La hormiga holgazana es un cuento que nos enseña la importancia del trabajo duro y la responsabilidad. En esta historia, hay unas hormigas muy trabajadoras que se esfuerzan por recolectar comida y construir su hogar para estar preparadas para el invierno. Pero también hay otra hormiga que es holgazana y no hace nada.
Las hormigas trabajadoras advierten a las holgazana que debe prepararse para el invierno, pero esta últimas decide disfrutar y no hacer caso. Llegado el invierno, las hormigas trabajadoras tienen suficiente comida y un lugar cálido para pasar la temporada fría, mientras que la holgazana se encuentra hambrienta y sin refugio.
Este cuento nos enseña que es importante ser responsables y trabajar duro para prepararnos para el futuro. Nos muestra que la holgazanería y la falta de previsión pueden llevarnos a problemas y dificultades. A través de esta fábula, los niños aprenden la importancia de la responsabilidad, el esfuerzo y la planificación.
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Cuento completo: La hormiga holgazana
Autor: Esopo. Versión de La cigarra y la hormiga.
Adaptación: Eva María Rodríguez
Había una vez un grupo de hormigas que vivían en un hermoso jardín. Eran muy trabajadoras y se pasaban todo el día recolectando comida y construyendo su pequeño hormiguero.
Entre esas hormigas, había una que era holgazana y que prefería disfrutar del sol y no trabajar. Mientras las hormigas trabajadoras recorrían el jardín recolectando semillas y granos, la holgazana se tumbaba en la hierba sin hacer nada.
Un día, las hormigas trabajadoras se dieron cuenta de que se acercaba el invierno. Sabían que tenían que recolectar suficiente comida y construir un refugio seguro para pasar la temporada fría. Entonces, fueron a hablar con la hormiga holgazana.
“¡Hola, holgazana! Deberías empezar a recolectar comida y construir tu propio refugio para el invierno”, le dijeron las hormigas trabajadoras.
Pero la holgazana solo se río y respondió: “¿Para qué trabajar tanto? Disfrutaré de la vida y ya encontré comida cuando llegue el invierno”.
Las hormigas trabajadoras continuaron trabajando duro, recolectando semillas y granos, y construyendo su refugio. Trabajaban día y noche sin descanso, mientras que la holgazana seguía disfrutando del sol y sin preocuparse por el invierno.
Finalmente, llegó el invierno. La nieve cubrió el jardín y la comida escaseaba. Las hormigas trabajadoras tenían suficiente comida almacenada y un refugio cálido para protegerse del frío. Pero la holgazana se encontraba hambrientaa y sin un lugar para resguardarse.
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Cuando la hormiga holgazana despertó de una de las muchas siestas que se echaba durante el día y vio que no había nadie le entró mucho miedo.
-¡Me han abandonado! -gritó. Y se puso a correr de acá para allá. El hormiguero estaba cerrado. No se podía entrar.
-¡Y se han llevado la comida! -exclamó la hormiga holgazana-. ¿Qué va a ser de mí?
La hormiga holgazana no sabía qué hacer. Intentó abrir el hormiguero. Pero cayó la noche y empezó a tener miedo. Tenía que esconderse antes de convertirse en la cena de algún otro insecto o de algún animal.
Así que se metió debajo de una hoja y esperó a que se hiciera de día. Por la mañana no le quedó más remedio que ponerse a buscar comida y a pensar cómo hacerse un refugio, puesto que seguía sola.
La hormiga holgazana se dio cuenta de su error y fue a pedir ayuda a las hormigas trabajadoras. “Me equivoqué. ¿Podrían compartir su comida conmigo?”, suplicó.
Las hormigas trabajadoras, a pesar de haber sido ignoradas antes, no dudaron en ayudar a las holgazanas. Compartieron su comida y las dejaron quedarse en su refugio.
-¡Eh, tú, hormiga holgazana! -dijo alguien-. Por aquí, hemos hecho otro hormiguero aquí al lado.
-Prometo no volver a holgazanear nunca más -dijo la hormiga holgazana.
-Más te vale haber aprendido la lección, porque la reina no te dará otra oportunidad -dijo la otra hormiga.
Desde ese día, la hormiga holgazana aprendió la importancia del trabajo duro y la previsión. Prometió ayudar a las hormigas trabajadoras en el futuro y nunca más ser holgazana.
Y así fue como la hormiga holgazana se convirtió en la más trabajadora de todas las hormigas del hormiguero. Y sirvió de ejemplo para todas las demás.
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Un cuento para reflexionar con los niños
¡Queridos papás! La hormiga holgazana es un cuento maravilloso para leer a nuestros niños. A través de esta historia, los más pequeños aprenderán sobre la importancia del trabajo duro, la responsabilidad y la planificación. Les enseñará que es mejor ser como las hormigas trabajadoras, que se preparan para el futuro, en lugar de ser como la hormiga holgazana, que se olvidó de sus responsabilidades.
Las fábulas como esta son una herramienta valiosa para enseñar a los niños lecciones importantes de la vida de una manera amena y entretenida. Les ayudan a comprender los valores morales y las consecuencias de sus acciones. Además, fomentan la imaginación y el amor por la lectura.
Te invito leer este cuento con sus hijos y a tener una bonita conversación sobre las enseñanzas que ofrece.
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