Hablar de dinero con tu pareja puede ser una de las conversaciones más difíciles e incómodas que puede haber, pero es un tema que sí o sí deben tratar antes de vivir juntos. Les evitará muchos pleitos y dolores de cabeza, pero también (esperemos no suceda), una mejor forma de afrontar un posible divorcio.
Hasta que el dinero nos separe, el viacrucis de muchas parejas
Un estudio de la revista Family Relations descubrió que discutir sobre el dinero al principio del matrimonio es el factor de predicción número uno del divorcio. El problema es que en nuestra sociedad hablar de dinero con la pareja es un tabú, grosero, algo que se tiene miedo de tocar.
La realidad es que terminar una relación puede salir caro. No basta con las heridas del corazón, sino también aquellas que quedan en tu cuenta bancaria. Algo parecido le sucedió a Gabriel, quien terminó sin ahorros y con una deuda de 160 mil pesos después de haberse mudado con su pareja, con la que tuvo una relación de cerca de 13 años y con la que solo vivió siete meses.
Gabriel, un diseñador gráfico de 35 años de edad, vivió recientemente la ruptura de su relación sentimental, pero el impacto económico de la decisión hizo más grande el daño. “Nunca fue el motivo del pleito, fue la cereza que adornaba todo”, cuenta. “Nunca tocamos el tema de la separación y ese fue un gran problema”.
Los divorcios en México repuntaron en 2021 y aumentaron 61% con respecto al año en el que detonó la pandemia. El año pasado se registraron 149 mil 675 divorcios, según datos de Inegi.
Pero, ¿por qué debe de hablarse de dinero antes de casarse o irse a vivir con la pareja? ¿Es posible estar preparado, económicamente, para una ruptura o divorcio? ¿Y si no lo estamos, cómo hacerlo?
“Para la gente es más fácil hablar de sexo que hablar de dinero”, dice Liliana Olivares, fundadora y CEO de Adulting, plataforma de finanzas personales. En su experiencia, la falta del dinero es la segunda causa del divorcio.
Un final silencioso
Cuando Gabriel comenzó su última relación, él tenía 20 años y ella 25, se conocieron siendo universitarios en la UNAM, él estudió Diseño Gráfico y ella Biología.
Ahora él reflexiona que los mejores años de la relación fueron los primeros cinco. “Todo era nuevo, era mi primera relación formal, duradera, ella era muy culta, leía, sabía inglés perfecto, viajaba, y eso me obligaba a subirle a mi propio nivel”, recuerda.
Mientras eran estudiantes no contaban con ingresos fijos salvo los que les daban sus familias, así que trataban de equilibrar los gastos. Cuando comenzaron a trabajar, existía un acuerdo no hablado de distribuir los gastos a la mitad.
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Con el paso de los años la relación, comenzó a cambiar. Aunque tocaron el tema de vivir juntos, la situación económica no era la más favorable. Pero en 2020 decidieron dar el paso..
Comenzaron a comprar cosas pequeñas como vajillas, baterías, pequeños, luego el refrigerador, una lavadora y una sala. Él cubrió algunos de los gastos con su tarjeta de crédito y en octubre de 2020 comenzaron a vivir juntos. Pero, a los siete meses se dieron cuenta de que no todo era como esperaban y decidieron terminar su relación.
Al momento de separarse, decidir quién se quedaría con los muebles fue un verdadero campo de batalla.“(En algún momento) ella decía que se lo merecía como compensación por todo el tiempo perdido e invertido; yo le dije que también estaba como ella”, cuenta Gabriel.
Él regresó con su mamá y se quedó con una deuda de 160 mil pesos por las cosas que no había acabado de pagar.
Ambos habían invertido alrededor de 380 mil pesos, él dice haber cubierto más de la mitad y ella también tuvo que pagar parte de los muebles que aún debían.
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A casi dos años de su separación, Gabriel sigue recuperando su estabilidad económica y de su experiencia le quedó una lección.
