Afortunadamente, los porcentajes de mortalidad del SARS–CoV–2 son menores en niños y adolescentes que en los adultos, así como el desarrollo de los síntomas, que van de mínimos a leves, pero, ¿cuál es el verdadero impacto del Covid-19 prolongado en los niños?
Es difícil decirlo pero algunos niños y adolescentes sí han muerto por la complicación posinfecciosa llamada síndrome inflamatorio multisistémico pediátrico (MIS-C, por sus siglas en inglés), y se define como:
“Afección grave que inflama gravemente algunos órganos y tejidos, como el corazón, los pulmones, los vasos sanguíneos, los riñones, el aparato digestivo, el cerebro, la piel o los ojos. Los signos y los síntomas dependen de las partes del cuerpo que hayan sido afectadas”.
La variante Delta y las nuevas cepas del virus registran aumento en los casos de Covid-19 pediátrico en niños no vacunados, cambiando el rumbo de la enfermedad. Y si le sumamos que “muchas personas se resisten a reconocer la existencia de síntomas persistentes, es decir, Covid-19 prolongado o Condición posCovid-19 que es una condición clínica real en adultos, pero mucho más frecuente en niños y adolescentes; al no tomar en serio dichas afecciones prolongadas el riesgo de mortandad aumenta”, explica el Diario Médico de Nueva Inglaterra.
Existen más de 200 síntomas de Covid-19 prolongado en niños
En un principio se identificaron alrededor de 50 síntomas, pero al día de hoy se asocian más de 200, que varían en gravedad: desde inconvenientes hasta debilitantes y pueden durar meses o años y reaparecer meses después de que alguien pudiera haberse recuperado (aparentemente).
Los niños tienen un sistema inmunitario diferente al de los adultos y tal vez esa sea la causa de que sus síntomas sean más leves, pero hay muchas preguntas sin respuesta en relación a la frecuencia del síndrome pediátrico, la vacunación y la reinfección con las últimas variantes del SARS-CoV-2.
Los patrones médicos ayudan con el diagnóstico
Ya existen algunos patrones para diagnosticar los síntomas. Por ejemplo, al comparar los perfiles inmunológicos de niños completamente recuperados de Covid-19 con aquellos con síntomas prolongados persistentes, podemos observar altos niveles de interleucina (IL)-6 e IL-1β y también de citoquinas (proteínas que actúan como mensajeras en el sistema inmune, encargadas de coordinar una respuesta eficaz contra infecciones y regular la inflamación), a las que se les atribuye la inflamación crónica, fatiga y dolor de cabeza.
Datos duros del Covid-19 prolongado en niños
Los síntomas a largo plazo del Covid-19 se presentan de manera independiente a la gravedad de la enfermedad. Una investigación del hospital universitario Germans Trias i Pujol de Barcelona comprobó que los síntomas más frecuentes de Covid-19 persistente en 50 menores eran:
- Decaimiento y fatiga (98%)
- Dolor de cabeza (75%)
- Debilidad muscular (74%)
- Dificultad para respirar (68%)
- Dolor muscular o de articulaciones y sensación de ardor u hormigueo en la piel (64%)
- Disminución de la atención (44%)
Estos síntomas habían afectado durante más de 6 meses al 36 % de los pacientes, lo que confirma un porcentaje preocupante de Covid-19 prolongado en niños.
En Israel, la Revista de Gastroenterología y Nutrición Pediátrica (JPGN) reveló que los casos de hepatitis infantil podrían estar relacionados con ciertas reacciones inmunitarias posteriores, muy similares al MIS-C. También descubrió una desregularización del sistema inmune que provoca la aparición de algún otro agente infeccioso, como el adenovirus.
Y si hablamos del estado de ánimo, un reporte hecho por Nature Scientific Reports incluye los síntomas que afectan el estado de ánimo en niños, niñas y adolescentes, además de las manifestaciones clínicas más frecuentes del Covid-19 prolongado. ¿Los resultados?
- Tristeza, tensión, ira, depresión y ansiedad (16,5 %)
- Fatiga (9,7 %)
- Trastornos del sueño (8,4 %)
Por si fuera poco, los niños infectados por SARS-CoV-2 tienen un mayor riesgo de sufrir dificultad respiratoria persistente, pérdida del olfato, pérdida del sentido del gusto, y fiebre.
La lista continúa con más de 40 manifestaciones clínicas, como dolor de cabeza, síntomas respiratorios, síntomas cognitivos (como disminución de la concentración, dificultades de aprendizaje, confusión y pérdida de memoria), pérdida de apetito y trastornos del olfato.
Niños, niñas y adolescentes no están exentos de sufrir síntomas de Covid-19 prolongado (persistente) que afecten sus vidas considerablemente y que requieran de atención médica constante.
Aún se debe investigar más sobre las causas y consecuencias del síndrome de posCovid-19 pediátrico. También el sector salud necesita mejorar las guías y procedimientos para diagnosticar y manejar la enfermedad, además de implementar acciones para incrementar la conciencia social, llevar a cabo programas de rehabilitación y pautas terapéuticas que ayuden a los pacientes infantiles de Covid-19 prolongado.
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