Desde antes de que nazca tu bebé te preguntas si tendrá el color de tus ojos, si se parecerá más a su papá o a ti. Una vez que lo tienes entre tus brazos, lo miras una y otra vez para identificar rasgos del padre o tuyos. ¿Qué heredan los hijos de las mamás?
Hay ciertas características que son determinadas por los papás como son la talla y el sexo del bebé debido a los cromosomas que tienen los espermatozoides. Cuando se unen con el óvulo de la madre se origina una combinación de los genes de ambos.
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El color de cabello, de los ojos o el tono de piel son parte de la herencia genética de los padres. Al unirse el óvulo de la madre y el espermatozoide del padre se fusiona el material genético de ambos, lo que da lugar a las características del nuevo bebé.
La National Library of Medicine explica que los genes son partes del ADN (ácido desoxirribonucléico) que están presentes dentro de cada una de las células de un ser humano; son tan pequeños que solo es posible verlos con un microscopio potente.
Aproximadamente, cada genoma tiene 20 mil genes, los cuales poseen información sobre nuestros rasgos: como el color de los ojos, los rasgos del rostro, la altura, entre muchos más.
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Los cromosomas están en el centro de las células que transportan el ADN, el cual contiene los genes. La National Library of Medicine detalla que dentro de cada célula, el ADN está envuelto dentro de los cromosomas, cada célula normal tiene 23 pares de cromosomas, es decir, un total de 46 cromosomas.
“El par 23 (los cromosomas del sexo) determina el sexo del bebé. Las mujeres tienen dos cromosomas X y los varones tienen un cromosoma X y un cromosoma”.
Cuando el óvulo de mamá se une a un espermatozoide del papá, cada uno de ellos tiene una mitad del conjunto de cromosomas. La Fundación Nemours Kids Health comenta que cuando estas células se unen le dan al bebé el conjunto completo de cromosomas. Por lo tanto, la mitad del ADN de un bebé proviene de la madre y la otra mitad, del padre.
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Aunque la cantidad de genes que mamá y papá transmiten a sus hijos es el mismo, hay ciertas características que están asociados al material genético de la madre. Por años, diversas investigaciones han tratado de identificar qué es lo que heredamos de cada uno de ellos.
Un estudio de la Universidad de Cambridge señala que el ADN de las mitocondrias de la madre influye en la salud que tendrán sus hijos en el futuro, ya que influye en el desarrollo de padecimientos como diabetes tipo 2 y la esclerosis múltiple, así como en funciones como la del hígado y la circulación sanguínea.
El ADN mitocondrial que se hereda de la madre influye en la salud futura de los hijos más de lo que se pensaba, ya que afecta a la altura, la longevidad, a la función hepática y renal, o al riesgo de sufrir enfermedades como diabetes.
El peso del bebé es otra característica que se le atribuyen a los genes de mamá. El investigador en medicina molecular, Andrew Hattersley, explica las madres influyen en la grasa corporal que tendrán los niños.
Un estudio realizado por Hattersley en el Exeter Family Study of Childhood Health, de Reino Unido, analizó a mil familias. Midió el peso y altura de las madres, padres e hijos en los primeros años de vida, por lo que indicó que las mamás con obesidad tienden a tener niveles de azúcar más altos en sangre.
Sin embargo, otros científicos han dudado de los resultados de otra investigación, pues aseguran que el peso no lo determinan los genes, sino que es resultado de una serie de factores del ambiente como la alimentación y el entorno en el que cada persona se desarrolla.
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Varios estudios han señalado que los genes responsables de la inteligencia se encuentran en el cromosoma X, las cuales tienen en mayor cantidad las mujeres, ya que mientras los niños solo reciben este gen del papá, las niñas los reciben de ambos padres.
Un estudio publicado en la revista Psichology Spot estima que alrededor de un 40 y 60% de la inteligencia es heredada, los niños tienen más probabilidades de heredar la inteligencia de su madre ya que los genes de la inteligencia se encuentran en el cromosoma X.
La investigación observó que a medida que los embriones maduraban, las células que tenían los genes del papá se acumulaban en las áreas encargadas de garantizar la supervivencia, las cuales están relacionadas con funciones como la alimentación y agresividad.
En la corteza cerebral, donde se desarrollan las funciones cognitivas como la inteligencia, el pensamiento, lenguaje y planificación, se encontraron las células de la madre.
Mientras que en Alemania, científicos de la Universidad de Ulm, descubrieron que los genes relacionados con los aspectos cognitivos están en los cromosomas X.
“Por lo tanto, eso explica el hecho de que los hombres sufren hasta un 30% más de problemas cognitivos que las mujeres”.
Los científicos que han desarrollado estas investigaciones advierten que el desarrollo de la inteligencia también está relacionada con los estímulos externos que un niño recibe. Por lo que no todo depende de los genes.
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