Las habilidades de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM, por sus siglas en inglés) son cada vez más valoradas en la vida cotidiana y el mundo laboral. Actualmente las mujeres representan sólo 35% de los estudiantes en carreras de estas áreas y 28% de los investigadores del mundo según la UNESCO.
Andrea Vega estudió ingeniería en sistemas computacionales en el Instituto Politécnico Nacional (IPN) y actualmente trabaja como desarrolladora backend de Java. Cuenta que desde niña “se le daban muy bien las matemáticas y le gustaba ver los experimentos de química y física”. Su interés por las computadoras inició en la secundaria, cuando empecé a aprender programación.
Josefina Espinosa siempre supo que la ciencia era lo suyo. Con un padre y hermano ingenieros, y una hermana química, siempre sintió atracción por esas materias y decidió convertirse en química farmacobióloga por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Sin embargo, muchas mujeres descartan dedicarse a la investigación porque las hacen sentir que estas carreras no son para ellas. Vega relata que desde la preparatoria tuvo que enfrentarse a clases donde el 90% de la población eran hombres y muchos profesores menospreciaban las capacidades de las mujeres.
Mujeres STEM: A las niñas les gusta la ciencia
Con estas sugerencias, ayuda a acercar a tus hijas a la ciencia y las matemáticas:
- Enséñales a no creer estereotipos de género.
Muchas veces al separar juegos por género las actividades más relacionadas con la ciencia son vistas como ‘de niños’, cuando en realidad también las niñas pueden participar. A menudo, “incluso las niñas tienen esta idea de que algo no es para ellas porque les dicen ‘eso es de chicos’”, comenta Andrea Vega.
- Abran la conversación en torno a las científicas de ayer y hoy.
Muchas mujeres han tenido logros impresionantes en la ciencia. Por ejemplo, Marie Curie fue la primera persona en recibir el premio Nobel en dos categorías (física y química) por sus estudios y descubrimientos sobre radiactividad y otros temas. Por su parte, Ada Lovelance fue una matemática excepcional, hoy reconocida como la primera programadora de la historia. A partir de la calculadora mecánica de Babbage desarrolló lo que se considera el primer programa de cómputo. Acerca a tus hijos a estas historias con libros como Cuentos de buenas noches para niñas rebeldes.
- Empieza a acercarlas desde edades tempranas.
Muchos juegos de lógica necesitan sólo de lápiz y papel; encuentra algunos en el sitio de Peanuts. Ahí también hay guías que la NASA elaboró para que tus hijos conozcan más sobre la exploración espacial con Snoopy. Existen también sitios para que los niños aprendan a programar, como Scratch.
- Alimenta su curiosidad.
Actualmente existen talleres para niñas y niños sobre programación, robótica y más. “No hay que forzarlos a que les guste algo, pero cuando están interesados, ellos solitos se acercan si tienen cómo explorar”, explica Andrea, quien da cursos de programación básica para mujeres. En el canal de YouTube de Epic Queen hay tutoriales gratuitos para hacer robots en casa, crear un sitio con código html o extraer el material genético de frutas.
- Promueve las materias STEM como divertidas.
Es importante “quitarle el estigma de difíciles a las matemáticas (cuando pueden ser tan difíciles o fáciles como el español) y a las ciencias”, destaca Andrea, egresada del IPN. “Para mí la química es muy divertida; es algo que siempre le he tratado de transmitir a mis hijos”, relata Josefina Espinosa, quien tiene dos hijos adultos, uno de ellos ingeniero. “Los niños tienen gran capacidad de asombro y nuestra vida diaria está llena de reacciones químicas: cocinar, lavar la ropa, que las plantas puedan crecer”, explica.
- Refuerza su confianza.
“En secundaria muchas mujeres dejan de interesarse por las áreas de ciencia, convencidas de que no son buenas”, comenta Andrea. Por esto es importante reforzar en las niñas la confianza en sus habilidades para resolver problemas y desarrollar pensamiento lógico y matemático. “Mi papá siempre nos dijo que podíamos estudiar cualquier cosa que nos gustara si nos lo proponíamos”, relata Josefina.
Cerrar la brecha de género en materia de STEM garantizará que niñas y niños tengan las mismas oportunidades para contribuir al desarrollo de nuevas ideas y descubrimientos, lo que creará un mejor mundo para todas las personas.