Ver a una mamá o a un papá mirando el celular, mandando correos o chateando, mientras su niña o niño juega solo e intenta platicar cómo estuvo su día –sino es que también está mirando un dispositivo electrónico– se ha vuelto una imagen cotidiana en muchos hogares. ¡No conviertas a tu hijo en huérfano digital!
Hay muchos padres que están presentes físicamente en la vida de sus hijos, pero ausentes emocionalmente, y prefieren ver el celular que jugar con sus pequeños. No obstante, para la crianza son necesarios dos aspectos: “la disposición física y afectiva, explica la doctora Miriam Hernández, miembro de la Sociedad Psicoanalítica de México.
Para la psicóloga, fundadora del centro Sana Mente, hay padres que piensan que por dar cosas materiales a sus hijos nunca les ha faltado nada, pero “lo más importante para un niño o una niña es la interacción emocional”.
Un niño puede tener cubiertas las necesidades básicas: casa, vestido, alimento, educación, servicios de salud, o incluso tener lujos, pero “sentirse abandonado debido a que no hay una conexión afectiva con sus cuidadores”.
El fenómeno de la orfandad digital está descrito en el libro Huérfanos digitales. La autora, Alejandra Corona, señala que la indiferencia, el silencio y la ausencia de los padres y madres de familia en los tiempos de convivencia familiar son muestra de que los celulares están captando la atención de los adultos en todo momento.
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Huérfano digital: Ignorar es maltrato
Ignorar a los hijos también es considerada una forma de maltrato y puede ser perjudicial para los infantes.
Abusar del dispositivo electrónico frente a los hijos dañará su autoestima. “Un niño necesita sentirse visto y sentirse una persona importante en la vida de los padres y no solo un ser circundante a su alrededor”, enfatiza Hernández.
La madre o el padre que se la vive en el celular envía muchos mensajes implícitos a su hijo. El pequeño puede pensar que el trabajo de su mamá o papá, o lo que está mirando en la pantalla, es más importante que él o ella.
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Estar conectados pero sin desconectarse
Los dispositivos electrónicos inteligentes se han vuelto parte de la vida de muchas personas. Cada vez hay más cibernautas y esta cifra aumentó considerablemente en el último año debido a la pandemia.
Para la psicóloga Miriam Hernández, en la era digital todos debemos tener un celular y una computadora, pero si estas herramientas dificultan que haya una conexión con los hijos o que disminuya la interacción con ellos, así como la posibilidad de estar al tanto de lo les sucede emocionalmente, debemos repensar el uso, o, mejor dicho, el abuso de estos dispositivos electrónicos. Evitemos que los niños sean huérfanos digitales.
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Riesgos de la desconexión con los hijos
Cuando un dispositivo inteligente se convierte en una adicción para los papás y las necesidades afectivas de los niños no son cubiertas, puede haber maltrato en el sentido de negligencia.
Un pequeño construye su identidad a partir de lo que los principales cuidadores le reflejan de sí mismo. Si el pequeño está internalizando ausencia y un mensaje implícito de que “no es tan importante”, puede haber una autoestima inestable, e incluso, presentar trastornos de la conducta alimentaria, adicciones, trastornos de ansiedad o trastornos depresivos, apunta Hernández.
La especialista sugiere no satanizar el celular, sino evitar el abuso:
- Cuestionarte cuánto tiempo de calidad estás pasando con tus hijos.
- Reflexionar qué tanto estás conectado emocionalmente con ellos y qué tanto los conoces.
- Pensar qué tanto estás promoviendo que tus hijos también estén en el celular por horas y de ser necesario, establecer normas para toda la familia sobre el uso de dispositivos electrónicos.
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Así puedes limitar el tiempo de tus hijos frente a las pantallas.