Por Nayeli Rueda
Si estás en un proceso de separación no utilices a tus hijos para lastimar a tu ex pareja. Meterles ideas en contra de su madre o padre y fomentar un odio injustificado se llama alienación parental y les puede provocar problemas en su desarrollo emocional y psicológico.
Para la psicóloga Montserrat Camacho Besoy, de la Clínica de Atención Psicológica Integral (CAPI), la alienación parental es el rechazo –sin justificación– del niño o la niña hacia algún miembro del bloque parental, y por lo general, se da cuando hay una separación.
Este rechazo puede ser manipulado por el progenitor alienador quien, mediante diversas estrategias, irá programando y moldeando a su hijo o hija para ponerlo en contra de su mamá o papá, aunque también hay situaciones que los especialistas deben evaluar y corroborar que se trate de alienación parental y que realmente no existe un maltrato hacia el menor.
Por lo general, la alienación la origina el progenitor con el que vive el infante. A pesar de una separación o divorcio, la especialista señala que la relación de los padres con los hijos siempre existirá. No obstante, si una persona está furiosa por la ruptura amorosa y no la acepta, puede intentar romper esa relación y castigar a la expareja impidiendo que vea a su hija o hijo.
La psicoterapeuta infantil señala que un niño no tiene por qué cargar con los problemas de los adultos. El pequeño debe seguir recibiendo el amor de ambos, de lo contrario puede sentirse confundido y sufrir por tener que rechazar a alguno de sus progenitores.
Así daña a los niños la alienación parental
Para la especialista en psicoterapia infantil, fomentar el odio injustificado hacia un progenitor provocará problemas de conducta en las niñas y los niños: “si intentas castigar a la pareja a través de los hijos, lo que realmente harás es lastimarlos a ellos: quitarles seguridad, confianza y dañar su autoestima”.
Los pequeños pueden tener comportamientos autodestructivos o estar ensimismados, es decir, “irse hacia sí mismos y evadir la realidad porque prefieren no vivir ese panorama doloroso”. Y al no poder nombrar su emoción, la experta señala que los niños pueden presentar:
- Ansiedad
- Miedo
- Rebeldía
- Regresiones, como chuparse el dedo y hacerse pipí
- Agresividad e impulsividad
- Culpa
De acuerdo con el estudio Consecuencias Psicológicas en la Alienación Parental, de Adriana Muñoz, Melitza González y Yuri Valderrama, los menores también pueden experimentar: depresión, estrés, falta de confianza en sí mismo, temor y falta de adaptabilidad en el contexto escolar, donde suelen tener problemas de disciplina y bajo rendimiento escolar.
Algunas estrategias
Cuando el menor está siendo alienado por uno de sus progenitores, Camacho Besoy recomienda darle confianza y seguridad, explicando sobre la ruptura –amorosa– con la pareja, pero no entre madre-hijo o padre-hijo. Asimismo, hay que evitar hablar mal del progenitor alienador y/o discutir frente al menor.
La psicóloga aconseja:
- Llamar al niño o niña constantemente por teléfono.
- Cumplir con los acuerdos establecidos.
- Visitarlo el día y a la hora pactada.
- Explicarle que, a pesar de que ya no vayan a vivir juntos, su amor hacia él o ella sigue siendo el mismo y es incondicional.
- Hablarle sobre los nuevos acuerdos y reacomodos en la familia.