Ser mamá es una de las experiencias más intensas de esta vida, sin embargo, quien te quiera hacer creer que todo es color de rosa te está diciendo una gran mentira, la maternidad tiene una infinidad de cosas buenas, pero también hay un lado oscuro, una serie de desafíos que, en algún punto, cualquier mamá enfrenta, desde miedos hasta decisiones determinantes y no faltan los Red Flags (banderas rojas, puntos de alerta, como gustes llamarles) que engloban las opiniones ajenas de familiares, amigos, en fin, gente bien intencionada pero que podría causarte más estrés que apoyo.
Existen muchísimos factores en los que debes poner atención pues, evidentemente todos tendrán una “mejor idea”, una “solución más simple”, más “experiencia”, etc. El punto es que te prepares y evites sentirte agobiada con tanto consejo que la gente te regalará sin que se lo solicites. Entremos de lleno al tema:
Cuando una mujer se enfrenta por primera vez al reto de ser madre, inevitablemente siente miedo, ese miedo que todo ser humano experimenta ante lo desconocido, solo que, en esta situación, el miedo se mezcla con la incertidumbre de si estás preparada para ser la guía de otro ser humano, de formarlo, educarlo, alimentarlo, amarlo y cuidarlo. Ahora bien, déjame decirte un secreto, hay un instinto materno que despierta en el momento correcto, así que calma, te aseguro que siempre serás la mejor madre para tus hijos.
Este es uno de los mayores desafíos para cualquier mamá, resistir la diversidad de opiniones y enseñanzas que se generan a su alrededor y no sucumbir en el intento. Desde la opinión de su propia abuela, hasta lo que sugiere la compañera de trabajo de su marido, pasando, claro, por la que su mamá y su suegra creen que es la mejor manera de educar a un hijo (sin olvidar a hermanas, tías, primas, amigas, etc.). Y sí, a cada mamá le funciona su propio método, pero eso no significa que este deba ser universal y funcionar en todas las familias. Tú relájate, ni tienes que hacer lo que los demás te digan, ni debes quedar bien con nadie, acepta los consejos y sugerencias con una sonrisa, agradece las buenas intenciones y pon en práctica solo aquello que a ti te parezca conveniente. Al final serán tus hijos quienes te vayan dando la pauta sobre qué es lo que sí funciona para ustedes.
Aunque en la actualidad hay distintas corrientes en cuanto a los modos de crianza (autoritaria, permisiva, democrática, etc.), la realidad es que siempre han existido distintas maneras de formar a los hijos. En efecto, la mejor escuela la tuvimos en nuestras familias, pero conforme crecemos, esa experiencia se va aderezando con las vivencias particulares de cada individuo, con su forma de ver y enfrentar la vida, por ello, al momento de decidir cómo enfrentará la crianza de sus hijos, una mujer elige y practica la opción que mejor se adapta a su ideología y a lo que espera enseñarles a sus descendientes. Desde esta perspectiva, nada es bueno ni malo, simplemente es conveniente o no para ti.
Una de las particularidades de esta época es que todas las mujeres desean realizarse personal y profesionalmente, por eso es que muchas toman con verdadera seriedad el tema de la maternidad, a veces puede pensarse que esta es un obstáculo o un impedimento para la ya mencionada realización, y si a lo que ya por sí sola piensa ella, se agrega la opinión de cada integrante de su entorno, ¡la confusión será total! Cada mujer es libre de decidir cómo llevar su maternidad, de elegir si desea o no trabajar o estudiar después de haber tenido un hijo, el objetivo es, como en todo, tener un sano equilibrio entre todos los aspectos de su vida, logrado esto podrá ser el mejor referente no solo para sus hijos sino para todos los que convivan con ella.
Este es un tema que merece ser considerado con especial atención. Justamente por la autorrealización de la que ya hablamos, pareciera que desde hace algunos años las mujeres han elegido posponer la maternidad lo más posible, tanto que muchas deciden congelar sus óvulos para cuando crean que ha llegado el momento, así garantizan que estos se encontrarán en las mejores condiciones para concebir un bebé sano.
La verdad es que cuándo ser madre es una decisión y elección personal, hay quienes aún siendo muy jovencitas son las mamás más maduras y responsables mientras que existen mujeres adultas que se convierten en mamás y no tienen el menor sentido de lo que significa ser responsable, ni siquiera de sí mismas, mucho menos de sus hijos. La edad solo es un número que no necesariamente significa madurez.
Como puedes ver, ser mamá no es nada fácil, y como no se enseña en una escuela como es con una carrera académica, pues no hay reglas. Aunque hay cosas que son universales en lo que a la maternidad se refiere, cada mujer actúa de acuerdo con sus propios códigos de vida, aprendizajes y expectativas. En la maternidad, como en la vida misma, el respeto al pensamiento y la creencia ajena es la paz.
Te recomiendo: Cómo proteger a tu recién nacido en invierno
¿Qué debo esperar de mi bebé recién nacido? Guía rápida para papás primerizos
Aspecto de un recién nacido, ¿qué es ‘normal’?
¿Sabes cuáles son los beneficios de la música en los niños? La música favorece el…
El Día Internacional del Músico en honor a Santa Cecilia, la patrona de los músicos,…
Cada 21 de noviembre se celebra el Día Internacional de la Espina Bífida, que es…
En mi colaboración anterior platicamos de la importancia de encontrar el lado positivo del Trastorno…
Conoce la vida y el legado de Francisco I. Madero, uno de los personajes más…
Te compartimos: Revolución Mexicana explicación para niños, para que puedas enseñarle más a tu peque…