A todas las mamás y papás nos entusiasma ver el crecimiento y desarrollo de nuestros hijos, pero ¿Qué pasa cuando observamos que nuestro hijo parece más pequeño de la edad que tiene? Debemos estar atentos pues esto podría indicar un problema de talla baja por déficit de hormona de crecimiento (GHD, por sus siglas en inglés).
Cuando un niño no alcanza la estatura esperada para su edad y genética, puede llegar a ser motivo de preocupación, pues quizás se deba a un déficit de la hormona de crecimiento u otras condiciones genéticas específicas.
De acuerdo con la Sociedad de Endocrinólogos, la hormona del crecimiento (GH) es secretada por la glándula pituitaria y es fundamental en los niños para su crecimiento, fortaleza muscular y ósea, así como para la distribución de grasa en el cuerpo. El déficit de hormona de crecimiento ocurre cuando el cuerpo no produce suficiente cantidad de esta hormona que también es esencial para el mantenimiento de tejidos en los adultos.
La GH también ayuda a controlar el nivel de glucosa (azúcar) y lípidos (grasa) del cuerpo. Sin suficiente GH, es probable que el niño crezca lentamente y sea de menor estatura que otros niños de la misma edad y el mismo sexo. La mayoría de los niños con deficiencia de GH crecen menos de 5 centímetros al año.
Esta condición es relativamente poco frecuente, con una incidencia estimada de 1 en 4,000 a 10,000 nacimientos. Sin embargo, es importante destacar que no todas las tallas bajas se deben a esta causa. Por eso, un diagnóstico adecuado es crucial para identificar si el crecimiento lento se debe al déficit de esta hormona o a otro problema.
En entrevista para Baby Daily, la Dra. Carolina Hill, especialista endocrinóloga y pediatra, nos explicó más a detalle sobre la talla baja en niños por déficit de hormona de crecimiento:
“Clínicamente se sospecha porque los niños cada vez crecen menos de lo que deberían y persiste en ellos una imagen corporal más infantil“.
Como te comentamos en nuestra entrada “¿Tu hijo tiene talla baja? Descubre las señales para actuar a tiempo“, la talla baja puede estar relacionada a una deficiencia de nutrientes, pero también puede darse por alteraciones hormonales o genéticas.
En algunos niños, el GHD se presenta desde el nacimiento y, en otros, se desarrolla después a causa de alguna lesión cerebral o tumor. En otros casos, los médicos no logran encontrar una causa específica. En cuánto a los síndromes genéticos, algunos de ellos son:
Para realizar un diagnóstico del GHD, los médicos necesitan realizar varios pasos para determinar si un niño realmente presenta esta condición. Idealmente, un endocrinólogo pediatra debe revisar:
“La edad ósea es el parámetro más estandarizado para hablar de maduración biológica. Esto nos puede orientar acerca de si el niño se está quedando rezagado en la maduración biológica. Por ejemplo, puede ser que el menor tenga 7 años pero sus huesos sean los de alguien de 4 o 5 años“.
La Dra. Hill comentó que, en la edad ósea, lo normal es tener 1 año de retraso o adelanto de nuestra edad real o cronológica. Respecto a las consecuencias de una talla baja no tratada, diversos estudios demuestran el impacto social y emocional que puede tener la talla baja en la vida de los niños y sus familias, como por ejemplo, una mala calidad de vida, que puede persistir hasta la edad adulta y, una mayor carga de cuidado para los padres.
La endocrinóloga Hill también señaló que casi el 50% de estos niños son confundidos con niños más pequeños y los adultos tienden a tratarlos de manera distinta por creer que son menores, lo que puede afectar en su seguridad. De igual modo, el 60% de los niños con talla baja reciben sufren de bullying, que incluyen burlas y exclusión en las actividades deportivas. El 40% se preocupa por “sentirse distinto” lo que a menudo genera una baja autoestima.
“Aunque se puede pensar que el crecimiento no importa, hoy por hoy si hay indicadores de que puede haber repercusiones. La talla no sólo es una cuestión de crecimiento sino que se relaciona con otros aspectos de salud mental“.
Dra. Carolina Hill, especialista endocrinóloga y pediatra
Como vemos, la falta de un diagnóstico y tratamiento oportuno de la talla baja puede tener un impacto significativo en los niños, tanto a nivel físico como emocional. Algunas de las consecuencias incluyen:
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El tratamiento para el déficit de hormona de crecimiento es la administración de hormona humana de crecimiento sintética. Este tratamiento también puede ayudar a los niños con síndrome de turner, insuficiencia renal y otros padecimientos.
Sin embargo, no todos los casos de talla baja son compatibles, por eso es importante que los niños sean evaluados y se pueda optimizar su tratamiento de acuerdo a sus necesidades.
Los niños con GHD reciben inyecciones diarias de una versión sintética de la hormona humana de crecimiento. Un endocrinólogo pediátrico evalúa el crecimiento cada 3 a 6 meses y cambia la dosis según sea necesario.
Cuando el tratamiento se inicia a edad temprana, la GH puede producir un crecimiento de hasta 10 centímetros durante el primer año de tratamiento, este puede durar hasta la adolescencia o bien, hasta la edad adulta.
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Las mamás y papás desempeñan un papel vital en el bienestar y desarrollo de sus hijos. Observa de cerca el crecimiento de tus pequeños e identifica las señales que podrían indicar que padece talla baja por déficit de hormona de crecimiento.
Es muy importante que los niños en la etapa preescolar y escolar, aunque no se enfermen, vayan 1 vez al año con su pediatra para vigilar su patrón de crecimiento y ver que todo esté en orden y no se sospeche de alguna alteración de la talla baja.
Dra. Carolina Hill, especialista endocrinóloga y pediatra
Además, es importante que los padres se aseguren de tomar medidas preventivas para apoyar el sano desarrollo de sus hijos. Tales como:
La talla baja por déficit de hormona de crecimiento no es sólo una cuestión de estatura; es un tema de salud y bienestar integral. Escucha las inquietudes de tu hijo, refuerza su autoestima y evita hacer comentarios negativos sobre su estatura, pues cada niño tiene un ritmo distinto de crecimiento.
Sin embargo, si sospechas que tu hijo podría estar presentando un crecimiento lento, no esperes hasta la adolescencia para comenzar a preocuparte, mejor consulta con un pediatra lo antes posible. Recuerda, un diagnóstico temprano y un tratamiento adecuado pueden marcar la diferencia en su calidad de vida, desarrollo físico y emocional.
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