Por José Ángel Araujo
Al estar en etapa de desarrollo, es muy importante que niños y niñas tengan una alimentación completa, balanceada y acorde con su edad. Por la formación y desarrollo de huesos, dientes y músculos, ellos requieren más alimento en proporción a su peso que los adultos, explica la nutrióloga Raquél Pérez de León, con práctica privada en la Ciudad de México. Si el apetito es deficiente, solo aceptan un número limitado de alimentos y podrían sufrir desnutrición.
Desde que son destetados (transición de la lactancia materna a otras fuentes de alimentación), comienzan a mostrar sus preferencias por ciertos alimentos. En esta etapa se establecen hábitos saludables, por lo que debemos enseñarlos a tomar decisiones correctas.
Durante la etapa preescolar, que va de los dos a los cinco años, y escolar, de los seis a los 12 años, la alimentación debe garantizar la nutrición correcta que les permita el desarrollo adecuado, sin que se presenten deficiencias ni excesos de energía. La Academia Nacional de Medicina en su Guías Alimentarias y de Actividad Física sugiere que la alimentación de niños y niñas incluya verduras, frutas, cereales, leguminosas, alimentos de origen animal, lácteos, azúcares y grasas. Lo importante, además de la variedad de alimentos, son las porciones.
La institución señala que los pequeños entre dos y cinco años deben consumir de 1,000 a 1,200 calorías al día, mientras que los que tienen entre seis y 12 años deben consumir entre 1,300 y 1,500 calorías. Eso no significa que debas estar pendiente de las tablas, aunque sí de sus horarios y las cantidades.
La Guía de Alimentos para la Población Mexicana del IMSS explica el promedio energético de cada grupo de alimentos y su porción. Por ejemplo, las frutas ricas en fibra y bajas en azúcares, como los arándanos (½ taza), aportan 60 calorías.
Nutrición y educación completa
Para los niños y niñas en edad escolar, la alimentación también es una pieza clave en su rendimiento y aprendizaje. La nutrióloga Raquel Pérez recomienda lo siguiente:
- El desayuno debe ser de las primeras actividades del día, apenas se despierte. No desayunar disminuye su rendimiento durante la jornada y afecta su concentración en las clases.
- El desayuno y el lunch escolar son dos comidas diferentes. Es muy importante que desayunen antes de empezar las clases, ya que pasan varias horas desde que se despiertan hasta la hora del recreo.
- Un pequeño no debe pasar más de cuatro horas sin comer. La mejor manera de acomodar sus comidas dependerá de sus actividades, pero la más común podría ser así: desayuno, lunch, comida, snack-colación y cena.
- Si pasan muchas horas entre la hora de la salida de la escuela y la hora de la comida en casa, pueden comerse una fruta o una colación en el camino para que no lleguen muy hambrientos.
- Los refrigerios deberán seleccionarse cuidadosamente, de manera que tengan un contenido nutrimental apropiado. Asimismo, es conveniente elegir los alimentos que no favorezcan la aparición de caries dental.
- Una lonchera no debe llevar comida chatarra. Si acostumbramos a los pequeños a los dulces, se volverán “adictos” al azúcar y pensarán que comerlos todos los días puede ser correcto.
No al “fuchi” a la comida
- Prepara a tus pequeños para el momento. Antes de la hora de la comida, asegúrate que no estén cansados; su actividad debe ser tranquila o de reposo. ¡Programa sus horas de comida y juegos!
- Las porciones deben ser pequeñas. Los niños responden mejor a porciones no tan grandes de alimentos ofrecidas varias veces al día.
- Enamora sus sentidos. Además del gusto, otros sentidos desempeñan una parte importante en la aceptación de los alimentos. Algunos platillos son rechazados debido al olor más que al sabor.
- Revisa la temperatura de los alimentos. En general, se recomienda evitar temperaturas extremas, pues prefieren los tibios.
- La presentación importa. A los niños les gusta el orden en la presentación del alimento. Puede no agradarles que los alimentos se toquen entre sí en el plato, por eso es ideal que vaya primero la sopa o ensalada y después el guisado o plato fuerte. Busca que las verduras no estén demasiado cocidas, ya que tampoco les gustan así.
- Toma en cuenta el ambiente que los rodea. Para niños y adultos, tener una mesa ordenada y limpia es muy importante. Es importante que coman sentados, en una posición cómoda y de manera consciente, pues esto propicia el disfrute de los alimentos. La televisión debe estar apagada, así como los dispositivos electrónicos.
- Checa los utensilios. En los niños muy pequeños, a menudo es mejor un tazón cóncavo que un plato plano, para facilitar el cuchareo. Las cucharas y tenedores gruesos o de mango corto permiten una sujeción más fácil y descansada.
- Piensa en un menú colorido y divertido. Lo ideal es variar los tonos de cada grupo de alimentos: “cada color de fruta o verdura aporta distintas vitaminas y minerales, por eso es importante darle variedad a los vegetales que consumimos”, dice la nutrióloga Pérez de León.
- Permite que interactúen en su elaboración. Ayuda mucho que los menores participen en la elaboración de los platillos, para que aprendan que comer debe ser algo rico, divertido y saludable.
- Para beber, solamente dales agua natural. Deben acostumbrarse a ello durante todo el día; de lo contrario, no se harán el hábito. No es necesario darles jugos naturales o industrializados, ni leche de sabores.