Todos los niños, y los adultos, necesitamos rutinas. Las rutinas ayudan a organizar nuestros días, a integrar de forma constante hábitos saludables, a definir nuestras tareas y responsabilidades.
Cuando un niño sabe lo que tiene que hacer se empieza a sentir mucho más seguro de su entorno. Y así como a través de la rutina se crean hábitos saludables, también es posible tener rutinas poco sanas:
“Algunas mamás llegan al consultorio y me dicen que les cuesta trabajo tener rutinas específicas en la semana. Tengo el caso de una mamá que me decía que es nocturna. Por las noches está más activa y, por ende, le cuesta trabajo meter a dormir a su hija. La niña de cuatro años podía estar jugando hasta las 12 o una de la mañana dependiendo de la hora en la que sus papás se durmieran. Al otro día el humor de esta niña estaba irritable, le costaba trabajo despertarse, no ponía atención”, explica Paloms, psicóloga y mamá, autora del blog Hola Mi Tribu.
Sobre todo en los primeros años de desarrollo de los niños, el tipo de rutina que tienen es muy importante. Piénsalo, están comenzando a crear los hábitos que llevarán toda la vida. Hábitos buenos y malos, así que resulta fundamental que, como familia, establezcan rutinas que sean positivas. Y no solo eso, recuerda que los niños aprenden por imitación: tú también debes predicar con el ejemplo.
Establecer un horario de comidas es útil para que tus hijos aprendan a alimentarse bien. La rutina de comida les ayuda a saber cuando su estómago está lleno, no están picando y picando, sin saber la calidad y cantidad de lo que están consumiendo. Además, si comen todos juntos como familia, se estrechan lazos y se hace más ameno el momento.
Integra los alimentos más adecuados para cada comida, asegúrate de que sean variados, que pertenezcan a distintos grupos. No olvides incluir todos los días frutas, verduras y agua natural. La hidratación es también muy importante. Al menos dos litros a lo largo del día, prefiere agua simple, sin azúcares.
¡Cómo cuesta trabajo la hora del baño para algunos niños! En este tema no debes ser flexible. Los hábitos de higiene personal son imprescindibles porque están relacionados con nuestra salud. Lavarse los dientes después de cada comida, bañarse a diario (o al menos un día sí y otro no), vigilar que su ropa esté limpia, asear su cuarto. Fija días y horarios específicos en que debe hacer cada cosa.
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Así como tú tienes tu trabajo, tu hijo debe entender que él también tiene responsabilidades y que la tarea es una de ellas. Tú decides el horario en que hace sus labores de escuela, pero un gran tip es que en el momento en que casa, antes de cualquier otra cosa, haga la tarea. Se evitarán problemas.
Muchos papás caemos en el error de creer que por el hecho de que nuestros niños estén jugando y corriendo eso cuenta como ejercicio. No, los niños necesitan actividad física vigorosa o la práctica específica de algún deporte. Encuentren su momento para moverse y hagan ejercicio en familia. ¡Tomen agua para hidratarse!
Si piensas que los ratos de ocio no deben estar en la rutina te equivocas. Nuestros hijos también necesitan jugar, divertirse, alejarse del estrés. Obviamente también tienes que fijar horarios. No pueden estar toda la tarde viendo la tele, pero sí establecer una hora al día para que disfruten de su programa favorito o salgan a jugar.
Reserva algo de tiempo al día para pasar momentos con tus hijos. Pueden hacer algún rompecabezas, jugar un juego de mesa o leer un poco, pero estos momentos son los que se quedarán grabados en su memoria. El fin de semana aprovéchalo para romper la rutina y hacer planes juntos. Vayan a andar en bici, a nadar, al parque, a patinar. No solo se vale, son muy importantes.
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Las horas de sueño deben ser una prioridad en la familia. Los niños entre los cinco y los 12 años deben dormir unas 10 o 12 horas. Los adultos y adolescentes necesitan alrededor de 7 u 8 horas. Toda la familia debe tener su hora de dormir, no necesariamente la misma, sobre todo si tienes niños pequeños y adolescentes, pero el sueño es fundamental para rendir en el día. Fija horarios y establece un entorno adecuado: sin pantallas y sin juguetes en la cama.
Como papás es un gran reto establecer rutinas cómodas, eficaces y sanas que mantengan el equilibrio. Pero ojo, nuestros niños no son robots, también debemos ser flexibles y estar conscientes que, si de vez en cuando la familia se sale de la rutina, no pasa nada.
“Recuerda la regla del 80 20. Si el 80% de las veces tus hijos tienen una rutina que seguir está perfecto. También es muy rico poderse salir de la rutina, irse de vacaciones, tener una fiesta, comer fuera de la casa. Las rutinas nos ayudan a tener una idea clara de cómo son nuestros días y lo que tenemos que hacer en la semana o el mes, pero tampoco es que va a pasar algo por romper a veces esa rutina”, finaliza Paloms.
No importa la rutina que estés hablando, lo importante es que al menos de lunes a viernes trates de seguir horarios. Esto va a hacer que sea mucho más fácil para nuestros niños y también tú sabrás lo que sigue para poderlo guiar.
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