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Por Ollin Islas
¿Cómo es un día en la vida de cualquier madre? Es muy probable que la gran mayoría responda a esta pregunta hablando de una lista de pendientes que jamás se termina. La situación de las mujeres que son madres no es sencilla: a la gran cantidad de actividades que implican el cuidado y la crianza, se suma el trabajo y las tareas domésticas.
La sobrecarga que viven las madres se recrudece, además, por la inequidad en la distribución de estas actividades. Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), las mujeres dedican hasta tres veces más tiempo que los hombres al trabajo no remunerado en el hogar. Y algo similar ocurre con los cuidados, no solamente de los hijos, sino también de adultos mayores o personas enfermas en el hogar.
En su libro El cansancio físico y emocional de las madres, Violaine Guéritault explica que el burnout materno o fatiga emocional se debe a una combinación de factores:
Y, desafortunadamente, el trabajo de las mujeres no se detiene ahí. La psicóloga Cynthia Ruiz manifiesta que “ahora las mamás tenemos más actividades, independientemente del hogar, que ya es muy agotador. Por ello, es común llegar a un nivel de cansancio no solamente físico sino también emocional. En estos momentos de pandemia muchas mamás que también tienen que convertirse en maestras, por ejemplo, están a punto del colapso”.
El resultado, por supuesto, resulta devastador para la salud física y mental de las madres. El estrés, la falta de descanso y la falta de tiempo para hacer ejercicio o tener una alimentación adecuada pueden dar como resultado problemas gastrointestinales y cardiovasculares, además de que, la sobrecarga evita que las madres estén pendientes de su salud en general, lo cual las despoja de los beneficios de la atención médica preventiva.
Con los niños pequeños, nunca se sabe qué sigue. Ser puntual, seguir una rutina, cumplir con un horario… todos estos objetivos pueden volverse inalcanzables cuando tenemos hijos.
Por el lado emocional, tampoco andamos muy bien. “El burnout materno provoca que las madres tarde o temprano exploten y vivan con mucha frustración, enojo, tristeza y resentimientos, lo cual en muchas ocasiones también las vuelve más intolerantes, o bien, las empuja a vivir deprimidas y angustiadas. Este cansancio también se refleja en sus vínculos con la pareja y en su vida profesional”, explica Cynthia Ruiz.
Salir del burnout materno no es imposible, pero hay que hacer cambios sustanciales. La psicóloga Cynthia Ruiz te ofrece algunas recomendaciones:
El burnout materno provoca que las madres tarde o temprano exploten y vivan con mucha frustración, enojos, tristeza y resentimientos.
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