Por José Ángel Araujo
Con la llegada del nuevo bebé, la rutina familiar tomará otro curso. Más de una mamá o papá experimentado dirá a los novatos: “no volverás a dormir igual”. Y es verdad. En general, nada en tu vida será como antes. Algunos de los cambios más evidentes ocurrirán en la habitación, pues además del sueño, también la vida sexual puede cambiar por completo.
Si bien es cierto que cuando hay un recién nacido en casa, es difícil encontrar un tiempo para satisfacer la vida amorosa, hacerlo no es imposible, solo hay que poner en marcha una serie de estrategias para no abandonar tu placer ni el de tu pareja. Según datos de la Academia Americana de Pediatría, la mayoría de las parejas reanudan su vida sexual en promedio siete semanas después del parto.
En una encuesta realizada por una marca de colchones norteamericana, 47% de los participantes señalaron no tener sexo después de la llegada del bebé, y no por falta de ganas, sino porque “encontrar el momento les resultaba complicado”. Un 63% de ellas declara “difícil o muy difícil” disponer de intimidad cuando el hijo está despierto. De esta encuesta es importante entender que, para retomar la vida sexual, es necesario hacer algunos ajustes a tu rutina:
Ser padres puede coincidir con el momento de madurez en su relación. Esto quizás signifique que su vida sexual ya no es igual a la que tenían en un inicio. Sin embargo, esto no quiere decir que deban arrinconar la práctica sexual entre ustedes.
Además de ello, los cambios hormonales también influyen, pero no solo los de las mujeres que llegan con el embarazo; también hay ajustes en la química del hombre como lo sugiere un estudio de la Universidad de Notre Dame en Indiana, Estados Unidos, que encontró que “cuando los varones se convierten en papás, su testosterona disminuye considerablemente (hasta un 34%), lo que deriva en una disminución de su actividad sexual”.
El sexólogo David Moncada señala la importancia de tener “una comunicación sexual con tu pareja”: una práctica que vaya más allá de las palabras. Se trata de un reconocimiento corporal, pero desde la empatía (particularmente con ellas, por los cambios físicos que ocurren en la mujer). El terapeuta recomienda, para todas las parejas que han perdido un vínculo sexual (no necesariamente a raíz del nuevo bebé), tener una “práctica de actualización”. Para empezar hay que responder tres preguntas:
De esta manera puedes tener una idea de la etapa en la que se encuentra la relación. Los cambios con la llegada del bebé son normales, pero ¿en verdad es el origen de sus debilidades sexuales?
Pongan sobre la mesa la conversación, que aunque no sea sencilla, es total y absolutamente necesaria. Mantener una comunicación sexual positiva ayuda al bienestar de las parejas, no solo para evitar conflictos, sino que permite el desarrollo de una relación saludable, así lo afirma Susana Robles Montijo, profesora de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Para tener una idea de por dónde y cómo ir, el sexólogo Moncada comparte los cinco principios de la comunicación sexual:
Lo importante es que dejen fluir los sentimientos y las oportunidades. Si consideras que el sexo después del nacimiento del bebé puede tardar unas semanas en retomar su curso y comprender que es simplemente una transición del embarazo a la vida como familia, ambos se pueden relajar para disfrutar los maravillosos cambios que ocurren en su núcleo con el recién llegado.
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