La caja de la ira es una técnica de relajación infantil que ayuda a que los niños controlen sus emociones. Está basada en el cuento Vaya rabieta de Mireille d’Allancé, un texto ligero en el que el autor nos habla de cómo un niño de nombre Roberto, muy, muy enojado, deja salir de su interior la Cosa que destruye todo.
Seguro te recuerda a alguien, ¿no? Todos los niños han hecho algún berrinche en su vida. Es normal. En el cuento, cuando Roberto se da cuenta que sus juguetes y libros preferidos son aventados por la Cosa, se da cuenta de su error, así que la atrapa en una caja para que no vuelva a salir.
Con base en este cuento, la psicóloga española Marina Martí creó la caja de la ira. La idea es que los niños aprendan a controlar sus emociones y se den cuenta que cuando la ira es intensa y llega a berrinche puede ser muy destructiva. Se convierte en un monstruo enorme que debemos atrapar para que deje de romper todo.
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Cómo aplicar la técnica de la caja de la ira
- Lee con tu niño el cuento de Vaya rabieta. Platica con él y asegúrate de que lo entienda.
- Si llega a hacer una rabieta dale papel y colores. Pídele que dibuje su enojo, como el monstruo que salió de la panza de Roberto.
- No importa si solo hace garabatos, lo que necesitas es que deje que sus emociones salgan a través del dibujo. Dile que le ponga ojos, brazos y piernas al monstruo para que tenga identidad.
- Una vez terminado el dibujo haz que lo arrugue y lo meta en una caja que deberás cerrar muy bien con cinta adhesiva o con llave, si cuentas con una. De esta forma ese monstruo molesto no volverá a salir
- Listo, con esta sencilla acción el monstruo es derrotado. Tu hijo aprenderá que puede controlar la ira y será un triunfo para él convertir algo negativo en positivo.
- Ojo, la caja de la ira sirve en situaciones específicas de enfado, no es útil para corregir mal comportamiento continuo y es mejor si se aplica a niños de entre dos y cinco años de edad.
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Todos los los niños hacen berrinche
La ira es una emoción básica en el ser humano. Tooooodos nos enojamos. Los adultos aprendemos con el tiempo a no explotar en berrinches, pero los niños pierden el control con facilidad sobre todo entre los dos y tres años.
Trata de ser paciente, poco a poco tu hijo aprenderá a controlarse, pero mientras tanto tú puedes ayudarlo con herramientas sencillas como la caja de la ira para transformar lo negativo en positivo.
Después del berrinche, cuando esté tranquilo, habla con tu pequeño. Pregunta cómo se siente, analiza con él aquello que le produjo enfado. De esta forma aprenderá a conocerse mejor a sí mismo y a los demás. Lo importante con las emociones es que aprendan a entenderlas, no a evitarlas porque son normales.
Aquí te dejamos el cuentito para que lo platiques con tu niño
