La salud mental de los niños es un tema cada vez más relevante para nuestros días pues, en un mundo en constante cambio y lleno de estímulos, la ansiedad infantil y otros trastornos emocionales han aumentado en los últimos años.
La ansiedad, la depresión y otros trastornos pueden afectar seriamente el desarrollo emocional y social de los pequeños si no se tratan a tiempo. Por esto, es esencial que las madres, padres y cuidadores entiendan las señales de alarma y sepan cómo brindarles el apoyo adecuado.
¿Qué es la ansiedad infantil?
La ansiedad infantil es una respuesta emocional natural y común en los niños frente a situaciones nuevas o estresantes. Sin embargo, cuando esta ansiedad es persistente y afecta sus actividades diarias, podría estar indicando un trastorno de ansiedad.
Es importante entender que el hecho de que un niño se sienta ansioso en ciertas ocasiones es normal, especialmente si está pasando por etapas de cambio, como el inicio de la escuela o la llegada de un nuevo miembro a la familia. Pero cuando esta ansiedad se vuelve constante, es momento de prestar atención.
Respecto a esto, la psicóloga Cristina Herrera nos comenta que los niños suelen experimentar estrés ante situaciones escolares o sociales, pero la ansiedad comienza cuando tienen problemas para gestionar sus sentimientos, incapacidad para pedir ayuda o le faltan estrategias que el adulto tiene la responsabilidad de proporcionarle.
“Los niños con ansiedad suelen tener una actitud evitativa ante cualquier situación que los ponga incómodos, por ejemplo no querer ir a la escuela. Ante esto, es importante ayudarles a expresar e identificar emociones como el enojo, la frustración, etc.”
¿Cuál es la diferencia entre el estrés y la ansiedad infantil?
Como señala el portal AYUDARTE, el estrés es la respuesta que el organismo activa cuando percibe, valora o identifica una amenaza y es causado por factores externos, es decir, situaciones que sobrepasan al niño. Por su parte, la ansiedad infantil es una emoción que surge cuando se anticipa un peligro y es causada por factores emocionales, físicos y cognitivos.
Por otra parte, la ansiedad infantil se destaca por el miedo excesivo de lo que pueda suceder, debido a una interpretación irracional que anticipa los peores escenarios. En tanto, el estrés es una preocupación por lo que está sucediendo en el presente y, a diferencia de la ansiedad, no se mantiene en el tiempo.
Síntomas de la ansiedad infantil
De acuerdo con la Unicef, algunas de las señales y síntomas de la ansiedad infantil que pueden manifestarse de manera física o emocional son:
- Dificultad para respirar, dolores de cabeza o sensación de desmayo
- Taquicardia y, a veces, hipertensión
- Sensación de inquietud, temblor o debilidad en las piernas
- Problemas para dormir o falta de apetito
- Dificultad para concentrarse o falta de concentración
- Cansancio y mal humor
- Sensación de pánico, nerviosismo o tensión
Por otra parte, la psicóloga Cristiana Herrera señala que los trastornos como la ansiedad infantil o la depresión a veces son difíciles de detectar en los niños, pero que debemos estar atentos a ciertas señales; por ejemplo, si les cuesta dormir, si se muerden las uñas e incluso si presentan problemas gastrointestinales continuamente, pues como explica:
“El estómago es conocido como el segundo cerebro, ya que tiene una gran cantidad de neuronas y guarda mucha relación con el sistema nervioso, por lo que tiende a reflejar los problemas emocionales que experimentan los niños”.
De igual modo, la experta explicó que otro foco de ansiedad es si los niños entre 8 u 9 años regresan a conductas que ya habían dejado como morder sus lápices o apretar las manos con frecuencia.
Cuando la ansiedad infantil se somatiza
Otro aspecto muy relevante acerca de la ansiedad infantil es que, de acuerdo con la psicóloga Laura Hernández de la UNAM: “los niños latinoamericanos, incluidos los de México, a diferencia de los menores de otras regiones, tienden a somatizar la ansiedad”, esto significa que la expresar a través de síntomas físicos:
“A diferencia de los de otro origen, los latinoamericanos al sentirse ansiosos pueden manifestar vómito, náusea o dolor de cabeza, o simplemente parecer enfermos”.
