Los niños de alta demanda son niñas y niños que tienen un temperamento difícil y, como su nombre lo dice, “demandan demasiada atención”, explica la psicoterapeuta Paulina López Benítez, del centro R&A psicólogos.
Para la maestra en psicología y experta en terapia infantil y adolescente, el temperamento es una característica con la que nacemos. No tiene que ver la educación o la crianza, sino que son rasgos del carácter y forma de ser -innatos- de una persona.
Todos los niños demandan la atención de sus padres. Y no se trata de poner una etiqueta, sino de reconocer que son pequeños que tienen más necesidades que otros.
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Características de estos pequeños
Desde que nace un bebé, los padres o sus cuidadores se pueden dar cuenta si se trata de un pequeño de alta demanda, debido a una serie de características muy específicas que son visibles en la interacción cotidiana con la familia.
Esta situación puede ser muy difícil de manejar porque a veces son juzgados como niños malcriados y sin límites.
Entre los principales rasgos de las niñas y los niños de alta demanda, López Benítez señala:
- Piden mayor atención de los padres. Quieren todo el tiempo la atención del padre o de la madre, prácticamente las 24 horas del día, los siete días de la semana, y esto llega a ser muy desgastante, porque insistente, jalonean, hacen berrinche o se tiran al piso.
- Están en constante movimiento. Se trata de niñas y niños con mucha actividad física y necesitan moverse. ¡Son muy inquietos! Pareciera que no pueden estar sentados cinco minutos.
- Necesitan muchísimo contacto físico. Son pequeños que lloran si no los están cargando, que quieren que los estén abrazando, apapachando o dando una palmadita en el hombro. “Demandan mucho contacto físico”.
- Tienen una sensibilidad a flor de piel. Viven sus emociones de manera muy intensa. Son muy sensibles a la crítica y se toman las cosas de manera muy personal. Asimismo, tienen dificultad para expresar sus emociones.
Por su parte, el psicólogo Alberto Soler señala que todos los niños demandan atención, por lo que no entiende la utilidad de este término, pues “siempre han existido bebés más tranquilos o de temperamento más fácil, y bebés más demandantes o de temperamento más difícil”.
No obstante, el experto reconoce que hay bebés más demandantes que otros y que incluso deben existir algunos casos extremos que llevan al límite a sus padres, pero “cuando esta etiqueta se emplea para describir a más de la mitad de los bebés, creo que ha perdido su razón de ser”.
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¿Qué hacer?
Si has detectado que tu hija o hijo es de alta demanda, la psicóloga Paulina López Benítez te ofrece seis estrategias para manejar esta situación:
- Acepta a tu niña o niño como es. Antes de que nazca un bebé, los padres ya tienen alguna expectativa de cómo les gustaría que fuera su hijo. A veces los ideales de los padres son muy rígidos. Un hijo es un ser individual y único, que tendrá sus propias características.
- Nunca compares a tu hijo. Este es un error muy frecuente que los padres llegan a cometer y puede impactar gravemente en la autoestima de una niña o niño. Evita compararle con sus hermanos, primos, amigos o vecinos.
- Enseña a tu pequeño a realizar sus actividades solo. Conforme crece, trata de que logre independencia. Motívalo a que haga algunas actividades solo, mientras tú trabajas.
- Ponle límites. Esto implica que haya consecuencias debido a su conducta, las cuales deben ser consistentes y coherentes. Ojo, los límites no tienen que ver con ser un padre autoritario o violento.
- Evita decirle la palabra NO. En lugar de abrumar o limitar a tu pequeño, dale opciones de lo que sí puede hacer y traten de negociar.
- Procura que haga una actividad física, la cual tiene muchos beneficios a nivel físico y emocional. Ayudará a que el pequeño se canse y, cuando llegue la noche, pueda conciliar fácilmente el sueño.
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