Por Nayeli Rueda
Suele pasar que papá tiene mucho calor y no tapa a su niña o niño. O que mamá muera de frío y cubra al crío con playera térmica, suéter, chamarra, gorro y bufanda, como si viviera en la Antártida. Por eso, si tienes dudas sobre qué tanto debes tapar a los niños en invierno, debes leer esta nota hasta el final.
De diciembre a febrero, a nuestro país llegan varios frentes fríos y tormentas invernales que provocan descenso de temperatura, vientos y lluvia. En algunos estados hay, incluso, caída de nieve y aguanieve.
La mayoría de los padres tienen la idea de que el frío es el causante de las infecciones y esto no es así: “se trata de una época en la que circulan virus y esto es lo que causa en realidad la enfermedad. El frío lo que hace es alterar la función del sistema respiratorio”, explica el doctor Amaury González Molina, neumólogo pediatra del Centro Médico ABC Santa Fe.
La gripe estacional coincide con la temporada más fría del año, por eso las personas asocian las bajas temperaturas con la gripe. Exponerse al frío puede afectar los mecanismos de defensa, pero no produce la enfermedad, de acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
En esta época del año, papás y mamás llegan a angustiarse porque los niños se enferman muy seguido, pero hasta cierto grado es normal e inevitable, porque en el aire no solamente hay influenza, sino muchos otros virus.
Cómo abrigar a un bebé
Es probable que este año los niños se enfermen menos, debido a que están en sus casas por la pandemia de COVID-19, y al no ir a la escuela, no conviven con otros pequeños. Pero generalmente en la época invernal todos se enferman de gripe y tos, y no hay forma de evitarlo, comenta el pediatra.
“Si el niño o niña con una infección respiratoria comienza a respirar muy rápido, tiene dificultad para respirar, se le hunde el pecho, se le abre y cierran los orificios de la nariz o se le ponen morados sus labios, debe acudir con su médico, este es un foco rojo que indica que probablemente necesite hospitalización”.
Amaury González Molina, neumólogo pediatra.
Los médicos debemos “tratar las enfermedades para evitar que se compliquen y estar al pendiente de la duración y constancia de estas gripas. Si fuera necesario, tendríamos que descartar alguna alergia u otra situación”, señala González Molina, quien actualmente hace una alta especialidad en fisiología y terapia respiratoria en el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER).
Desde luego que con las bajas temperaturas habrá que abrigarnos, pero de manera adecuada y con lo necesario. Para averiguar cuánto es suficiente, basta con ver y tocar al bebé.
- No tiene que estar sudando, sino estar arropado y llegar a una temperatura corporal que le sea agradable.
- A los muy chiquitos, cúbreles la cabeza, manos y pies.
- En días muy fríos, solo hay que ponerle al niño o niña una prenda adicional a la que traigan puestas mamá y papá.
- En niños más grandes, que ya pueden expresar sus necesidades, una chamarra sería suficiente. No debe quejarse de calor.
- Aunque la nariz tiene la función de filtrar y calentar el aire, cuando los niños están en el exterior y el viento es muy frío, se recomienda ponerles una bufanda.
Hay que evitar cambios bruscos de temperatura, indica el especialista González Molina, y esto significa “no pasar a un niño de un lugar caliente a uno frío”. La temperatura gélida no va a hacer que se enferme, pero “sí puede afectar la función del sistema respiratorio”, insiste.
En época de frío, el especialista recomienda:
- Mantener una alimentación balanceada y consumir frutas de temporada.
- Lavarse las manos frecuentemente y evitar tocarse la cara.
- Evitar el contacto con las personas enfermas.
- Evitar cambios bruscos de temperatura.
- Tener la cartilla de vacunación al corriente.
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