Esto puede ser un verdadero problema, ya que puede sumarse a las causas de por qué muchos padres no logran identificar cuando sus hijos experimentan episodios de ansiedad infantil. Los estudios epidemiológicos indican que el 7.1 por ciento de los niños son diagnosticados con trastornos de ansiedad y hasta el 30 por ciento experimentan una ansiedad moderada que interfiere con su funcionamiento diario en algún momento de su vida.
Esto nos habla de la importancia que tiene cuidar la salud mental infantil en nuestro país, así como que las madres y padres estén atentos a cualquier señal de alarma y aprendan a validar las emociones de sus pequeños. Es importante recordar que los trastornos como la ansiedad y la depresión en los niños no se ven igual que en los adultos pues estos pueden manifestarse con actitudes de enojo que muchas veces los padres pueden confundir con simples berrinches.
Herramientas para ayudar a los niños a manejar la ansiedad
La ayuda de los padres es fundamental en el tratamiento y prevención de la ansiedad infantil. A continuación, te ofrecemos algunas estrategias que pueden ser útiles para promover una salud mental saludable en tus hijos:
1. Fomentar la Comunicación Abierta
Es importante que los niños sientan que pueden expresar sus emociones sin ser juzgados. Fomentar la comunicación abierta y honesta les ayuda a identificar y procesar sus emociones. Cuanto más las entienda y sienta seguridad, más fácil le resultará controlarlas.
2. Establecer Rutinas y Estructura
Las rutinas proporcionan seguridad y predictibilidad, lo cual es clave para reducir la ansiedad en los niños. Las rutinas para el sueño, las comidas y el estudio les ayudan a tener un sentido de estabilidad en su vida diaria.
Mira también: Actividades para promover la salud mental en los niños
3. Enseñarles Técnicas de Relajación
Las técnicas de relajación, como la respiración profunda y la meditación, pueden ayudar a los niños a calmarse en momentos de ansiedad. Algunos ejercicios que pueden ayudar a tranquilizarlo son:
- Inhalar y exhalar lentamente mientras nombra cosas que no le causen estrés: 4 cosas que pueda ver, 3 que pueda oír, 2 que pueda oler y 1 que pueda saborear.
- Respiración abdominal: Pídele que coloque su mano sobre el estómago y que respire profundamente 5 veces, 5 segundos inhalando y 5 segundos exhalando, inhalando por la nariz y exhalando por la boca.
4. Evitar la Sobreprotección
Es natural querer proteger a los hijos, pero la sobreprotección puede generar dependencia y aumentar su ansiedad. Permitir que enfrenten desafíos, como resolver problemas o socializar, fortalece su confianza y los prepara para manejar el estrés.
5. Buscar Ayuda Profesional si es Necesario
En algunos casos, la ansiedad infantil puede requerir la intervención de un profesional de salud mental. De acuerdo con la psicóloga Herrera, generalmente los padres suelen darse cuenta de que su hijo requiere ayuda profesional a raíz de alguna conducta de la personalidad que se manifiesta a partir de los 3 años. También a partir de los 6 años es posible que se detecten algunas situaciones en la escuela que den la pauta a la valoración del niño, por ejemplo cuando se les dificulta algún aprendizaje.
“Es fundamental identificar el problema de salud o desarrollo en las primeras etapas para poder intervenir de manera eficaz y darle herramientas al niño con las que pueda manejar los desafíos que se le presenten, así como prevenir problemas secundarios que puedan impedir su desarrollo pleno. El apoyo familiar también es crucial para disminuir el estigma”.
Cristina Herrera, Psicóloga
La ansiedad infantil y otros trastornos emocionales son un aspecto importante de la salud mental de los niños. Como hemos visto, la familia juega un rol fundamental en la detección temprana y en el apoyo emocional, brindando un entorno seguro y estable.
Recuerda que la salud mental de tu pequeño es tan importante como su salud física, y tomar acciones desde edades tempranas puede marcar una diferencia significativa en su vida adulta. Por lo tanto, si te preguntas cómo ayudarlo en situaciones de ansiedad, la clave está en escucharlo, apoyarlo y no dudar en buscar ayuda profesional si es necesario.