Por Nonantzin Martínez
La piel es el órgano más extenso del cuerpo y tiene funciones muy importantes que ayudan a mantener un buen estado de salud: impide que penetren gérmenes al interior del organismo, nos protege del frío y del calor y proporciona una defensa inmunológica.
Sus cuidados deben iniciarse desde recién nacidos y continuar durante toda la vida, señala la Dra. Rossana Janina Llergo Valdez, presidenta de la Fundación Mexicana para la Dermatología.
Para evitar que sea vulnerable a lesiones, infecciones e irritaciones, la experta comparte estas tres recomendaciones que debemos procurar en la piel de nuestras niñas y niños:
Una exposición excesiva a los rayos UV del sol favorece procesos de inflamación de la piel, es decir, la lesiona. Y los daños recibidos en la niñez afectan a la piel durante toda la vida. De hecho, se sabe que a los 18 años, el 80% del daño en la piel ya está hecho.
A partir de los 2 años es conveniente que los menores utilicen protector solar. Aunque este podría aplicarse desde los seis meses, no es conveniente exponer a los pequeños a una cantidad tan importante de sol, como por ejemplo, la de la playa, porque estas condiciones fácilmente van a agredir su piel”, enfatiza la Dra. Llergo Valdez.
El protector debe ser dermatológico (preferentemente pantallas solares, las cuales tienen en su composición dióxido de titanio y óxido de zinc), tener un FPS (factor de protección solar) mínimo de 30, aunque el ideal es de 50 y ser resistente al agua. Ya sea que los niños o niñas estén en casa o fuera, hay que aplicarlo cada cuatro horas. Si el sitio donde se encuentran recibe una radiación solar importante, hay que reaplicarlo cada dos horas.
Complementar la protección solar con ropa (de algodón, preferentemente) es muy importante. Se sugiere que usen manga larga, gorro o sombrero y gafas. Para las piernas, la de mezclilla es muy útil. Existe ropa con FPS, si tienes la posibilidad de adquirirla, esto es una ayuda extra.
“Al cimentar hábitos de uso de protección solar desde la niñez, su piel estará sana y tendrá menos posibilidades de desarrollar el cáncer de piel en edad adulta. No hay que perder de vista que la piel tiene memoria”, enfatiza la experta.
La higiene de la piel es fundamental. Niños pequeños y grandes deben tomar baños breves, con agua tibia y jabón neutro o dermolimpiadores syndet, con calidad humectante, que son discretamente ácidos y que respetan el manto lipídico de la piel para no agredirla por su uso frecuente.
La dermatóloga Llergo Valdez señala que se deben evitar esponjas o estropajos, ya que estos objetos son agresivos con la piel. Lo recomendable es dar un masaje suave, solo con la mano y el jabón, sin generar fricción. En el caso de los pequeños que usan pañal, se recomienda hacer el aseo de esta zona también solamente con agua y jabón y evitar toallas con perfume, ya que podrían generar irritación.
Después del baño, hay que prestar mucha atención al secado. Se recomienda hacerlo muy bien en la zona de los pliegues para evitar que la humedad contribuya a que proliferen bacterias y gérmenes. Justo al término del baño y el secado, hay que aplicar una crema humectante, momento en el que la piel la aprovechará al máximo sus beneficios. La crema emoliente debe aplicarse desde recién nacidos.
Durante el primer año de vida, es muy común que aparezcan problemas en la piel de los pequeñitos. El clima, el medio ambiente, la falta de hidratación, irritantes, la propia genética, entre otros, los hacen propensos a sufrir padecimientos inflamatorios como la dermatitis atópica, que se caracteriza por enrojecimiento, erupciones y picor.
“Si nuestros hijos presentan alteraciones o manchas, hay que llevarlos con el especialista y no automedicarlos. Cuando se siguen recomendaciones caseras, las pomadas y medicamentos usados pueden ocasionar daños irreversibles”, alerta la Dra. Llergo Valdez.
Para mantener sana la piel de nuestros hijos, es conveniente llevarlos a revisión, una vez al año, con el dermatólogo pediatra, quien también revisará antecedentes hereditarios para dar una atención preventiva.
“Es muy importante empezar a formar a nuestros hijos e hijas en estos buenos hábitos y enseñarles a comprender la necesidad de cuidar su piel a lo largo de su vida”, recalca la actual presidenta de la Fundación Mexicana para la Dermatología.
Si en casa hay recién nacidos, lactantes y niños pequeños, no olvides seguir los tres cuidados básicos mencionados anteriormente: baños cortos, humectar la piel y protegerla del sol. En la adolescencia los cuidados se modificarán un poco, pero teniendo como base estos, la etapa en que las hormonas empiezan a hacer de las suyas seguramente no resultará difícil de sobrellevar, al menos en términos de piel.
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