Cuando se habla de crianza hay muchos temas en los que es difícil ponerse de acuerdo, porque no hay una regla específica; una de esas tantas preguntas en las que existen opiniones diversas es: a qué edad los niños duermen solos.
Los peques crecen más rápido de lo que quisieras. Un día dependen de ti a todas horas y al otro se convierten en seres independientes; el crecimiento es difícil tanto para los padres como para los hijos, están sometidos a un constante cambio en el que los niños adquieren cada día mayor independencia.
Uno de los pasos importantes en el desarrollo de tu peque es el momento en el que tu peque abandone la cama de los papás y duerma en su habitación. ¿A qué edad llega ese momento?
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La American Academy of Pediatrics señala que los bebés deben compartir la habitación con sus padres al menos durante los primeros seis meses de vida para prevenir el síndrome de muerte infantil súbita.
El Centro de Bienestar Psicológico Kognition explica que “evolutivamente” no hay una edad específica en la que se pueda decir que los niños están listos para dormir solos; cada uno se desarrolla a un ritmo diferente. La “mejor edad” para que los niños duerman separados de los papás es la que tú consideres en la que está listo.
“Hay bebés que pueden dormir solos desde el día que nacieron, hay otros que les cuesta muchísimo tienen cinco, seis años y siguen en la cama de los papás, hay otros que están perfectos durmiendo solos. Y esta bien, cada niño tiene una forma determinada de ir mostrando su desarrollo en rutinas como está: dormir solos, comer solos, hablar, caminar. El desarrollo se expresa desde la individualidad”.
La psicóloga clínica, Silvia Cámara Barrio, comenta que no hay respuesta única sobre a qué edad los niños pueden dormir solos, ya que hay muchos factores involucrados desde culturales, características de niños y adultos, temperamento, edad, enfermedades que modifiquen su ciclo del sueño; pero también situaciones contextuales como la muerte de alguien cercano o el nacimiento de un hermano.
“Cada niño y cada padre tiene unas necesidades y unas características que modulan y cambian a través del tiempo. El sueño es una función primordial para el buen desarrollo de los niños, un sueño de calidad favorece los aprendizajes y mejora el estado emocional del niño. Los hábitos que rodean a esta función vital son aspectos que debemos inculcar y favorecer en los niños, enseñándoles rutinas y llevándolas a cabo de forma que favorezcan una mayor autonomía”.
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Para la psicóloga Laura Ruiz Mitjana dormir solos -además de ser parte del proceso de autonomía de los niños- también es un hábito que se aprende; mientras más tarde el niño en dormir en su cama, será más difícil que se acostumbre a ello.
“El dormir es un hábito de autonomía que se aprende con el tiempo, y los padres deberían tener un papel activo en esta buena práctica”.
De acuerdo con la especialista, para que los niños aprendan a dormir solos es necesario implementar las siguientes medidas:
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Cuando los niños duermen solos aumenta su independencia y calidad de sueño, así como la calidad de vida de pareja de los padres; la psicóloga Silvia Cámara ofrece estos consejos para lograrlo:
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