Es usual escuchar que alguien se queja de alguna parte de su fisonomía o de cómo se ve en el espejo, no estoy segura de conocer a alguien que esté completamente conforme con su apariencia física, dicho de otra manera, no sé si conozco a una sola persona que se ame y se acepte tal cual es. Hasta cierto punto esta es una situación normal, quizá porque nuestro concepto de belleza ha sido delimitado por los medios de comunicación y por las creencias familiares, y esto tiene mucho que ver con el Trastorno Dismórfico Corporal (TDC).
Tristemente en algunas personas, esta inconformidad con su apariencia física se convierte en una verdadera obsesión, tanto que se trata de una enfermedad psiquiátrica que recibe el nombre de Trastorno Dismórfico Corporal (TDC) que por increíble que parezca, es más común que los trastornos alimenticios como la bulimia o la anorexia.
Katharine A. Phillips, en su libro El espejo roto: entender y tratar el trastorno dismórfico corporal, explica que “el Trastorno Dismórfico Corporal (TDC) es un trastorno de salud mental en el cual una persona tiene una preocupación obsesiva y exagerada por algún defecto o imperfección percibida en su apariencia física, a pesar de que dicho defecto puede ser mínimo o inexistente para los demás. Esta preocupación excesiva puede interferir significativamente en la vida diaria de la persona, generando angustia, ansiedad e incluso afectando su funcionamiento social y emocional”.
La RAE dice que la palabra trastorno se refiere, en Psicología, a una perturbación de las funciones psíquicas y del comportamiento. Entonces el TDC es una perturbación en la manera que una persona percibe la forma (o alguna forma) de su cuerpo.
El Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos, a través de la Oficina para la Salud de la Mujer, dice que el Trastorno Dismórfico Corporal es “una enfermedad grave en la que la persona está demasiado preocupada por su apariencia o por defectos físicos menores o imaginarios. Las personas con TDC comprueban su apariencia en el espejo constantemente, intentan cubrir su imperfección percibida o se preocupan por ella por al menos una hora al día, y dicha preocupación, en algún punto, interfiere en sus vidas. Las personas con TDC se pueden preocupar por cualquier parte de su cuerpo, como el acné u otro problema cutáneo, una cicatriz, el tamaño y la forma de su nariz, el tamaño de sus senos o la forma de su cuerpo”.
La Secretaría de Salud de México, lo explica como “una enfermedad psiquiátrica que se manifiesta como una preocupación excesiva en la apariencia, derivada de una distorsión de la imagen corporal, generando sufrimiento en el individuo, que impide que pueda desenvolverse en el ámbito social, laboral y personal”.
Retomando la definición de que es una perturbación en cómo se percibe el cuerpo o una parte de él, agregaré que esta esta preocupación afecta las actividades de la vida diaria, como ir al trabajo o a la escuela.
Cualquier persona puede tener este trastorno, sin embargo, es más frecuente en mujeres y en personas de la comunidad LGBTTTIQ+ y no binaria; se dice que una de cada 50 personas lo padece. Otro dato importante es que suele aparecer en la adolescencia, sin embargo (tal como sucede con esta) todo depende de las condiciones sociales que rodean a la persona, puede ser que empiece a presentarse en edades más tempranas.
Aunque es muy distinto de los trastornos alimenticios (bulimia, anorexia, vigorexia u ortorexia), el Trastorno Dismórfico Corporal suele presentarse en conjunto con ellos, así como con otros padecimientos mentales, como la ansiedad y la depresión.
La comunidad de especialistas Psychology Today ofrece la siguiente lista, en caso de identificar alguno, es importante acudir con un especialista lo más pronto posible:
Aunque no se puede asegurar a ciencia cierta, la Oficina para la Salud de la Mujer (OASH por sus siglas en inglés) menciona que los siguientes factores pueden detonar el Trastorno Dismórfico Corporal:
Chloë Grace Moretz un caso real de Trastorno Dismórfico Corporal
Ella es una hermosa y reconocida actriz de Hollywood que inició su carrera desde muy pequeña, lo que la llevó a ser el centro de los reflectores no sólo por su exitosa carrera sino también por la relación que sostuvo hace algún tiempo con el hijo de Victoria y David Beckham.
En 2016, Chloë fue fotografiada cargando dos cajas de pizza. Esa fotografía fue editada en internet, alargándole las piernas y compactando el tamaño de su tronco o abdomen. La imagen retocada se convirtió en un meme que circuló por toda la red y fu una verdadera tortura para ella, quien ha referido sentir que súbitamente su vida pública y su vida privada chocaron de manera abrupta, causándole un colapso pues se sintió muy vulnerable.
Aun siendo bella y famosa, la chica optó por mantenerse alejada de la vida pública, casi recluida para no ser asediada por los paparazi. Ha mencionado que cuando alguno de estos cazadores de imágenes estaba cerca se alteraba e hiperventilaba. Las burlas hacia su cuerpo (a partir de una imagen editada) le robaron la seguridad en sí; ella ha aceptado que desarrolló Trastorno Dismórfico Corporal y para lograr resolverlo estuvo a terapia durante algún tiempo, aunque su vida jamás volvió a ser la misma.
Por fortuna, existen tratamientos psicológicos para lograr superar el TDC, sin embargo, el primer paso es aceptar que el problema existe. Si tú o alguna persona cercana muestra una o varias señales de alerta es importantísimo buscar apoyo profesional.
El estudio Diagnóstico y tratamiento del trastorno dismórfico corporal, publicado por el Journal of Clinical Psychiatry, da algunos consejos para ayudar a los padres a fomentar el amor propio y prevenir que sus hijos caigan en un Trastorno Dismórfico Corporal:
Fomentar el amor propio en los niños y prevenir el Trastorno Dismórfico Corporal es fundamental para su bienestar emocional y mental. A través de una comunicación abierta, enfatizando la diversidad y la belleza interior, promoviendo una alimentación saludable y el ejercicio físico, evitando comentarios negativos sobre la apariencia y fomentando la autoestima, los padres pueden jugar un papel crucial en el desarrollo de una imagen corporal positiva en sus hijos. Recordemos que cada niño es único y, si es necesario, es importante buscar la ayuda de profesionales de la salud mental infantil para brindar el apoyo necesario.
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