Vienen en todas las formas, colores y tamaños. Pueden estar basados en alguna persona que tu hijo ha conocido, en un personaje de un libro de cuentos, en un juguete o incluso en su oso de peluche. A veces provienen puramente de la imaginación. En su mayoría, los amigos imaginarios en la infancia son humanos, pero también pueden ser animales.
Estos camaradas pueden estar siempre allí o pueden ir y venir. Pueden existir solo en ciertos lugares como en la recámara del pequeño o en la mesa de la cocina. Y pueden aparecer y desaparecer sin motivo aparente.
En promedio, los niños de tan solo 2 años y medio pueden tener un amigo imaginario y, en ocasiones, puede ser más de uno.
Los niños suelen dejar de jugar con amigos imaginarios cuando están listos para dar el siguiente paso en su desarrollo hacia su madurez. Lo más probable es que estén presentes durante varios meses, pero podrían estar en la vida de tu hijo durante algunos años.
“Los amigos invisibles o imaginarios en la infancia suelen tener una función lúdica, aunque también pueden cumplir una función protectora cuando el niño siente miedo. La interacción y la existencia de este ser tiene duración variable, llegando a desaparecer cuando el niño comienza a tener un contacto más fluido y positivo con sus pares”.
El amigo imaginario de tu pequeño podría ser alguien que:
Tu pequeño está a cargo de lo que dice, lo que hace y con quién puede “jugar” el amigo especial. Esto también forma parte de lo atractivo que es el amigo imaginario.
Estos camaradas les permiten a los niños explorar un mundo alterno que ellos mismos crean, de hecho, los niños con amigos ficticios pueden ser más imaginativos y más propensos a disfrutar de los juegos de fantasía y las historias mágicas.
La forma en que los niños juegan o hablan de sus amigos puede decirte mucho sobre cómo se sienten y sus amigos imaginarios te pueden dar una idea del mundo interior de tu hijo y de sus gustos, aversiones y preferencias. Los niños con compañeros ficticios pueden ser más sociables y menos tímidos que otros niños y pueden mostrar más empatía en sus juegos con otros niños.
Si bien es normal que los peques tengan esa compañía imaginaria entre los 2 y 6 años de edad, algunos incluso hasta los 8, es importante poner ciertos límites y estar alerta, pues en algunos casos esta dinámica del amigo imaginario podría ser indicio de esquizofrenia infantil.
“Se desconoce la causa de la esquizofrenia infantil, pero los investigadores creen que una combinación de genética, química cerebral y entorno contribuyen con el desarrollo del trastorno. No es claro por qué la esquizofrenia comienza temprano en la vida en algunos y no en otros. Los problemas con ciertos químicos cerebrales que se producen naturalmente, entre los que se encuentran los neurotransmisores denominados dopamina y glutamato, pueden contribuir con el desarrollo de la esquizofrenia.
Aquí hay algunas ideas para los momentos en que el “compañero” pueda ser motivo de un problema:
Para muy pocos niños, los amigos imaginarios pueden ser un síntoma de otros problemas. Si estás preocupado por tu hijo, por ejemplo, si tu peque ha pasado por un evento traumático o si el compañero imaginario está siendo malicioso o grosero, consulta a tu pediatra, él te puede aconsejar qué hacer o si debes consultar con otro tipo de profesional de la salud.
¿Tu peque tiene amigo imaginario? Te esperamos en nuestras redes sociales para platicar de estos camaradas ficticios entre toda la comunidad.
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