Caperucita Roja, un clásico muy de moda

Así como compartimos grandes momentos con nuestros pequeños, también es bueno compartirles grandes clásicos de la literatura para que estos sigan vigentes y trasciendan de generación en generación. Dados los tiempos que vivimos, podemos decir que Caperucita Roja es un clásico muy de moda.

Papis, ¿recuerdan este diálogo?

Posiblemente leyeron el cuento de la Caperucita Roja, texto original de los hermanos Grimm, escrito en 1812; o bien, quizá vieron la película mexicana: La Caperucita Roja (1960), cinta dirigida por Roberto Rodríguez, en la que el comediante y actor Manuel “El Loco” Valdés interpretó al Lobo Feroz haciendo un gran papel y dejando en la memoria de quienes pudieron verla a un lobo muy peculiar. Y si fueron de los afortunados que tuvieron tardes divertidas jugando con sus amigos a “Jugaremos en el bosque…”, tendrán gratos recuerdos.

En esta ocasión mi recomendación literaria es Caperucita Roja de Jacob y Wilhelm Grimm, ilustrado por Rocío Bonilla, quien es licenciada en Bellas Artes por la Universidad de Barcelona, tiene el CAP en Pedagogía y cursó estudios específicos de ilustración con Ignasi Blanch y Roger Olmos. Este libro pertenece a la colección Clásicos Flamboyant, de Editorial Flamboyant.

Con esta historia los niños formarán parte de las generaciones que han tenido la oportunidad de leer Caperucita Roja y, con ello, conocer uno de los tantos clásicos de la literatura escritos por los hermanos Grimm.

El libro cuenta con tres niveles de lectura:

1. Textos originales sin embellecer ni censurar.
2. Textos con una letra legible para todos esos pequeños primeros lectores.
3. Palabras clave en mayúsculas para seguir la historia.

Se recomienda leerlo en voz alta y acompañados de los papis para que los vayan orientando en caso de que tengan inquietudes con su lectura. Como les mencioné, es un texto original que invita a reflexionar en familia sobre la importancia de no hablar con extraños o caer en trampas de personas que busquen hacerles daño a los peques. De ahí, la apertura a este tipo de historias que nos dan la opción de elegir, analizar y ofrecer las herramientas necesarias a nuestros pequeños ante situaciones que puedan enfrentar.

Además de contar con escenas desplegables, el libro está bellamente ilustrado por el gran trabajo artístico de Rocío Bonilla. Es recomendado para niños mayores de tres años.

Estoy segura de que será una lectura que pondrá a prueba nuestra tolerancia a este tipo de textos que, en opinión de algunas personas, pueden ser fuertes para los pequeños y, para otras, ser una herramienta para crear lectores críticos y conscientes de su entorno. Platícanos en Facebook de qué bando eres, ¿muy fuerte, ad hoc? ¡Queremos escucharte!