Por Nayeli Rueda
Diego, un pequeño de cuatro años de edad, comienza a pegar y ofender a su hermano mientras juegan con la pelota. Sus padres se acercan y le recuerdan que la regla es “no pegar y no ofender”, pues de lo contrario, tendrá un “tiempo fuera”, lo que significa retirarlo del juego.
El “tiempo fuera” es una estrategia disciplinaria que muchos docentes y padres de familia utilizan para que los pequeños aprendan a convivir de manera armoniosa. La psicóloga Yoyce Vanegas Ortiz, con práctica privada en la Ciudad de México, explica que esta técnica consiste en retirar a un pequeño de algún lugar o actividad, durante unos minutos, si su conducta es inapropiada y “puede ser útil en algunas situaciones, pues permite que niñas y niños reflexionen sobre su comportamiento”.
Añade que la finalidad del “tiempo fuera” es que el pequeño retome tranquilo la actividad que realizaba y que respete las reglas de convivencia. Algunos de los objetivos de esta estrategia disciplinaria, son:
Aunque esta técnica es muy útil, tiene sus pros y sus contras, señala la psicóloga Vanegas Ortiz. Entre los inconvenientes están que, si los padres la usan como un castigo o abusan de ella, ya no tendrá ningún efecto positivo en la conducta de su hija o hijo.
La maestrante en educación especial puntualiza que el también llamado “rincón de pensar” debe ser una estrategia que se aplique en el momento, es decir, si un niño está gritando a la hora de comer, y la regla es no gritar mientras se come, se tendrá que aplicar de inmediato el “tiempo fuera”.
Esta estrategia no debe ser utilizada como un castigo, sino como un apoyo en la educación, para que los niños aprendan sobre las consecuencias de sus actos.
También hay que evitar que el “tiempo fuera” sea en la silla donde se come o en la cama, ya que “puede confundirse y pensar que está en ‘tiempo fuera’ cuando es hora de comer o dormir”.
Si se pretende seguir esta estrategia, habilitemos en casa una silla y un espacio destinados para ella. Pero, ojo, no hay que abusar de esta técnica, porque los niños después ya no la van a tomar en serio. Incluso, si están aburridos, pueden tener una conducta inadecuada para retirarse e irse a la silla de pensar.
El Institute Child Mind ofrece algunas pautas para aplicar de manera adecuada esta técnica. Toma nota:
Los padres pueden utilizar esta estrategia con niños y niñas a partir de los tres años de edad o hasta que el pequeño sea capaz de interiorizar cómo debe comportarse y qué puede pasar si no actúan correctamente.
Pero, si el pequeño continúa con una conducta inapropiada, a pesar de haber establecido esta estrategia durante tres meses, significa que no le está funcionando y que quizá no sea una medida disciplinaria para él o ella.
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