Si algo tiene la cultura japonesa es el énfasis que tanto los gobiernos como las familias hacen en torno a la educación infantil. Los niños aprenden desde muy pequeños a desarrollar sus capacidades y a ser disciplinados. Para ello tienen técnicas muy eficaces como el método Kaizen, que ayuda a que los más pequeños aprendan a ser ordenados y se fijen metas.
En qué consiste la filosofía Kaizen
La realidad es que esta técnica no fue pensada específicamente para la crianza de los niños, pero sirve mucho para ese propósito. Kaizen es un término que se compone de dos kanji japoneses: Kai, que significa cambio y Zen que quiere decir bueno o para mejorar, indica el texto Cómo los japoneses interpretan Kaizen, de Wayne Macpherson, catedrático de la Universidad Massey en Nueva Zelanda.
Se trata de una filosofía que impulsa la creatividad y la obtención de mejores resultados a través de pequeñas acciones constantes que brindan beneficios a largo plazo. En muchas empresas se ha adoptado este método para eliminar la procrastinación.
El origen de este planteamiento se remonta a la Segunda Guerra Mundial. Japón se encontraba en graves problemas económicos por lo que un empresario, llamado Taiichi Ohno, creó una metodología para mejorar los sistemas productivos basados en dos valores que rigen su cultura: el compromiso y la disciplina.
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Pasos del método Kaizen
El método consiste en los siguientes pasos:
- Elige una tarea que no te tome más de tres minutos realizar. Algunos empiezan con menos, un minuto, incluso, es por eso que también recibe el nombre de la “regla de un minuto”.
- Establece un momento exacto para hacer esa actividad para que después de llevarla a cabo regreses a tu rutina.
- Haz que la actividad que seleccionaste se convierta en hábito.
Cómo aplicar el método Kaizen en los niños
Esta técnica es tan efectiva que es aplicada también en la crianza de los niños con sencillas adaptaciones.
- Designa una tarea que los niños puedan realizar todos los días a la misma hora. Trata de que lo vean como reto o juego. “¡Tienes tres minutos para hacerla!”.
- La tarea debe ser la misma todos los días, por ejemplo: “levanta tus zapatos”, “pasa un trapo por tu escritorio”, “acomoda tus juguetes”, “alimenta a tu mascota”, “dobla tu ropa”, “pon la mesa”, “barre tu recámara”…
- Respeta el horario marcado. Ponte una alarma y, en cuanto suene, de inmediato hay que hacer la actividad.
- Debes estar junto con tu peque durante esos minutos.
- No incrementes el tiempo hasta que veas resultados.
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Por qué sí funciona esta técnica
Al ser un método que impulsa la creación de hábitos sencillos en corto tiempo no es aburrido. Poco a poco, y sin notarlo, la tarea se convierte en una buena costumbre.
Para que te des una idea de cómo aplican el método Kaizen en el país nipón, en las escuelas cada niño tiene una caja con todos sus útiles. Cando termina la jornada se les dan tres minutos para recoger sus cosas y dejar sus espacios impecables. El “acelere” y la actitud divertida de los docentes hace que sea una actividad entretenida, lejos de algo impuesto.
Otro ejemplo. En Japón los papás suelen crear, junto con sus hijos, una lista de cosas que deben hacer diario: aprender a sumar, lavar los tenis, dibujar algo. Se fijan metas diarias incluido pasar tiempo de calidad con la familia. El truco es que sean pequeños pasitos que sin esfuerzo los hacen llegar lejos.
Los niños necesitan la rutina
Con constancia se puede lograr cualquier cosa, además los niños aman la rutina porque los hace sentir más seguros. No están pensando qué hacer sino que tienen claro lo que les toca. Las rutinas los ayuda a organizarse y evitar el caos. Los niños se sienten mejor cuando las rutinas son habituales, predecibles y constantes.
Un tip. Además de tratar de que esos minutos sean divertidos, otra forma de crear el hábito es motivando a los niños con algún premio terminando la semana. De esta forma saben que su esfuerzo tiene recompensa.
Empieza con tres minutos, luego cinco, luego diez… Cuando el hábito esté creado tu pequeño cumplirá automáticamente esa labor. Llegará el momento en que no mire siquiera el reloj y no se dé cuenta de cuánto tiempo ha invertido en la tarea.
Te invitamos a practicar el método Kaizen con los niños. Recuerda que una serie de mejoras continuas es más efectiva que un solo cambio grande. Las pequeñas metas diarias son más fáciles de alcanzar, nos generan satisfacción porque sentimos que avanzamos, el esfuerzo está dosificado.
Inténtalo y nos platicas cómo te fue.
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