El juego es muy importante para los niños. No es solo una actividad superficial o trivial que llevan a cabo cuando no están ocupados. La importancia de jugar tiene que ver con su desarrollo. A través de él, no solamente se divierten y conectan con la familia y los amigos sino que también aprenden, desarrollan su confianza y generan bienestar.
Dentro del cerebro de los pequeños suceden muchas conexiones neurológicas al jugar además de que, físicamente, al usar sus cuerpos, desarrollan habilidades motoras finas, pero también su motricidad gruesa y el crecimiento músculo-esquelético, pues crece su fuerza; y debemos agregar las conexiones sociales y emocionales que aprenden y practican mientras juegan.
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A Catherine Sewell, especialista en juegos, le gusta comparar al cerebro y al juego con el cielo nocturno:
“Tenemos todas esas estrellas separadas por todo el cerebro y al experimentar algo, conectamos estrellas. Si experimentamos la situación dos, tres o más de diez veces, esa conexión se hace más fuerte. Esto es muy fácil de observar mientras los niños juegan: repiten situaciones de manera natural; están haciendo conexiones fuertes de una manera agradable”.
Catherine Sewell
Esas conexiones pueden ser físicas como caminar y hablar o sociales y emocionales como cuando nos relacionamos con otras personas o con nuestros sentimientos y emociones como son la seguridad o el miedo.
A partir de los 8 años de edad, las conexiones que no hemos usado mucho comienzan a desvanecerse y nos quedamos con las más fuertes, que forman la base de nuestro cerebro adulto.
El juego entonces se convierte en disparos de miles de chispas de luz en el cerebro que ocurren al mismo tiempo en todos los niveles: físico, cognitivo, social y emocional, por lo que los niños (pero también adolescentes, adultos y mayores) siguen implementando el desarrollo cerebral al jugar.
Es importante que los niños tengan muchos tipos diferentes de experiencias de juego. Esto incluye el juego tanto estructurado como no estructurado, el juego en interiores y exteriores, el juego en solitario y en grupo, el juego artesanal y creativo, etc. Cuando los niños obtienen variedad es bueno para todos los aspectos de su aprendizaje y desarrollo físico, social, emocional e imaginativo, por ello la importancia de jugar.
No estructurado:
El juego libre y no estructurado es un juego no planificado que simplemente sucede, dependiendo de lo que le llama la atención a tu peque en ese momento. Este tipo de juego es particularmente importante para los niños más pequeños porque les permite usar su imaginación y moverse a su propio ritmo.
Ejemplos de juego no estructurado podrían ser:
• Juego creativo solo o con otros, incluidos juegos artísticos o musicales.
• Juegos imaginativos, por ejemplo, hacer coches con cajas o mantas, disfrazarse.
• Explorar espacios nuevos o favoritos como armarios, patios traseros, parques, patios de recreo, etc.
Tú puedes ser parte del juego no estructurado de tu peque. Pero la mayoría de las veces solo podrás orientarlo a jugar por ejemplo a disfrazarse, señalarle dónde están el papel y los crayones. De vez en vez podrás ser más activa, como de qué se vas a disfrazar, pero debe ser espontáneo.
Estructurado:
El juego estructurado está organizado y sucede en un tiempo fijo o en un espacio establecido. A menudo está dirigido por un adulto. Es más probable que los niños mayores disfruten y se beneficien del juego estructurado.
Ejemplos de juego estructurado:
•Juegos de pelota al aire libre, como el fútbol o el básquet.
•Clases de natación, baile, música o teatro.
•Juegos de mesa o de cartas.
•Deportes modificados, como “tochito” bandera.
A medida que tu hijo crece, su capacidad de atención y sus habilidades físicas se desarrollan y su forma de jugar cambiará. Tu pequeño se volverá más creativo y experimentará más con juguetes, tipos de juegos e ideas. Esto podría significar que necesite más espacio y tiempo para jugar.
Aunque no lo creas, el solo hecho de mirar tu cara y escuchar tu voz es un juego para tu bebé, especialmente si está sonriendo.
Tu hijo en edad escolar puede divertirse con los siguientes objetos y actividades:
Si tu hijo está interesado, podrías pensar en inscribirlo en algunos deportes o actividades de equipo para niños en edad escolar. Otras posibilidades incluyen actividades de arte y manualidades después de la escuela o durante las vacaciones.
Ayuda a tu hijo a pensar en nuevas ideas para jugar. Cosas simples como mirar fotos, dar un paseo o jugar con objetos que normalmente no van juntos pueden despertar su imaginación.
Los juguetes caseros y las actividades gratuitas pueden ayudar a los niños a aprender y desarrollarse. A menudo son las formas más creativas las menos costosas y las más divertidas.
Lo importante es que, además de que fomentes los juegos creativos, también convivan. El juego en familia desarrolla la comunicación y genera las bases necesarias de confianza entre todos.
Aprovecha los fines de semana para pasar tiempo jugando, no menosprecies la importancia de jugar en in entorno relajado y amoroso.
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