Cada vez crece más la consciencia sobre el impacto que tiene criar con violencia y castigos a los peques. En redes sociales circula una publicación anónima en la que se reflexiona sobre el impacto que tienen las agresiones en el desarrollo de los niños. El post inicia con la frase: “A mí mis papás me pegaban de niño” y cómo repercutió en la conducta de un adulto.
Dicen que nadie nace sabiendo cómo ser padre, ante las nuevas generaciones de mamás y papás que son más conscientes sobre la importancia de criar con amor, respeto a sus hijos, atendiendo y tratando de comprender sus necesidades, persisten las voces de abuelos, tíos, suegros que juzgan la crianza de los nuevos papás justificando la violencia que ellos recibieron.
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¿Cuántas veces has escuchado a alguien que te dice: “En mis tiempos de una nalgada dejaban de hacer berrinche”? Este tipo de comentarios, lamentablemente, son muy comunes, las personas que los dicen justifican la violencia, golpes y castigos que recibieron de niños con que ahora son “adultos de bien”, sin embargo, su comportamiento o patrones con sus relaciones afectivas, muestran que no todo está bien.
Justamente esto es lo que plantea este post que ha sido retomado por varios usuarios, ya que plantea cómo los golpes que recibieron de niños sigue afectando las conductas en la etapa adulta, pues aunque en el exterior parecen personas exitosas, en el interior sus heridas de la infancia no han sanado.
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Por generaciones se tuvo la creencia que la disciplina significaba pegarle a los hijos, imponerles castigos cada que se equivocaban o cuando tenían malas calificaciones en la escuela, “sembrar miedo” en los niños para que no se “portaran mal”. Sin embargo, esta llamada “disciplina” dejó profundas heridas en los que hoy son adultos, lo cual hace que repitan esos patrones violentos con sus hijos.
Esta publicación también invita a los padres a romper con esos patrones para tener una crianza más positiva, en la que prevalezca el amor y el respeto, tratando de comprender las necesidades de los pequeños.
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Te dejamos qué dice el post “A mí mis papás me pegaban”:
“A mí mis papás me pegaban de niño y yo no estoy traumado”, afirmó el hombre que su ex-pareja lo denunció por violencia física.
“A mi de niño me dejaban llorando solo hasta que me durmiera y tan mal no salí”, señaló el hombre que pasa largas horas trasnochando en redes sociales afectando su sueño.
“A mi me castigaban de niño y estoy bien”, dijo el hombre que cada vez que comete un error, se dice a sí mismo palabras de desprecio, como forma de auto-castigo.
“A mi de niña me pusieron mano dura y sufro de un trauma llamado ‘educación’”, afirmó la mujer que sigue sin entender porqué todas sus parejas terminan siendo agresivas.
“Cuando yo me ponía de caprichosa de niña, mi padre me encerraba en una habitación sola para que aprendiera y hoy se lo agradezco”, dijo la mujer que ha sufrido ataques de ansiedad y no se explica porqué teme tanto a estar encerrada en espacios pequeños.
“A mi mis padres me decían que me iban a dejar sola o a regalar con un desconocido cuando hacía mis berrinches y no tengo traumas”, dijo la mujer que ha rogado por amor y ha perdonado reiteradas infidelidades a su pareja con tal de no sentirse abandonada.
“A mí mis padres me controlaban solo con la mirada y mira lo bien que salí”, señaló la mujer que no puede mantener contacto visual con figuras de ‘autoridad’ sin sentirse intimidada.
“Cuando era niño, me dieron hasta con el cable de la plancha y hoy soy un hombre de bien, hasta profesional soy”, afirmó el hombre que sus vecinos han acusado con la policía por llegar ebrio a golpear objetos y gritar a su esposa.
“A mi mis padres me obligaron a estudiar una carrera que diera dinero, y mira lo bien que estoy”, dijo el hombre que cada día sueña con que sea Viernes porque está desesperado en su trabajo haciendo todos los días algo que no es lo que siempre quiso.
“Cuando era pequeña me obligaban a estar sentada hasta terminar toda la comida y hasta me la embutían a la fuerza, no como ahora esos padres permisivos” afirmó la mujer que no entiende porqué no ha podido tener una relación sana con la comida y en su adolescencia llegó a desarrollar un trastorno alimenticio.
“Mi madre me enseñó a respetar a punta de chanclazos”, dijo la mujer que se fuma 5 cigarrillos diarios para controlar su ansiedad.
“Yo a mi mamá y a mi papá les agradezco cada golpe y cada castigo, porque sino quien sabe qué sería de mí”, afirmó el hombre que nunca ha podido tener una relación de pareja sana, y a quien su hijo le miente constantemente porque le tiene miedo.
Y así vamos por la vida, escuchando personas afirmando ser gente de bien y sin traumas, pero paradójicamente, en una sociedad llena de violencia y gente herida.
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Cada vez son más papás preocupados por ejercer una crianza más respetuosa, nosotros podemos romper los patrones que nos hicieron daño e intentar ser más amorosos con nuestros peques para formar a futuros adultos plenos y felices.
Cuéntanos en Facebook qué opinas del post “a mí mis papás me pegaban”.
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