Por Nonantzin Martínez
Hablar de diversidad, en cualquiera de sus sentidos, es un tema necesario y urgente que las familias deben poner sobre la mesa. Como cualquier otro valor, acción o emoción, hay que hablar con nuestros hijos e hijas acerca de las múltiples formas de ser y de expresar ese ser.
Es en el seno de la familia donde hay que iniciar estas conversaciones, porque “se trata de la célula de la sociedad y es el principal entorno de aprendizajes en las etapas tempranas de desarrollo”, señala la psicóloga infantil Cintia Martínez, y la familia influirá directa e indirectamente en los conceptos que niñas y niños puedan tener alrededor de la diversidad.
Por eso, la inclusión inicia en casa. “Si queremos que nuestras hijas e hijos sean incluyentes, padres, madres o cuidadores primarios debemos estar informados, orientados y abiertos a hablar de estos temas, sobre todo cuando se nos ha enseñado a rechazar lo que es diferente a lo que somos o pensamos. Si es necesario, hay que replantear y cuestionar las maneras en que nos han hecho ver o no ver las diversidades”, opina la experta.
Desde su nacimiento, niñas y niños van teniendo nociones básicas de cómo funciona el mundo; primero, explorándose a sí mismos, y luego, explorando su entorno. Ellas y ellos van recibiendo información sobre lo que es ser niña o niño desde que nacen, e incluso desde antes.
“Las expectativas que mamá y papá tienen sobre hijas e hijos, sobre las cuales se van asignando roles y estereotipos de género, harán que se vayan delimitando formas de ser y no ser entre hombres y mujeres, y eso expandirá o limitará las expectativas de lo que el niño o la niña pueda llegar a ser cuando crezca”, explica Cintia Martínez, experta en el desarrollo emocional de la infancia.
Ahora bien, la comunicación que se genere en torno a ello debe hacerse respetando la etapa de desarrollo en la que se encuentren, aconseja la psicóloga, adecuando nuestro lenguaje para nombrar y visibilizar los distintos tipos de familia. También es necesario hablarles sobre libertad de expresión y sus derechos como niñas y niños y, conforme vayan creciendo, abordar temas relacionados con la expresión, identidad de género y orientación sexual.
“Si hablar de sexualidad de por sí es un tema que genera revuelo, hablar de diversidad sexual lo es mucho más, por eso debemos hacerlo con la misma naturalidad con la que les platicamos cualquier otro tema”.
No es fácil, pero hay que hacerlo. Si bien existe el temor entre mamás y papás de que si les hablan a sus hijos e hijas sobre el tema de la diversidad sexual “ellos reproducirán o cambiarán su forma de sentir o expresarse”, esto no sucede así, enfatiza nuestra experta, “pues si se les explica adecuadamente y se les proporciona información de manera oportuna, esto puede ser incluso favorable, y les ayudará a evitar situaciones de homofobia que se pudieran dar en otros contextos, como en la escuela, o generar situaciones de bullying”.
Además, hablar con naturalidad y desde el respeto contribuirá a crear actitudes positivas en ellos y ellas, y se sentirán con la confianza de poder preguntar si no comprenden algún tema. ¡Qué mejor que seamos los papás y mamás quienes abramos la conversación!
¿Cómo hacerlo? Aquí una ruta que propone la psicóloga Cintia Martínez:
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Para finalizar, la psicóloga Cintia Martínez nos hace LA pregunta que quizás a muchas mamás y papás nos ha pasado por la cabeza (o que no quisieran escuchar):
Ahora bien, ¿qué sensaciones y emociones te produjo pensar en esta posibilidad? Este es un buen momento para cuestionarte sobre los prejuicios o estereotipos que tienes alrededor de la diversidad sexual y cómo estás, desde este momento, contribuyendo a que ellos y ellas sean incluyentes con las personas de su entorno.
Ser diferentes también nos hace únicos. Dejemos que las niñas y los niños expresen libremente sus emociones, pensamientos y opiniones; esto será el camino para que puedan aceptar otras formas de ser, diferentes a las suyas. “Si dejamos que tomen decisiones que desafíen los estereotipos de género, crecerán sintiendo que su género no limitará lo que pueden hacer con su vida y que todas las personas tienen derecho a alcanzar sus sueños”, enfatiza la psicóloga Cintia Martínez.
La inclusión de las diversas formas de ser consiste en tratar a los demás de la misma forma en la que nos gustaría que nos trataran a nosotros y en saber ver que, aunque parezcamos distintos, todos tenemos el mismo valor. Es tiempo de abrirnos a la diversidad.
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