Cómo ser mamá sin perderte a ti misma

Por Jimena Guarque, terapeuta Gestalt y educadora perinatal

Te subes al coche y enciendes la música para llevar a tu bebé a la guardería. Después de dejarla manejas al trabajo, vas sola pero te das cuenta de que ¡sigues cantando las rondas infantiles! Para ser sincera, ya ni siquiera sabes qué música te gusta ahora porque tu playlist está lleno de las canciones para bebé. ¿Te ha pasado? Pues ¡bienvenida!

Ser mamá es una tarea demandante física y emocionalmente, e inicia desde el embarazo. Pam England, en su libro Birthing from within, hace el símil del viaje interno de la maternidad con el de un laberinto: se requiere valentía para internarse en él y, una vez adentro, no hay más que avanzar a prueba y error: el centro representa la vida, el nacimiento de una familia, el nacimiento de una madre. Pero la clave para poder entrar y salir de él es conectar con tu intuición. 

No te confundas

Laura Gutman, en su libro La maternidad y el encuentro con la propia sombra, explica que se han confundido las características que debe tener una madre con las que debe tener una mujer y que “cuando construimos nuestra identidad confundiendo maternidad con ser mujer, nos resulta muy complejo defender un interés personal, ya que el amor maternal es incondicional y altruista… esas cualidades son excelentes para la crianza de los niños, pero no son indispensables para manejar un negocio, hacer transacciones comerciales, construir edificios o llevar adelante un pleito judicial”, por dar algunos ejemplos. 

 Teniendo en mente esto, recuerda esto y sigue adelante: 

  • Antes de ser la mamá de, eras solamente (inserta aquí tu nombre). ¿Cuáles eran tus sueños de niña?, ¿cómo te imaginabas en el futuro cuando eras adolescente?, ¿por qué estudiaste la carrera que estudiaste?, ¿dónde estás ahora? ¿Te has acercado a quien sueñas ser? “Ser nosotros mismos hace que acabemos exiliados por muchos otros. Sin embargo, cumplir con lo que otros quieren nos causa exiliarnos de nosotros mismos”, explica Clarissa Pinkola en el libro Mujeres que Corren con Lobos. El trabajo personal en forma de libros, terapia, meditación y todo aquello que te ayude a ser más fiel a ti misma es una excelente inversión. Y lo mejor es que ¡nunca es demasiado tarde!
  • Hay momentos para todo. Si algo nos enseña la maternidad es a ser pacientes y a entender los ritmos de la vida. Quizá si estás en pleno posparto, no es momento de inscribirte a ese posgrado. Lao Tse, antiguo filósofo chino, explica que una vasija es útil cuando está vacía; ahí reside su utilidad. En la sociedad moderna, utilizamos la frase “dar el 110%”, es decir, sobrellenamos nuestra vasija. Esto solo derrama la energía y no te permite cumplir tus objetivos. No sobreexigirte no quiere decir renunciar: llegará una etapa en la que puedas dedicar más tiempo a otras esferas de tu vida. Planifica para poder volverlas realidad.

Se han confundido las características que debe tener una madre con las que debe tener una mujer.

  • Tienes derecho a hacer lo que te gusta. Cuando vayas a tomar una decisión que te provoque culpa (por ejemplo, tomar ese curso que tanto has deseado o aceptar un puesto de trabajo demandante), analiza:
  1. Los hechos y la información (horario, costo o paga, calendario).
  2. Las influencias sociales (opiniones externas, expectativas)
  3. Tus circunstancias personales (momento de vida, economía)

Cuando te haces más consciente del papel de las presiones sociales en tu vida y de tus prioridades personales, valores y circunstancias, puedes filtrar los sentimientos de culpa para discernir cuándo tienen un mensaje útil para ti y cuándo no.

  • Defiende lo que has ganado. Muchas mamás tienen dificultades para poner precio a sus honorarios, pedir un aumento, cobrar el dinero que les deben o incluso para disfrutar del dinero que ganan. También les cuesta valorar todo el trabajo que hacen en casa y que no es remunerado. Culturalmente, las habilidades de negociación y las finanzas han estado relegadas a la esfera masculina, por eso es tan importante para las mujeres capacitarnos en estos ámbitos. No importa a lo que te dediques, los cursos y libros que tengan que ver con estos temas te ayudarán a ganar confianza, valorar tu trabajo y darte el lugar que te mereces.

“Cumplir con lo que otros quieren nos causa exiliarnos de nosotros mismos”.

 Clarissa Pinkola.

Te recomendamos leer: La salud de las mujeres que son madres no es tan buena como podría.

José Ángel Araujo

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