Si buscas un deporte que beneficie no solo el estado físico de tus niños sino también su salud mental, social y emocional, el patinaje es la opción. No es tan difícil. Te dejamos algunos sencillos pasos para que tus peques logren aprender a patinar.
Puede empezar una vez que logre caminar con estabilidad, entre los cuatro y cinco años. Si bien desde los tres años los niños ya pueden deslizarse, todavía no tienen la coordinación suficiente. Lo mejor es esperar a que su estructura ósea esté bien desarrollada y adquieran suficiente madurez nerviosa y muscular para tener el control de su propio cuerpo. A partir de los siete años, si ya aprendieron lo básico, pueden seguir con ejercicios más complejos.
Existen dos tipos de patines: los clásicos (quad o de cuatro ruedas) y en línea (rollers). Cualquiera de los dos son buenos para aprender y cada uno tiene sus ventajas y desventajas.
Los patines de cuatro ruedas son más estables en el pie, ofrecen una buena sujeción del tobillo, tienen un soporte amplio y seguro para el equilibrio de lado a lado, pero los patines en línea ofrecen más estabilidad a la hora del desplazarse.
Por su diseño es más fácil aprender a patinar en línea porque transmiten menos irregularidades del suelo que los de cuatro ruedas y hacen que avances más rápido.
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Lo primero es que tu hijo tenga unos patines que sean de su talla. Olvídate de la idea de comprar más grandes (para que le duren) o unos que sean muy ajustados. Deben ser a la medida. Pruébaselos, asegúrate de que no le rocen, pregúntale si se siente cómodo.
Además de los patines no olvides las protecciones: casco, rodilleras, coderas, muñequeras, pomperas y protección en las palmas de las manos. Recuerda que en el proceso se caerán varias veces, así que deben estar lo más protegidos posibles para amortiguar los golpes. ¡Ahora sí estarán listos para aprender a patinar!
Patinar es como aprender a caminar, lleva un proceso. Explica a tu hijo los conceptos básicos del patinaje y los movimientos, de esta forma sabrá lo que tiene que hacer. Dile que la clave es mantener las rodillas dobladas e inclinarse ligeramente hacia adelante para encontrar su centro de gravedad.
Para que logre la posición correcta indícale que coloque sus pies a lo ancho de sus hombros. Ahora debe doblar sus rodillas y ponerse un poco en cuclillas mientras baja su parte trasera. ¡Que “saque” las pompas!
Es normal que las primeras veces pierda el equilibrio. Debe seguir intentándolo hasta que domine la posición y se sienta cómodo. Cuando crea que se va a caer, tiene que mover su cuerpo hasta que encuentre estabilidad, muy similar al esfuerzo que cuando una persona le da un “empujón” y trata de evitar caerse.
Antes de empezar a deslizarse que intente con pequeños pasitos como “pato”. Con los talones juntos y las puntas de los pies hacia afuera puede empezar a “caminar” hacia adelante. Siempre en posición semi cuclillas, primero pie derecho y luego el izquierdo. Ojo, no es propiamente un paso, lo ideal es que comprenda que es un deslizamiento.
Sujétalo de la mano hasta que se sienta seguro. Si pierde el equilibrio recuérdale que debe mantenerse en cuclillas, con las pompas hacia fuera y el peso sobre los talones. A medida que vaya agarrando confianza puede ir moviéndose más rápido y con pasos más largos.
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Toca el turno de deslizarse empujando con un pie para tomar impulso y luego seguir con el otro. Como si estuviera corriendo, pero mientras se desliza con un pie, debe tratar de mantener el otro sin tocar el suelo.
Tiene que seguir practicando este deslizamiento, incluso de forma un poco exagerada, para que sea consciente de que debe mantener un pie deslizándose y el otro arriba. Tiene que recordar siempre mantener su posición de semi cuclillas.
Poco a poco hay que ir aumentando velocidad, inclinándose en cada paso y balanceando los brazos como si estuviera corriendo pero de forma más pronunciada.
Es muy importante que aprenda a detenerse y que de preferencia el freno se encuentre en el talón. Para frenar tiene que dejar de impulsarse y deslizarse con los dos pies en paralelo, siempre en posición semi cuclillas. Ahora debe poner el patín derecho un poco más adelante que el izquierdo, levantar la punta del patín derecho y presionar fuertemente el talón. Hay que advertirle que cuanto más fuerte presione se detendrá con mayor rapidez, para que al principio lo haga suave. Si le cuesta trabajo presionar el talón derecho puede apoyarse con las manos para empujar.
Esto es lo básico para aprender a patinar. Una vez que domine el deslizamiento al frente podrá seguir con más trucos, como por ejemplo ir hacia a atrás. Para ello tiene que colocar los pies en forma de “V” y deslizarse en diagonal (en la dirección de la “V”) ejerciendo presión sobre los talones.
Otro ejercicio es colocar conos para que aprenda a deslizarse en zig zag y que con ello domine la dirección. Gradualmente irá avanzando más en su técnica.
Si a tu niño le gusta esta actividad no estaría mal que consideres clases de patinaje donde un profesional le enseñará más movimientos y podrá socializar con otros niños de su edad. ¡Inténtalo, amará estar en el patín!
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