Los niños aprenden con el ejemplo y su primer centro de aprendizaje es el hogar, así que, si quieres un hijo paciente tú habrás de serlo también.

2. Paso a pasito. Para los pequeñitos el tiempo no existe, todo es ahora, lo mismo entienden si les dices 5 minutos o 2 horas, ellos se desesperan igual. Tratándose de tiempo, ¿qué tal auxiliarte de un reloj de arena y que esa sea su medida de tiempo? Conforme pasen las semanas y mejore su autocontrol podrás demandarle un poco más.

3. Desarrolla su autocontrol. Aprender que ha de controlar sus emociones y acciones en todo momento, aún si se siente ansioso, cansado o molesto, es de lo que se trata aprender a ser paciente para un menor. Ceder a sus demandas no le ayudará, al contrario, reforzará el aprendizaje de que, si exige, hace berrinche o exige conseguirá lo que quiere rápidamente.

4. La hora del juego. Los juegos y actividades que demandan tiempo son la mejor herramienta para enseñarles a los peques a tener paciencia, por ejemplo, la lotería, los juegos por turnos, preparar un pastel, hacer jardinería o pintar un cuadro, todo aquello en lo que se deba esperar. Recuerda la importancia de reforzar la actividad con una explicación de por qué hay que esperar, porque el horno debe cocinar la masa, porque hay que esperar a que el pan enfríe porque si no puede enfermar si lo come, esperar su turno en el columpio porque todos tienen derecho de usarlo, porque las semillitas tardan unos días en germinar para que una planta crezca. Tu hijo debe asimilar el porqué de cada cosa.

5. Dueño de su tiempo. Algo que puede servir de mucha ayuda es hacer un calendario en el que ellos mismos vayan marcando los días o las horas o las actividades que han de transcurrir o realizarse antes de que obtenga algo que desea (un regalo, un paseo o una comida especial). Esta también es una excelente herramienta para que aprenda a calcular y razonar el paso del tiempo.

Aplica retrasos intencionales

En un mundo donde la gratificación instantánea está en todas partes, a veces a los padres les toca retrasar algunas cosas a propósito, sin más motivo que el de enseñar al niño a ser paciente y esforzarse por lograr lo que quiere. Por ejemplo, si tu hijo desea un cachorro o un juguete, no es necesario satisfacerlo inmediatamente, puede esperar a su cumpleaños o a navidad; esa será una gran manera de enseñarle a tu peque a tener paciencia.

Para desarrollar la paciencia también hay que tener paciencia, no es un logro que se alcance de un día para otro, ¡mucho menos con los más pequeños! Demanda (de los padres, tutores y familiares cercanos) tiempo, dedicación, esfuerzo, paciencia y mucho amor, sin embargo, lograr que tu hijo sea una persona paciente le abrirá muchas puertas y será enriquecedor para su vida; en consecuencia, también para la tuya.

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