Se sabe que el Día Mundial del Huevo se estableció en Viena, en 1996, cuando se decidió celebrar el poder del huevo el segundo viernes de octubre de cada año. El objetivo detrás es crear conciencia en todo el mundo sobre el importante lugar que tienen los huevos en la nutrición humana. Así que, en honor a ellos y a que el Halloween se acerca, te comparto una receta de “Huevos podridos” que hará que tus peques queden como los mejores anfitriones.
El huevo es un ingrediente increíblemente versátil, tanto para platos dulces como salados. Desde el humilde huevo cocido hasta los más elaborados soufflés, el huevo tiene un lugar vital como ingrediente en muchas recetas. No hay país en el mundo que no haga un uso del huevo en su cocina tradicional.
Los huevos no solo saben, también te hacen bien. Son una fuente de proteína baja en calorías y de alta calidad. Además de la proteína, los huevos también contienen vitaminas B y D, y una buena proporción de minerales que son importantes para la salud. Incluso vienen en un recipiente protector biodegradable y son relativamente económicos.
Desde la domesticación del pollo, la gente ha estado disfrutando y alimentándose de huevos. Tanto la clara como la yema de huevo son ricas en nutrientes, incluyendo proteínas, vitaminas y minerales. La yema contiene vitaminas liposolubles (como las vitaminas D y E) y ácidos grasos esenciales; la mayor parte de la proteína se encuentra en la clara.
Los huevos son un ingrediente importante y versátil para cocinar, ya que su composición química es clave para muchas reacciones en el horneado. Hay diferentes tipos de huevo, el más común es el de gallina, mientras que las opciones más gourmet pueden incluir pato, ganso y codorniz.
Un huevo de gallina mediano (hervido) contiene:
Los huevos son altamente nutritivos. Enteros proporcionan casi todos los nutrientes que necesitamos. Son fuente de algunos de los nutrientes más difíciles de obtener, como las vitaminas D y B12, así como el mineral yodo. Los huevos se consideran una fuente “completa” de proteínas, ya que contienen los nueve aminoácidos esenciales que debemos incluir en nuestra dieta.
Promueven la salud del corazón. Contienen betaína y colina que reducen los riesgos de sufrir alguna enfermedad cardíaca y accidente cerebrovascular y deben ser parte de un estilo de vida saludable para que sean beneficiosos.
Son fuente de colina. Todos necesitamos este nutriente para la formación de las membranas celulares y para la función cerebral, incluida la memoria. Es especialmente importante durante el embarazo y la lactancia ya que un suministro adecuado de colina es esencial para el desarrollo normal del cerebro.
Refuerzan la salud ocular. A medida que envejecemos, es normal que nuestra visión comience a deteriorarse, pero hay algunos nutrientes contenidos en la yema (carotenos como la luteína y la zeaxantina), que son importantes para prevenir la degeneración macular y las cataratas. Los huevos también son una fuente de vitamina A, que es clave para una buena vista.
Ayudan en el control de peso. Son ricos en proteínas, que llenan más que las grasas o los carbohidratos. Los huevos tienen un alto índice de saciedad, lo que puede ayudar a reducir la ingesta de calorías más tarde en el día.
La intoxicación alimentaria por Salmonella ha sido una preocupación, especialmente si se comen crudos o poco cocidos. Otra preocupación es que los huevos son un alérgeno alimentario común, especialmente entre los niños pequeños. Aunque la mayoría de los niños superan la alergia al huevo al llegar a la adolescencia, algunos casos persisten incluso en la edad adulta.
Como dijimos, se pueden preparar de muchas maneras, sin embargo, lo prometido es deuda y hoy te comparto una receta que más bien se enfoca en el cascarón y no tanto en el producto pero es una idea genial para las próximas fiestas de Halloween. Se trata de “HUEVOS PODRIDOS” rellenos de brownie. Invita a tus pequeños a la cocina y de seguro se divertirán de lo lindo.
Para hacer los huevos podridos (rellenos de brownie) comiencen por hacer un hoyito en el cascarón y drenen el interior. Reserva los huevos para después hacer un rico omelette o usarlos en otras recetas. Enjuaguen cuidadosamente cada cascarón de huevo; déjenlos remojando en un recipiente de agua con sal al menos media hora.
Pasado ese tiempo, saquen los huevos y séquenlos. Preparen un “baño negro” usando agua y colorante para alimentos. Vuelvan a sumergir los cascarones en el agua negra para teñirlos y darles ese aspecto podrido. Te recomendamos usar huevo rojo, se ven más “desagradables” después de teñirse. Ya que hayan agarrado suficiente color, en un bol aparte, prepara tu mezcla favorita de brownie. Puede ser la receta familiar o una de cajita, no importa. Dejen escurrir los huevos, no los tallen con una servilleta ni trapo porque les quitarán parte del tinte. Ya que estén secos, rellenen ¾ de la capacidad de cada cascarón de la mezcla de brownie. Usa moldes para cupcakes para acomodar los cascarones bien paraditos; ayúdate de papel aluminio para que no se volteen durante la cocción. Hornea según las instrucciones del brownie.
Ya que los brownies (dentro de su respectivo cascarón) estén cocidos y fríos, puedes usar un cuchillo para eliminar los excesos de mezcla que hayan salido por la parte superior, pero la verdad es que eso queda doradito y delicioso y le da un toque más escalofriante.
Compartan con sus amigos, vecinos, en la escuela y disfruten de una nueva y espeluznante tradición.
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