Los berrinches: tan comunes y tan estresantes… pueden ser insoportables para algunos padres, pero en lugar de verlos como desastres, visualízalos como oportunidades para educar y conocer a tus hijos, sin dejar de lado que, en algunos caso, los berrinches podrían ser síntoma de alguna enfermedad, por lo que hay que estra atentos.
Los berrinches van desde lo más simple como los lloriqueos y los gritos, pasando por las patadas y los golpes, hasta la contención de la respiración. Se presentan igualmente en niños y niñas entre 1 y 3 años y son una parte normal del desarrollo infantil ya que es su manera de mostrar que algo los molesta o que están enfermos.
Pueden ocurrir cuando los peques están cansados, hambrientos, incómodos, porque no obtienen algo que quieren (como un juguete o un dulce) o no pueden lograr que papá o mamá les preste atención inmediatamente. Aprender a lidiar con este tipo de frustración es una habilidad que los niños adquieren con el tiempo.
Estos berrinches son comunes durante los primeros años de vida, pero mayormente a los dos años, porque las palabras que describen los sentimientos son muy complicadas y a esa edad los pequeños apenas están desarrollando sus habilidades de lenguaje y todavía no son capaces de decir qué es lo que quieren o necesitan. Al mejorar sus habilidades lingüísticas, los niños hacen menos berrinches.
Los niños pequeños quieren ser independientes y controlar más de lo que realmente está a su alcance. Esto nos lleva a luchas de poder de “yo lo hago”, “yo lo quiero” o “déjame”. Cuando se dan cuenta de que no pueden, de que necesitan ayuda o que no pueden tenerlo todo, sucede el berrinche.
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Antes que nada, Cleveland Clinic recomienda: “trata de mantener la calma. No compliques más las cosas al enfadarte. Tu trabajo es ayudar al pequeño a calmarse, así que tú mantén la calma”. Analiza qué es lo que está causando el malestar, ¿está cansado, tiene hambre o fiebre? Si no está enfermo puedes distraerlo con alguna otra actividad. Pero si solo quiere llamar tu atención, lo mejor es ignorarlo y no darle demasiadas explicaciones. Y una vez más, mantén la calma.
No cedas a las demandas de tu hijo durante el berrinche. Esto solo le demostrará que el berrinche fue efectivo.
Asegúrate de que tu hijo duerma lo suficiente. Con muy poco sueño los niños pueden volverse hiperactivos, poner poca atención y tener comportamientos inadecuados. Consulta con tu médico la cantidad de horas que debe dormir tu pequeño de acuerdo con su edad.
Recuerda que es normal en los chiquillos pero no olvides que, en algunos caso, los berrinches podrían ser un síntoma de enfermedad, por eso debes llevarlo con el pediarta si tu hijo:
Pudiera tener problemas de visión o audición, retraso en el lenguaje o aprendizaje en relación con otros niños de su edad, pero en general, los berrinches no deberían ser causa de preocupación y generalmente desaparecen por sí solos. A medida que los niños maduran, adquieren autocontrol y habilidades para comunicarse y hacer frente a sus frustraciones.
No olvides que la salud mental es fundamental en nuestro bienestar general. Como padres, tenemos un rol muy importante en el cuidado del bienestar mental de nuestros peques, para que puedan construir las habilidades sociales y emocionales que necesitan para llevar una vida feliz, saludable y plena. Y es aquí donde los berrinches podrían ser un foco rojo, pero vamos paso a paso.
Podemos definir la salud mental como la manera en que pensamos y regulamos nuestros sentimientos y comportamientos. Un trastorno mental cambia el pensamiento, los sentimientos o el comportamiento causándonos angustia, lo que nos altera la capacidad de funcionar normalmente.
Nuestros peques pueden desarrollar las mismas condiciones de salud mental que nosotros, pero sus síntomas son diferentes. La mayoría de las veces la enfermedad mental en niños es difícil de identificar. Debemos poner atención a las señales de advertencia para poder ayudarlos.
Para Mayo Clinic “algunas de estas señales se definen como retrasos o interrupciones en el desarrollo, tanto del pensamiento, comportamiento, habilidades sociales o regulación de las emociones apropiadas para su edad, limitando su capacidad para funcionar bien en la familia, en la escuela o en otras situaciones sociales”.
Es difícil de reconocer porque el desarrollo infantil normal es un proceso que implica cambios. Además, muchos pequeños no saben cómo explicar lo que sienten o por qué tienen cierto comportamiento.
¿Cuáles son los trastornos más comunes en los niños?
¿Cuáles son las señales de advertencia que debo reconocer?
¿Qué debo hacer si mi hijo tiene alguno de estos síntomas?
Primero que nada, consulta a tu médico, explícale cuáles son los comportamientos que te preocupan. Habla con el maestro de tu hijo, sus amigos cercanos y familiares para ver si han notado cambios en el comportamiento de tu hijo. Comparte esta información con tu médico, solo él podrá definir si los berrinches son parte de su desarrollo o llevan algo detrás.
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Se diagnostican y tratan en función de los síntomas y de cómo se afecta la vida diaria del niño. Para hacer el diagnóstico, tu pequeño será evaluado por un especialista: un psiquiatra, psicólogo u otro profesional de la salud mental. Esta evaluación incluye:
La Asociación Americana de Psiquiatría publicó El Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM), una guía que proporciona criterios para hacer un diagnóstico basado en los síntomas, su naturaleza y duración. Por su parte, la Organización Mundial de la Salud recomienda el uso de la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE).
El diagnóstico de enfermedades mentales en los niños es tardado porque a los pequeños les cuesta trabajo comprender o expresar sus sentimientos y solo el médico de tu peque puede cambiar o perfeccionar un diagnóstico.
Las opciones incluyen:
Psicoterapia. Con los niños pequeños consiste en platicar sobre lo que sucede mientras juegan. Así los niños aprenden cómo hablar sobre sus pensamientos y sentimientos, cómo responder a ellos y desarrollan habilidades de adaptación.
Medicamentos. El médico podría recomendar un medicamento (estimulante, antidepresivo, ansiolítico, antipsicótico o estabilizador del estado de ánimo) como parte del tratamiento. Él te deberá explicar los riesgos, efectos secundarios y beneficios de los tratamientos farmacológicos.
Y ¿cómo puedes tú apoyar el tratamiento?
En caso de que el berrinche resulte ser algo más, aprende sobre su trastorno, pide ayuda a profesionales para saber cómo responder y manejar el comportamiento difícil.
Explora técnicas para manejar el estrés para que puedas mantener la calma. Haz equipo con la escuela, maestros y compañeros, para que consiga el apoyo necesario. Y lo más importante, toda la familia tiene que formar parte del plan de tratamiento, relajarse y divertirse juntos.
Nos vemos en Facebook para seguir charlando de los famosos berrinches y apoyarnos entre toda la comunidad Baby Daily para mantener la calma.
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