La actividad física es fundamental para la salud y el desarrollo apropiado del cuerpo humano. Los adultos son conscientes de los beneficios que conlleva mantener una rutina física regular, ya que va más allá de la fuerza y la forma física, y es justo lo que debemos procurar para los peques, el que tengan la conciencia y comprendan la importancia de la actividad física.
La actividad física cotidiana, a lo largo de la vida, tiene un impacto significativo en la prevención de enfermedades como la diabetes, la obesidad y la hipertensión, por ello resulta crucial fomentar la práctica de algún tipo de actividad deportiva física en los niños desde temprana edad, con el objetivo de convertirla en un hábito que los acompañe a lo largo de toda su vida.
Aquí desglosaremos qué tipo de actividad física es la más indicada en cada etapa de la vida de tu peque, para que puedas brindarle las mejores opciones y promover su bienestar integral.
¿Sabías que cada 6 de abril se cebra el Día Mundial de la Actividad Física?
La respuesta más simple es no, no son lo mismo. Para comprender las diferencias es necesario hablar de un tercer concepto, a partir del cual surgen los otros dos: actividad física.
La Fundación Española del Corazón lo explica de la mejor manera:
Ejemplos de actividad física son caminar o correr para llegar a algún sitio, aplaudir, lavar el automóvil, subir las escaleras, hacer los quehaceres del hogar (incluidos los más simples como picar ajo), etc.
Ejemplos de ejercicio físico son caminar de una manera planificada, hacer jogging o running, natación, elíptica, ejercicios de fortalecimiento muscular en el gimnasio, etc.
Son diversos los autores que afirman que la mejor forma de enseñar es con el ejemplo, y tanto el ejercicio físico como el gusto por los deportes no son la excepción, el modelo a seguir para los pequeños siempre son sus padres y tutores. Así que, si eres de los que no se mueven ni para buscar el control de la pantalla y deseas que tus hijos hagan algún tipo de ejercicio, lo mejor es que empieces por ti mismo, deja a un lado el sedentarismo y ¡actívate! Así serás la mejor fuente de inspiración para tu descendencia.
Claro está que no puede hacer lo mismo un bebé recién nacido que un niño de tres y uno de ocho años, por ello la UNICEF hace las siguientes diferencias y recomendaciones de acuerdo con las edades de los menores:
Desde las primeras semanas de vida se puede estimular al bebé a moverse. Todos los movimientos de esta etapa son una forma de entrenar su coordinación física y mental, así como su autoconfianza. Por lo mismo es importante que no se le alcancen físicamente los juguetes al primer reclamo, sino dejar que haga un poco de esfuerzo físico por conseguirlos.
Mientras este esfuerzo se haga dentro de límites que le den seguridad y no los ponga en riesgo, los bebés deben poder moverse con libertad, enfrentar desafíos y ver que pueden progresivamente alcanzar los objetos que desean. Por supuesto que no hay que descuidar al pequeñito y reducir al máximo el riesgo de cualquier accidente. Durante este período asistir a clases de estimulación temprana o de natación es sumamente recomendable.
Conforme crecen, el intercambio con otros pequeños de su edad es fundamental para el desarrollo de habilidades y destrezas físicas. Los juegos que hay en parques y en los colegios (como las resbaladillas, los columpios y pasamanos) donde practican equilibrio, fuerza y coordinación de forma entretenida con más niños son una excelente forma de hacer ejercicio. Ya en etapa de escuela (preescolar) deportes como la yoga, el futbol americano, soccer, natación, ballet o karate, ayudarán a que los chicos desarrollen y entiendan lo que es la disciplina, que será fundamental en su desarrollo.
Esta es la etapa en que todo ser humano explorar y experimentar con las capacidades y alcances de su cuerpo. Aunque jugar libremente es indispensable, es el mejor momento de introducirlos en al menos dos actividades físicas o deportivas extracurriculares dado que están en un proceso de madurez física y psicológica.
El Dr. Arturo Perea Martínez, que además ser de especialista en Medicina Interna Pediátrica es profesor de Nutrición Clínica, obesidad y nutrición, recomienda practicar al menos dos actividades deportivas extraescolares, ya que además del beneficio físico que ofrecen, fomentan en los menores el hábito de la disciplina, la buena alimentación, la importancia de saber distribuir el tiempo, lo relevante que es mantener un peso corporal adecuado y sobre todo, el sentido de pertenencia a una comunidad (distinta de la familia) que será positiva en el crecimiento y mantendrá alejados a los menores de vicios o malos hábitos.
En esta etapa, prácticamente se puede introducir al menos a cualquier deporte, sea de equipo como el basquetbol, volibol, soccer, waterpolo, etc., o individual: atletismo, natación, crossfit, tenis, ciclismo, patinaje, tiro con arco, etc.
Adaptar los ejercicios a la edad y etapa de desarrollo de tus hijos es fundamental para fomentar una vida activa y saludable. Al seguir esta guía de ejercicios para niños de 0 a 11 años, podrás proporcionarles las oportunidades adecuadas para fortalecer sus habilidades motoras, mejorar su salud física y disfrutar de la diversión del movimiento. Recuerda que siempre es importante supervisar a los niños durante las actividades y asegurarte de que estén seguros en todo momento.
El ejercicio físico y el deporte son un excelente espacio para inculcar en los niños los conceptos de igualdad, inclusión, disciplina, trabajo en equipo y estrategia. Alejarse de la vida sedentaria, de la comida chatarra, de los videojuegos y las pantallas y cambiarlos por ejercicio y deporte siempre será una elección que dará los mejores resultados.
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