“Haber hecho una separación de bienes antes hubiera sido incómodo, pero nos hubiera ahorrado muchos pleitos después, porque lo económico se volvió un problema justo en la separación”, dice.
Para que financieramente puedas afrontar una ruptura y que tu monedero salga lo menos raspado, aquí te dejamos algunos consejos que puedes seguir.
Haz un fondo de emergencias
Olivares explica que cuando se toma la decisión de casarse o de vivir con la pareja, no se piensa inmediatamente en el divorcio, pero recomienda hacer un fondo de emergencias.
“No es un fondo para divorciarse porque se puede adecuar a diferentes posibilidades (gastos médicos, si te quedas sin empleo, enfermedades, fallecimientos) que se te presenten en la vida; es eso que te va a salvar, es lo que te va a ayudar a tomar esa decisión sin que lo económico sea la primera excusa para no hacerlo”, explica.
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Este fondo ser el monto equivalente a tres meses de tu sueldo (si tienes un empleo fijo); en caso de ser emprendedor o trabajador independiente que sea lo equivalente a tres o seis meses de tus gastos fijos. Puede ser una inversión de bajo riesgo, a corto plazo y a la que tengas disponibilidad (en plazos máximos de siete días) y se puede construir con el ahorro del 30% de tus ingresos mensuales.
El fondo de emergencia no es para pagar tu divorcio, sino para mudarte, reajustar tus gastos y empezar de nuevo.
Aunque Olivares dice que al estar casados, el divorcio puede salir gratis si es de mutuo acuerdo y a través del gobierno, también puede tomarte tiempo, o puede ser rápido si pagas más de 6 mil pesos.
¿Todo lo mío es tuyo?
Todos deberían casarse por bienes separados, explica Olivares, quien agrega que al casarse por bienes separados, el divorcio resulta más fácil y más barato.
“Dejemos de ponerle una carga emocional a una decisión práctica, el casarse por bienes mancomunados genera una serie de trámites burocráticos que va a ser una pesadilla para ambas partes, no tiene que ver con que si se aman o no, tiene que ver con ser inteligentes”, señala Olivares.
Hablar de dinero con la pareja
Es importante que ambas partes conozcan lo que cada uno gana, especialmente si la decisión de casarse o vivir juntos está latente. Olivares explica que cada uno debería aportar del 30% del sueldo, como mínimo, y el 50% como máximo, para una vida en conjunto.
“Tú debes mantener la vida que puedas estando casado o soltero, esa también es una forma de prepararse para el divorcio”, dice.
Si tú te quedas a cargo del trabajo doméstico se debe dejar en claro que del dinero que dé la otra persona, una parte será para generar un ingreso para la otra persona que le permita hacer su fondo de emergencia. El trabajo en casa también debe ser remunerado.
Acuerdo mutuo por si el amor acaba
Con tu pareja llega a un acuerdo sobre qué pasará con los bienes si se separan, puede ser vender todo y repartirse el dinero a la mitad, o cada quien se va con lo que compró.
“El acuerdo previo háganlo cuando estén felices y no cuando se odian porque eso no va a ser acuerdo, va a ser pelea”, explica Olivares.
En qué no debes gastar cuando te separas
Olivares señala que en medio de una separación no se deben tomar decisiones económicas o financieras importantes, al menos en seis meses, no vender o comprar cosas costosas, como viajes relámpago, es el peor momento para hacerlo.
“Tiene una ventaja empezar de cero, como volver a hacer un presupuesto de vida, realinar las prioridades de nuestra vida”, explica Olivares.
¿Y los niños?
En caso de que tengan hijos, será la ley la que determine el nivel de aportación por menor, Olivares recomienda que se tenga siempre, haya divorcio o no, un presupuesto claro de los niños.
En el caso de las mascotas llegar a un acuerdo mutuo de gastos y acordar quién tendrá a cargo su cuidado.
Esta nota se publicó originalmente en La-Lista. Para leerla haz clic aquí.
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