Todos hemos sentido enojo o ira, es una emoción humana totalmente normal y saludable. Desde que nacemos podemos sentirlo y con el tiempo vamos aprendiendo cómo moderarlo y canalizarlo. Como padres, es bueno utilizar estrategias de crianza positiva para que nuestros pequeños sepan controlarlo.
¿Por qué se enojan los niños?
De acuerdo con la Academia Americana de Psicología, hay muchas cosas que pueden hacer enojar a los niños desde que nacen:
- De 0 a 18 meses se enojan por hambre, ruido, cansancio o sobrestimulación
- De los 18 a los 36 meses porque quieren que les des lo que desean inmediatamente, se frustran cuando no pueden hacer lo que quieren, los demás no les entienden.
- De los 3 a los 5 años se enojan porque están aprendiendo a compartir las cosas, no les es fácil entender que los demás tienen pensamientos distintos a los suyos, no saben controlar sus emociones.
- De los 6 a los 9 años se enojan por sentirse rechazados, criticados, discriminados e incomprendidos
Estrategias positivas para controlar el enojo de los niños
De acuerdo con Luz María Peniche, psicoanalista y autora del libro, Una guía para criar hijos sanos y seguros, ninguna emoción es por sí misma negativa o positiva. Todas tienen un objetivo: “funcionan como señales para los demás y para nosotros mismos, evocadas por preocupaciones”.
¿Cómo ayudar a nuestros niños a expresar y manejar sus emociones, especialmente el enojo?
1. Acepta la emoción de tu hijo
Peniche indica que la única manera de que los niños vayan en camino a un adecuado manejo de las emociones es que las aceptemos y las validemos. Es decir, que le expliquemos al niño que es una reacción normal, que tiene derecho a sentirla, pero que debe aprender a controlarse. Usa frases como:
“Comprendo que estés enojado”
“Ven te abrazo un poco, respiremos; eso te va a ayudar a tranquilizarte”.
Cuéntale un ejemplo de cuándo tú también te haz enojado, de esta forma también validas sus afectos.
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2. Ayúdalo a que la exprese y le ponga nombre
El siguiente paso es que ellos se sientan seguros de expresarse y sepan nombrar lo que sienten: enojo, tristeza, alegría.
Si el niño está en medio de un arranque recuérdale las reglas de la casa, pero ayúdalo a convertir la ira en palabras. Por ejemplo:
“Dime con tus palabras qué sientes. Qué provocó ese enojo”.
No lo presiones, es posible que necesite un poco de tiempo antes de hablar. Deja que se calme.
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3. Que detecte la fuente de su enojo
El solo hecho de analizar la cusa del enojo baja su intensidad. Además, refuerzas la validación del sentimiento. Cuando se siente escuchado, podrá procesar mejor la emoción.
“Cuando identificamos la fuente del enojo y la frustración y reparamos en el resentimiento y el agravio, ayudamos a los niños a manejar la emoción”.
Si le cuesta trabajo explicarlo y tú infieres que ocasionó la ira, pregúntale, para que identifique la causa:
“¿Te enoja que tu hermano no te quiera prestar su juguete verdad?”
“Sé que no te gusta bañarte. Entiendo que estés enojado, pero así nos mantenemos limpios y prevenimos enfermedades”.
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4. Que aprenda a distinguir las acciones de las emociones
Explícale que a veces cuando estamos enojados, (tristes o asustados) sentimos ganas de desobedecer y portarnos mal, pero deja sentadas las reglas de la casa.
Tu hijo comprenderá el mensaje si haces afirmaciones claras, sin acusaciones ni palabras humillantes. Que comprenda que no deben dejar que la emoción los inunde, pues un enojo exagerado complica el problema y nos hace actuar de forma impulsiva.
“En esta familia no permitido gritar, aventar o pegar. Tranquilo. Usa las palabras para explicarme lo que te molesta”
5. Encuentra maneras de calmarlo
El último paso es cambiar de estado de ánimo. “Encontrar maneras de tranquilizarlo y metabolizar el enojo”, indica Peniche.
a) Busca un distractor.
En lugar de pensar en la persona o la situación que ocasionó el enojo, aliéntalo a pensar en otra cosa como dar un paseo, cavar en el jardín, escuchar música, andar en bicicleta.
Puedes decirle algo como:
“Comprendo que te enoja que no te compre ese juguete, pero vamos a cantar para que te tranquilices”.
“Sé que te da miedo la oscuridad, pero traeremos tu osito especial para que te acompañe”.
b) Cámbialo de entorno, aléjalo del conflicto
Llévalo a un lugar tranquilo y dile que está bien alejarse del problema para evitar un arranque de enojo. Al moverse a otra parte de la casa o al patio trasero, el niño puede obtener espacio y trabajar en calmarse.
c) Encuentra formas de liberar el enojo
Otra estrategia para procesar la ira, si lo demás no funciona, es encontrar una forma segura de liberar la emoción.
Sugiere formas para que el niño se desahogue:
- Saltos abriendo y cerrando las piernas
- Algunos golpes controlados en almohada
- Que escriba o haga un dibujo de lo que le molesta
Estamos seguros que con estos consejos podrás ayudar a tu hijo a que controle su enojo. Inténtalas y si tienes algún otro tip, no dudes en compartirlo con nosotros.
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