El tiempo de calidad con tus hijos es muy importante. Equilibrar todas las facetas de tu vida parece ser una labor titánica, por lo que tratas de disfrutar al máximo los momentos con tus peques. El humor es una manera de conectar con ellos, así que te dejamos estos chistes de Pepito para niños para que rían juntos.
La risa trae muchos beneficios a nuestra salud, cuando reímos producimos endorfinas: hormonas que fortalecen el sistema inmunitario proporcionando una sensación de bienestar que ayudará a reducir el estrés, explica Belén Guerrero Cuevas, psicóloga y miembro de Top Doctors España.
“Las endorfinas tienen innumerables beneficios, aparte de reducir el estrés. También ayudan a proteger el organismo de infecciones, además de hacerlo más resistente a patologías como la hipertensión, el cáncer o la diabetes”.
Un estudio publicado en Psychosomatic Medicine señala que las personas con gran sentido del humor viven por más tiempo, pese a padecer enfermedades cardiovasculares, ya que las endorfinas fortalecen su sistema inmunológico.
Ante estas ventajas, diviértete con tu pequeño con estos chistes de Pepito.
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Las calificaciones
Llega el maestro a clase y reparte las calificaciones.
—Luisito, toma, sacaste diez… Pedrito, tú sacaste ocho, muy bien también… Juanito, un seis pero apruebas, bien… Pepito, sacaste cero.
—Pero profesor, ¿yo por qué saqué cero?
—Pues porque has copiado del examen de Juanito.
—¿Yo? ¿Y usted cómo sabe eso?
—Pues porque contestaste las cuatro primeras preguntas igual que él. Y en la quinta pregunta Juanito pone: “No me la sé” y tú escribiste: “Yo tampoco me la sé”.
El dinero
El profesor le pregunta a Pepito en clase de matemáticas:
—Pepito, si en un bolsillo del pantalón tienes 10 pesos y en el otro tienes dos billetes de 100, ¿qué tienes en total?
—Los pantalones de otro, profesor.
El examen
El padre de Pepito le pregunta al llegar de la escuela…
—Pepito, ¿cómo te fue en los exámenes de hoy?
—Pues no lo sé papá, pero los profesores son muy religiosos.
—¿Religiosos? ¿Y eso?
—Pues es que mientras leían mi examen no paraban de decir: “Ay, Señor”, “Ave María purísima”, “La virgen santa”.
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La tarea
Pepito le pregunta a la maestra:
—Maestra, ¿me pueden castigar por algo que no hice?
La maestra le responde muy sorprendida:
—¡Por supuesto que no Pepito, eso sería muy injusto.
—Está bien, responde Pepito.
—Es que no hice la tarea.
El oso polar
¿Por qué Pepito puso su peluche en el congelador?
Porque quería un oso polar.
Las matemáticas
La maestra dice:
—Pepito, me dicen que eres muy rápido con las matemáticas.
A ver, ¿cuánto es 47 por 126?
—¡328!
—¡Pero si ni siquiera te acercaste!
—Pero maestra, no me diga que no soy rápido.
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El shampoo
Pepito le dice a su mamá:
—Mamá, se terminó el champú.
—Bueno Pepito pues usa el mío entonces.
—No puedo.
—¿Por qué?
—Porque dice que es para cabello seco y ya me lo mojé.
El rompecabezas
—Mamá, mamá, ya me cansé de jugar con Pedrito al rompecabezas
—¿Y eso por qué Pepito?
—Porque al primer martillazo en la cabeza ya está llorando.
La mejor escuela
—Pepito, ¿para ti como sería el mejor colegio del mundo? ¿Cómo te lo imaginas?
—Cerrado maestra.
La abuelita
—Abuelita, abuelita, necesito que cierres los ojos.
—¿Y eso por qué Pepito?
—Porque mi papá me dijo que cuando cierres los ojos seremos millonarios.
La clase de inglés
—Pepito, ¿cómo se dice perro en inglés?
—Dog, maestra
—Muy bien, ¿y veterinario?
—¡Dogtor!
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