Muchas madres esperamos con emoción el momento en que nuestros hijos comiencen a decir sus primeras palabras. Pero la espera se convierte en incertidumbre y temor si nos percatamos de que, mientras otros niños de la misma edad ya se comunican con sus padres, los nuestros balbucean apenas algunos sonidos incomprensibles o, peor, simplemente no parece tener interés en hacerlo. ¿Cómo saber si mi hijo tiene problemas de lenguaje?
Si bien es cierto que el desarrollo de cada niño tiene su tiempo, es importante hacer “oídos sordos” al clamor popular que dice “no te preocupes, con el tiempo hablará”. ¿Por qué? Tu hijo puede tener un problema del lenguaje y, mientras más rápido lo atiendas, le será más fácil superarlo y evitar sus consecuencias.
Los problemas del lenguaje en la infancia
Según expertos de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), alrededor de 7% de los niños monolingües en nuestro país tiene alteraciones del lenguaje. Pueden ser trastornos, como la dislalia o la dislexia, que afectan tanto a nivel comprensivo como expresivo, o un retraso, que se concentra en lo expresivo y que, básicamente, consiste en que un pequeño tenga acceso al lenguaje más tarde que sus pares.
Sea cual fuere la problemática, suele no recibir la debida atención. Estrella Hernández Vázquez, logopeda y directora de la clínica Terapias Especializadas de Voz, Audición y Lenguaje (TEVAL), asegura que “muchas veces a los adultos no les parece importante que sus hijos o hijas hablen: creen que no pasa nada porque están chiquitos; al final lo que ocurre es que se atrasan mucho su proceso”.
El que las alteraciones del lenguaje no les parezcan graves –pues no es una cuestión de vida o muerte– a los principales cuidadores, puede provocar que se pierda tiempo valioso para su recuperación. “Los problemas del lenguaje son muy frecuentes. Lo más importante es detectarlos a tiempo para la corrección, porque sí es posible corregirlos al 100%”, asegura la especialista.
Cómo saber si algo no anda bien
Insistimos: cada niño vive su desarrollo de manera diferente; sin embargo, existen algunos focos rojos que te pueden ayudar a detectar la necesidad de que tu pequeño sea evaluado por un experto:
- Desde que es un bebé de brazos percibes que te ignora o que no puede escucharte.
- Al cumplir el año no parece tener intención de comunicarse o hablar.
- Tiene más de 1 año y medio y no sigue ninguna instrucción.
- Cumple 2 años y solo comunica sus necesidades básicas con una palabra.
- A los 2 años sólo repite sonidos o balbucea, pero no logra comunicarse.
- Percibes una larga brecha entre él y otros pequeños de su edad.
- Entre sus 2 y 3 años, tú o sus principales cuidadores no comprenden 50% o más de lo que dice.
¿Qué pasa si no hago nada?
A diferencia de lo que mucha gente cree, los problemas del lenguaje no se resuelven con el tiempo. Si estás preocupada, es probable que quienes te rodean minimicen la situación; sin embargo, es importante que sigas tu intuición y dejes que un especialista lo revise.
“Lo más importante es asistir a una evaluación para que sepas exactamente si tu hijo está en el desarrollo lingüístico normal o si hay áreas de lenguaje que deben reforzarse. Entre más pequeños acudan a ella y empiecen una terapia, la rehabilitación será más rápida”, explica la logopeda.
Evadir el problema solo lo hará más grande. Estrella Hernández manifiesta que los pequeños que tienen trastornos del lenguaje no atendidos pueden padecer muchas complicaciones a nivel escolar: “cuando hay un problema del lenguaje, las áreas cognitivas superiores como la atención, la memoria y la comprensión no se dan de la manera adecuada y los pequeños se desfasan”. Esto, además, puede afectar su autoestima, pues en muchas ocasiones se sienten limitados o rechazados por los demás.
¿Cómo ayudo a mi hijo?
Para resolver un problema del lenguaje es esencial un trabajo en equipo. Lleva a tu pequeño a una evaluación y sigue las recomendaciones de los especialistas. En ellas, los terapeutas te darán instrucciones para que practiquen en casa y se refuerce lo aprendido en cada sesión. La rehabilitación requerirá de paciencia y compromiso de tu parte. Quizá sea lento, pero juntos podrán lograrlo.
El experto en cargado de atender los problemas del habla es el logopeda (patólogo del habla y del lenguaje). Puedes buscar o pedirle a tu médico de cabecera que te recomiende uno.
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