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Esto debes hacer si tu hijo se traga una moneda o un objeto extraño

Por Ollin Islas Romo

Algo común en los bebés y niños pequeños es que experimenten con el entorno a través de sus sentidos, como el tacto o el gusto. Para muchos pequeños, además, es agradable mordisquear objetos, pues eso mitiga la sensación de comezón que experimentan cuando quieren salir los dientes. Por ello, no es de extrañar que tragarse objetos sea uno de los incidentes más comunes en niños menores de seis años (y también uno de los más aterradores para los papás).

Aunque esta situación es parte de la vida cotidiana de los pequeños, es muy difícil que deje de preocupar a los padres, especialmente por las complicaciones que podría implicar. La más grave de ellas, sin duda, es la muerte por asfixia. Según un reporte de 2015 de la Secretaría de Salud, las asfixias fatales en la población infantil (menores de 9 años) ocupaban el octavo lugar dentro de las principales causas de muerte dentro de este grupo.

Afortunadamente, en la mayoría de los casos juguetear con un objeto extraño dentro de la boca transcurre sin problemas graves. Sin embargo, también puede suceder que durante el juego, los niños se traguen el objeto. Si esto ocurre, ¿qué debemos hacer?

Los pasos a seguir

Maricarmen García, pediatra de la Universidad Autónoma del Estado de México, explica que “lo primero es tener claridad respecto a lo que el pequeño ingirió. ¿Fue una moneda? ¿De qué tamaño? ¿Fue una canica? Si el niño no sabe qué responder, muéstrale objetos similares para que pueda manifestarse”. 

La experta nos explica que es indispensable que averigüemos de qué objeto se trata, el material del que está hecho, la forma y el tamaño, ya que de eso dependen, en gran medida, los pasos a seguir. 

Por ejemplo, si lo que los niños se tragaron contiene materiales tóxicos (como las pilas), es indispensable ir a Urgencias para que se reciba atención médica inmediata. Lo mismo si se trata de un objeto puntiagudo, como un clavo o un cristal, ya que estos pueden perforar el tracto digestivo de los pequeños.

Otra característica importante a considerar es el tamaño. Hay objetos cuyo tamaño posibilita su salida en el recorrido que normalmente llevarían los alimentos, sin embargo, hay otros que no, o que se quedan o se  “atoran” en algún sitio y es necesario extraerlos, ya sea con endoscopio o de manera quirúrgica.  

“En cualquier caso, es importantísimo darle seguimiento a lo ocurrido. Hay que llamar a un médico para recibir sus indicaciones. En el caso de objetos metálicos y redondos como las monedas pequeñas, nosotros siempre recomendamos hacer una radiografía para constatar que está ahí e ir monitoreando el recorrido hasta que confirmemos la expulsión en las heces”, explica la pediatra. 

Muchos padres no creen necesaria la asesoría médica en casos de ingerir algo pequeño, pues piensan que, tarde o temprano, lo sacarán. Pero esto no es necesariamente cierto. En el camino pueden darse diversas dificultades capaces de poner en riesgo la salud de los pequeños. “Por supuesto que puede haber complicaciones. Los objetos extraños pueden provocar infecciones, perforaciones u obstrucciones. En cualquier caso es indispensable la atención y el seguimiento médico”, manifiesta García.

Es indispensable averiguar qué objeto es, el material del que está hecho, su tamaño y su forma.

Lo que puedes hacer en casa

Como mencionamos anteriormente, si tu pequeño ingirió un objeto extraño, lo primero que debes hacer es ponerte en contacto con tu pediatra. Si el médico determina que se le puede dar seguimiento al caso por medio de radiografías, te ofrecemos estos consejos:

  • Mantente atenta. Observa a tu pequeño y toma nota de cualquier situación anómala: ¿tiene dolor?, ¿siente alguna molestia en particular? En caso de que esto ocurra, comunícate con tu pediatra nuevamente.
  • Ofrece a tu hijo agua y alimentos ricos en fibra. Ayuda al tránsito digestivo de tu pequeño con bastante líquido y alimentos que sepas que lo ayudan a ir al baño.
  • Revisa las heces. Con un par de guantes examina sus heces en busca del objeto extraño. ¡Nadie dijo que ser mamá sería fácil!

Cuando superes este incidente, habla con tu pequeño las veces que sean necesarias para evitar, en la medida de lo posible, que vuelva a ingerir un objeto extraño. De todas maneras, deja fuera de su alcance los más peligrosos, como las pilas o todo lo que sea puntiagudo. Con los pequeños, siempre vale más prevenir que lamentar.

Aunque es una situación común, si tu hijo ingirió un objeto extraño es indispensable que busques la atención de un pediatra.

José Ángel Araujo

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